Capítulo L

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"No son las malas hierbas las que ahogan la buena semilla, sino la negligencia del campesino"

Confucio

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[ Demian ]

Estar en casa, debía de haber sido sentirse acogedor y seguro, pero desde que estoy acá no he sentido más que tristeza y miedo; los oficiales me aseguraron que habían quitado las cámaras puestas por Rade en cada una de las habitaciones o salones y, además, el técnico que las encontró había dicho con confianza que eran todas luego de verificar que ya no se encontrará otras instaladas en algún lugar del que podemos dejar desapercibido. Con ello, se supone que tendría que estar satisfecho, pero en sí, nada más me sigo sintiéndome desesperado, furioso y decepcionado del grado en que llegaron las cosas.

Nunca en mi vida, imagine tener que estar nuevamente en esta situación o por decirlo así, haber llegado más lejos de lo que no podría creer. Sin dudarlo, es una sorpresa de que Rade haya sido inteligente en tener que instalar cámaras en mi casa sin haberlo sospechado, como también, en haber sido un viticultor entre los demás que trabajan para mí; pensar que él estuvo pisando mi casa cuando se le diera su placer me eriza la piel, no por tenernos vigilados sino por la seguridad de Danika quien paso los primeros meses en esta casa, sola, embarazada y solo con tres de mis empleados; añadiendo también, a Hades que no me quiero crear tantas historias estúpidas a la cabeza por si en ese tiempo Rade se acercó y le hizo algún daño.

Es terrible el riesgo que corrieron sin haberlo pensado, eso sin decir que estoy completamente seguro que si no atrapan pronto a Rade, no dejará que todos vivíamos en paz porque seguirá conllevando cualquier tipo de plan para hacernos sentir en desventaja. Sin embargo, además, espero que ya no suceda, debido a que, tendré que doblegar la seguridad y tener un control clave con los obreros que contrato.

Luego de haberme dado una ducha y dársela también ha Hades quien la necesitaba para quitarle ese tedioso perfume escandaloso y extravagante, por fin puedo decir que mi hijo volvió a casa. Tuve que cambiarlo, ponerle sus cremas y por supuesto, alimentarlo; con todo ellos, más, las canciones de cuna que le canté pensé que sería el antídoto perfecto para que cayera dormido, sin embargo, con cuentos, canciones y caricias en su cabello, seguía despierto y no sé si es porque espera que su madre llegué o porque ha pasado toda la mañana descansando que ahora ya no tiene sueño.

Así que, tuve que tomar en cuenta mi segundo plan y ese fue, tener que ir a la habitación de Danika, realmente estar pisando el espacio de ella, me da cierta nostalgia y dolor, más cuando todavía ella se encuentra en peligro. Espero desde luego, que esta noche y el resto de la madrugada, su salud mejore, no quiero que a ella le suceda algo, pero solo es cuestión del cuidado de los médicos y el poder que tenga los medicamentos para que ella sobreviva de esto.

Dejo a Hades entre varios cojines y almohadas que sé que tiene el aroma a su madre, así que mientras él se queda mirando el techo, como también, capta su atención en mí cuando le empiezo a hablar, hasta que, sin imaginarlo, pronto comienza a bostezar y sin dudarlo, al cantarle otra vez una de sus canciones preferidas y ponerle su peluche a su lado, ocasiona que, sus ojitos terminen por cerrarse hasta quedarse profundamente dormido.

Aquello me deja impresionado, por una parte, aunque por otra no, cuando sé que Hades añora a su madre y más, en estos días que no estuvo con ella.

Antes de ser el siguiente en dormir, de los bolsillos del pantalón de pijama, saco dos sobres los cuales, ya se encuentran totalmente arrugados y desgastados, suelto un suspiro en el instante en que decido leerlas por última vez. No tengo idea de cuánto tiempo paso desde que decidí ya no seguirlas leyendo, como también, de no atormentarme más con ellas luego del impacto que ambas me causaron; no recuerdo muy bien del todo como inician o terminan, pero si puedo decir que, las revelaciones que hubo es lo que jamás he olvidado en estos años.

Jefe, tendré un hijo suyoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora