"El hombre ideal soporta los accidentes de la vida con dignidad y gracia, tomando lo mejor de las circunstancias"
Aristóteles
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—Vamos Hades, debes de acabar tu papilla. Aquí viene el avioncito, mira...
Dejo ir un suspiro al ver cómo Demian le da de comer a Hades quien no hace más que golpear una pelota de goma y no ponerle atención a su padre; sin embargo, cuando Demian le acerca la pequeña cuchara a su boca, el pequeño muy obediente la abre para nuevamente comer su papilla de manzana, al hacerlo, su padre con orgullo lo empieza a elogiar dándole palabras como recompensa al obedecer, por lo que nuestro hijo deja ir varias sonrisas en las que siento como mi corazón se encoje al ver cómo se lleva muy bien con su papá.
Regreso a la cocina para encontrarme con mi tía quien está lavando los platos luego de haber preparado la cena y estar casi lista para ir a comer, veo como me da una mirada para sacar una pequeña risa de la que me hace enarcar la ceja porque no recuerdo haber dicho o hecho algo gracioso, así que poniéndome a su lado y cruzando los brazos, espero que me diga que es lo que le ha provocado risa.
—Dijiste que ya tenías solucionado lo de reprimir tus sentimientos cuando él se encuentra acá —me da una mirada —pero veo que me has estado mintiendo.
— ¿Es que ya no puedo vigilarlos para saber si no necesitan de mi ayuda? —Le pregunto.
—Dani, sabes muy bien que Demian no necesita de tu ayuda. Cuida a Hades mejor de lo que habíamos pensado —suspiro al saber que tiene razón, Demian sabe cuidar muy bien de Hades que no necesita que lo esté supervisando.
—Y, ¿si Hades llora o le monta un espectáculo con la comida? —Pongo de excusa para no aprobar sus palabras.
Mi tía eleva una ceja sabiendo que Hades no da problemas ni cuándo se encuentra comiendo o durmiendo, simplemente entre más crece parece darme una vida llena de tranquilidad porque, aunque es curioso y travieso, sabe obedecer cuando se le regaña o se le pide que no toque ciertas cosas que lo puedan poner en peligro; así que mi tonta excusa no sirvió en está ocasión para engañar a mi tía.
— ¿Por qué no resuelves de una sola vez el conflicto central que tienes con Demian? O bueno, mejor dicho, contigo misma —cierro los ojos.
—Porque aún no es el momento indicado para abrir mi corazón a él —le revelo.
—Y, ¿cuándo será? —Se seca las manos con una manta. —Han pasado ya dos meses en los que te ha dado tiempo para pensar... —La interrumpo.
—Sí, pero con sus obsequios, elogios y roces que hemos tenido no me dan ese tiempo para procesar todo —le explico.
—Y, ¿qué es lo que debes de procesar? —Suelto un bufido con dicha pregunta.
—Que no sé si sea buena idea mostrarle nuevamente mis sentimientos cuando la última vez los destruyo en un instante —digo sin exaltarme.
—Si te soy sincera, Dani. —Hago una mueca porque sé lo que vendrá. —Él ya te ha mostrado todos estos días lo mucho que te ama con o sin palabras. Además, mantiene la paz contigo, tienen buena comunicación y se tratan con debido respeto; añadiendo que visita a Hades tres a cuatro veces por semana para darte el resto de los días un respiro y por lo que me he dado cuenta, aún hay una atracción por ambos que no pueden omitir. —Pongo los ojos en blanco.
Si lo dice porque hace dos días estuvimos a punto de besarnos porque chocamos contra la puerta de la cocina, pues... Demonios, no se equivoca mi tía. Porque me he dado cuenta en estos dos últimos meses que entre más pasan los días, tengo esa tentación de volver al lado de Demian, no hablo solo por la parte sexual sino porque ya me había acostumbrado a tenerlo casi las veinticuatro horas del día cerca que es imposible no desear que otra vez me pregunte si ya tome una decisión pero luego que le mencionará que no quiero que me presione, al parecer me obedeció a punto de que me he preguntado si quizás ya cambio de opinión, se dio por vencido o es que no quiere seguir intentando que volvamos a estar juntos, sin embargo, al menos tengo una buena paciencia y esperanza de ello cuando aún sigo recibiendo muestras de cariño de su parte.
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Jefe, tendré un hijo suyo
Genç Kız Edebiyatı-Repítelo otra vez, que no estoy comprendiendo absolutamente nada... Tomo suficiente aire para darle primero una mirada a su hermana y luego a él, siento como los mareos empiezan a aparecer, como también, mi sangre se vuelve fría al ver su rostro ll...