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ChanYeol estaba molesto, no podía evitarlo. Tenía planeada la cita más romántica para su omega. Lo llevaría a dar un paseo a la orilla del río, con la luz de la luna llena como testigo. Después, cenarían en uno de los restaurantes más caros de la ciudad; estaba decidido a gastar una parte de sus ahorros para eso. Luego, lo llevaría a su cabaña, donde pasarían el rato frente a la chimenea. Pero, todo se vino abajo cuando BaekHyun le envió aquel mensaje de texto.

[Baek] Lo siento, Chan, tengo toque de queda. Mi papá se puso intenso. Dime dónde podemos vernos. Sólo tengo un par de horas.

El alfa estuvo a punto de aventar su teléfono contra la pared, pero se contuvo. ¿Hasta cuándo tendría que soportar los prejuicios del beta? Él era un alfa, podía ejercer el poder que su estatus le otorgaba. No había ninguna ley que le impidiera llevarse a su omega. De hecho, estarían protegidos por la autoridad. La procreación alfa-omega era muy valiosa.

Pero ChanYeol no podía hacer eso. Por mucho que odiara la situación, estaba decidido a respetar los deseos de BaekHyun. Quería que su unión se diera en la luz de la felicidad, sin rencores o momentos amargo.

[Chan] Es una lástima. Supongo que guardaré mis planes para la próxima vez. ¿Por qué no vienes a nuestra casa? Es un buen momento para que conozcas el lugar donde vivirás. Te prepararé algo rico para cenar. Ahora te mando la dirección.

Tenía que encontrar lo positivo dentro de aquella decepción. Después de todo, podía tener a BaekHyun a su lado y pasar las mejores dos horas de su vida.

***

BaekHyun se asustó un poco mientras conducía. La dirección que ChanYeol le mandó por mensaje, quedaba más lejos de lo que pensó. Por un lado, le gustaba el hecho de que su alfa viviera lejos de la ciudad, en un ambiente más silvestre, como un verdadero lobo. Pero, también se sentía inseguro de estar separado de la civilización que conocía tan bien. ¿Qué pasaría en una emergencia, cuando tuvieran que correr al hospital? Bueno, quizá estaba pensando de más.

Fue un poco difícil encontrar la cabaña, debía adentrarse un poco en el bosque. Pero la camioneta del alfa, estacionada al final del camino, le dio seguridad. Cuando salió del auto de su padre, lo primero que percibió fue el olor a tierra húmeda, a plantas, a pinos. Su corazón latió más rápido cuando recordó las palabras en el mensaje de su alfa: Nuestra casa. Suspiró al ver la cabaña de tamaño mediano, que se levantaba a mitad de aquel terreno boscoso. Quizá no era un diseño moderno, pero tenía hermosas cualidades. Estaba hecha con troncos gruesos y oscuros, con detalle en concreto. Parecía resistente a cualquier cosa. Había humo saliendo por la chimenea y todas las luces estaban encendidas. BaekHyun se preguntó cómo tenía energía eléctrica en ese lugar.

La puerta se abrió de golpe, sacándolo de sus pensamientos. ChanYeol salió a recibirlo, con la mirada llena de emoción y una sonrisa.

—¡Baek! —el alfa se apresuró a bajar los cinco escalones de la entrada. Su corazón también latió rápido al ver a su lindo omega frente a él. Se veía adorable con su suéter rosa y pantalones de vestir—. ¿Te costó trabajo llegar?

—No tanto —respondió el más bajo, con la voz algo sofocada, porque enterró el rostro en el pecho de su alfa, cuando éste lo rodeó con sus brazos.

ChanYeol olía tan bien. A pesar de que su cuerpo no reaccionaba con la misma intensidad, gracias a los supresores, BaekHyun aún podía sentir ese cosquilleo en todo cuerpo, con tan sólo oler a su alfa.

—¿Y bien? ¿Te gusta nuestra casa? —ChanYeol acarició con suavidad la espalda de su novio, mientras lo liberaba de su abrazo.

—Por fuera se ve muy bien —el omega sonrió coqueto.

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