Cuatro días después.
El doctor MinSeok revisaba las máquinas que registraban los signos vitales de BaekHyun y del bebé. Todo parecía estable, aunque el omega seguía sedado. Una enfermera había limpiado la herida más temprano, estaba sanando muy bien.
—¿Por qué no vas a casa y tomas un baño? Descansa un rato en tu propia cama, ChanYeol. Prometo quedarme al pendiente de BaekHyun —el doctor Kim estaba preocupado por el alfa, su semblante cansado y su falta de apetito le indicaban que un colapso emocional podría estar cerca.
—No... No es a casa a donde quiero ir —ChanYeol torció los labios en una expresión dubitativa. Con el paso de los días, su mente se había aclarado un poco más, estaba procesando mejor la situación. Ahora, se sentía más seguro, quizá podría dejar a su omega un rato—. Quiero ir a visitar al señor Byun.
MinSeok había estado hablando con su amigo, lo mantenía enterado del estado de su hijo. Aunque no le correspondía, también le explicó la relación de BaekHyun con el alfa. Sentía que, de alguna manera, eso podría reconfortar al angustiado hombre. Saber que su hijo estaba bien cuidado y lejos del peligro, le daba un poco de tranquilidad.
—De hecho, esa me parece una buena idea —MinSeok ajustó el cuello de su bata blanca—. Las circunstancias son adversas, pero no está de más que te presentes formalmente con tu suegro y aclares tu relación con BaekHyun.
JungSoo era su suegro después de todo, aunque sonara extraño, era la realidad. ChanYeol asintió y salió de la habitación, no sin antes suplicarle al doctor Kim que no se apartara de su omega.
***
Las prisiones eran muy diferentes a lo que fueron años atrás. Ahora, eran lugares pacíficos y más agradables, con programas dedicados a la reinserción social. No estaba sobrepobladas, porque la gente ya no delinquía tanto. El asesinato estaba altamente penado, así que no era un delito común. Desde la crisis mundial, el orden social había mejorado mucho. Ya no había países pobres, la educación era fundamental y la mayoría se regía por un sistema de normas morales, desarrollado para mantener una convivencia sana.
Un guardia revisó a ChanYeol, de pies a cabeza, antes de dejarlo entrar. JungSoo se mantenía como reo de alta peligrosidad, hasta el día de su juicio. Sin embargo, debido a su buen comportamiento, le permitían recibir visitas. Además, todos sabían que las penurias del hombre, se debían a la influencia del clan Jung.
El alfa se sentó en una silla de metal, atornillada al piso. Una mesa, también de metal frío, se extendía frente a él, otra silla en el otro extremo esperaba al señor Byun. Estaba nervioso, sentía vergüenza por haberle mentido; pensaba que el hombre estaría muy molesto con él. Movía la pierna sin parar, mirando a su alrededor. Sólo había otro reo, en una mesa más alejada, llorando mientras sostenía las manos de una mujer.
—Eres tú —dijo JungSoo, con un tono de decepción. El beta se sentó frente a él, vistiendo un traje naranja. Si llegaban a condenarlo, cambiarían su traje a uno azul.
ChanYeol lo miró sobresaltado, estaba tan concentrado en el otro reo, que no lo vio llegar. Se acomodó en la silla, para parecer más derecho.
—Hola, señor Byun —lo saludó, incapaz de mantener su mirada.
—¿Estás nervioso? ¿Crees que podría matarte? —JungSoo liberó una risa breve.
ChanYeol se atrevió a mirarlo al fin, se veía cansado. Tenía círculos oscuros bajo sus ojos, su rostro estaba pálido, su postura desgarbada. En ese momento, se quedó en blanco, no supo qué decir.
—No voy a matarte, si eso te preocupa... alfa.
Un escalofrío recorrió la espalda de ChanYeol, después agachó la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Forever
RomanceEn una sociedad evolucionada, el alfa ChanYeol encuentra a su pareja destinada. Un lindo omega, apasionado por el arte. Sin embargo, alguien se interpone en su inevitable unión. El padre de BaekHyun odia a los alfas, y prefiere morir, antes que ver...