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Había dos bebés llorando, mientras sus respectivas madres intentaban calmarlos. Una lo balanceaba en su regazo, la otra caminaba de un lado al otro en el área de espera, queriendo alimentarlo. No era algo que BaekHyun odiara, pero tampoco lo estaba disfrutando. Se imaginó a sí mismo cargando a su bebé. Sería justo como ChanYeol o lo regresaría. Quería que tuviera su cabello azabache y sus ojos grandes. Se preguntó si su pequeño lloraría así, con un chillido infernal.

—¡Byun BaekHyun! —la asistente del doctor Kim gritó su nombre desde el pasillo, sacándolo de su ensoñación.

JungSoo lo dejó en el consultorio del doctor Kim MinSeok, después de recogerlo en la universidad. Ambos olvidaron por completo su cita, hasta que la asistente los llamó para confirmar. El beta quería quedarse, pero tuvo que regresar a la oficina. Dejó a su hijo ahí, prometiendo que volvería por él.

—Hola, BaekHyun. Pasa, por favor —el doctor Kim lo saludó con su brillante sonrisa, como siempre.

JungSoo lo conoció poco después de la muerte de su esposa, en la oficina. Era un excelente cliente, algo joven para ser doctor, pero muy amable y profesional. No tardó mucho en ganarse su confianza. El doctor Kim tenía una habilidad extraordinaria para empatizar, por eso comprendió muy bien al beta y a su aversión hacia los alfas. Aunque MinSeok era un omega, nunca se sintió ofendido por el hombre y sus ideas arcaicas. Con el tiempo, le tomó cariño a él y a su pequeño hijo.

—Buenas tardes, doctor...

—Siéntate. ¿Cómo has estado? ¿Han trabajado bien los supresores?

—Sí... Bueno... —BaekHyun se sentó en una de las sillas frente al escritorio del doctor—. He tenido algunas molestias.

—¿En serio? Tu papá no me ha mencionado nada. Le dije que me avisara si había algún inconveniente con el medicamento. ¿Qué es lo que te pasa? ¿Demasiado frío?, ¿falta de apetito?

—Sí. Además, he tenido algunos dolores de cabeza y dificultad para dormir.

—Mhm... Podemos disminuir la dosis. Pero, debo revisarte primero. Pasa a la camilla.

BaekHyun se desabotonó la camisa, para que el doctor tomara sus signos vitales con más comodidad. Era un chequeo de rutina, para encontrar cualquier anomalía.

—Tu corazón está un poco acelerado... —MinSeok deslizó el frío estetoscopio por el pecho del menor—. Por cierto, ¿cómo reaccionó tu alfa a los supresores?

BaekHyun abrió los ojos como platos. Su corazón se aceleró aún más ante la pregunta casual. Hizo una rápida revisión mental, pero no recordó haberle hablado de ChanYeol a nadie más que a MiSuk.

—¿Q-Qué?

—Tranquilo, BaekHyun —MinSeok sonrió, palmeando el hombro del chico—. Soy tan omega como tú, puedo percibir las feromonas de tu alfa muy fácilmente. Además, te conozco bien, es fácil ver que estás más... contento. Eso sin contar que tu celo llegó repentinamente, estimulado, seguramente, por las feromonas de algún alfa.

MinSeok le ofreció una sonrisa cómplice, mientras tomaba su presión sanguínea. Sintiéndose avergonzado, el muchacho agachó la cabeza.

—¿Es un buen alfa? —quiso saber el doctor.

—Sí... es un gran alfa.

—Me alegro mucho por ti. Aunque, sé que debe ser difícil con JungSoo. Yo fui rechazado por mis padres cuando era pequeño, así que estoy familiarizado con esta clase de problemas.

—No sabía eso. Lo lamento.

—No hay mucho que hacer —respondió MinSeok, encogiendo los hombros—. Siempre es mejor seguir adelante, dejando atrás a las personas que nos hacen mal.

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