El inicio de la destrucción

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−De pie todos. −Impero, los demás acuden a la orden.

−¿Estás segura Beth? −Dax luce asombrado.

−No nací segura de mí misma, pero ahora más que nunca lo estoy.

Matt nos indica que nos pongamos a su alrededor, cada quien toma se coloca en un puesto al alzar alrededor de Matt, la última en colocarme soy yo. Nuevamente se repite el proceso de mi habitación, de Matt empiezan a salir diversas corrientes de niebla negra, cada una envuelve a cada uno de nosotros, cuando todos ya hemos sido envueltos, empieza la teletransportación, por fortuna, Matt logra transportarse con exactitud al cuarto de cámaras, donde el vigilante gordo y feo (cabe destacar que no me gusta denigrar a las personas por su contextura, pero este tipo presencia las atrocidades de este lugar y le pagan por ello).

Todo estamos detrás del vigilante, él no se ha percatado de nuestra presencia en el cuarto, el tipo está medio dormido.

Matt sitúa un dedo sobre sus labios, de esa manera nos indica que por ningún motivo hagamos silencio, pero, como ya saben, tenemos a Rex para cagarla, está respirando demasiado fuerte, tanto como para llamar la atención del vigilante.

−Ni un paso más −dice el hombre, se endereza, apuntándonos con su linterna.

−Eso le conviene a usted más que a nosotros créame, señor −Matt lo amenaza mostrando una parte de sus lazos negros y viscosos que salen de sus muñecas.

−Ok, ok, mantengamos la fiesta en paz. −Dice el vigilante alzando las manos a manera de bandera blanca, simbólica de paz.

−No digas nada y te dejaremos ir, sabemos que todos los vigilantes de este lugar trabajan por su familia, porque no encuentran trabajo, justo eso es lo que busca esta organización, personas que pidan a gritos un trabajo para mantener el sustento de sus familias.

−¡Exacto! −dice el señor alivianado, suspira y pasa ambas manos por su rostro.

−Bien, en este momento, nos encargaremos de hacer que los científicos de Blackstore olviden que usted existe, lo trasladaré a su casa y usted le dirá a su familia que consiguió otro empleo, en el colegio que nosotros trabajamos buscan un consejero, veo que en la pared tiene un gafete de su pasado como consejero, así que, no dude, lo ayudaremos.

−¡No saben cuánto se los agradezco, les debo una −dice el señor casi llorando de la felicidad, incluso abraza a Matt, le devuelve el abrazo.

−No nos debe nada ya señor, solo déjenos su celular apuntado y lo llamaremos, lo prometo.

−Está bien, son muy buenos jóvenes.

−Jóvenes con habilidades sobrenaturales querrá decir señor −interviene Rex guiñándole el ojo al señor, como broma verdad, sería extraño que fuese por coqueteo jijiji.

−Eso mismo.

−Bueno, no los atraso −dicho eso el señor es envuelto por una neblina negra proveniente de Matt, realiza el ademán de "adiós" no sin antes dejar su número apuntado en un papelito sobre la mesa de madera.

−Es hora, bueno, a partir de ahora Beth y Dax son invisbles ante los ojos de los demás, Rex encárgate de inyectarles el suero, ya sabes cómo.

−Entendido.

Dicho eso, Rex junto a Dax y a mí se teletransporta a una sala donde hay varias camillas, diversos utensilios relacionados con procedimientos científicos, hay dos científicos, Rex se acerca a ellas a una velocidad impresionante, con aquella facilidad truena sus cuellos; mueren al instante. De no ser por la caída de los dos sujetos sin vida al suelo, no me hubiera dado cuenta de que estos, estaban estudiando a dos niños, los cuales están súper mal alimentados.

I N E L U D I B L E  [Shadows #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora