14. Heridas profundas

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Primero que nada, buenos días.

Segundo, AAAAAAAAAAAAAAAAAAHHHHHHHHHHH somos casi  2,100 pelusas y lo estoy procesando aún, se merecen todo lo bonito de este mundo, gracias por todo, ustedes son parte importante de mi vida, y no es broma, es en serio.

Los adora, Fran. <3

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Se observan durante un corto tiempo, nada más de un minuto. Darien reacciona, mueve sus brazos y extiende sus manos hacia a un lado, de modo que nos invita a pasar.

−Disculpen, qué malcriadeza la mía, pasen pasen, adelante.

Matt es el primero en entrar, en cierto momento aprieta mi mano por la tensión que percibo en él, sus manos están un poco sudorosas, pero no me importa, a decir verdad, si él me necesita para sentir fortaleza, yo no pienso soltarme, seré como una maldita garrapata si es necesario.

−Tomen asiento. −Nos dice señalando el mueble de dos asientos color terracota que hace buen juega con los estantes, la división y los dos libreros que hay en un solo sitio.

Darien espera que nosotros nos sentemos primero, lo hacemos y él copia la acción.

A leguas podría sentir la incomodidad de estos dos. Ni hablar de sus gestos, en otras circunstancias me reiría, pero esto es realmente serio.

Ni el uno ni el otro se atreven a mirarse, Matt juega con sus tendones, mientras Darien frota su mano con desesperación, seña de ansiedad, lo digo porque yo la padezco y sé cómo identificarla. De todos modos, no tiene porqué estar así, él no nos ha causado problemas, de hecho, él no ha hecho nada, el único que tomó lo que no le pertenecía, fue su padre, el típico empresario sucio que tiene millones a base de sus movidas sucias, porque desde que robas dinero ajeno, todo lo que hagas con él será nada pulcro. El pobre solo está tratando de enmendar el error de su padre.

Como veo que ninguno de los dos tiene la iniciativa de dialogar, decido romper el hielo −. Oye Darien... Vimos las noticias, no te preocupes, sabemos de tu inocencia.

−Aaaah −suelta un buen suspiro, el pobre ha estado con esta culpa desde ayer, y ahora que sé de su ansiedad, no podía esperar ni un día más para venir.

−¿Por qué nunca me buscaste? −Matt lanza la primera piedra.

−Matt yo...

−¿Tú qué? ¿Gozaste con los millones que tu padre se comió en su mayoría? Porque eso es lo que puedo deducir con solo ver la sala de este lugar, al menos lo hubieran disimulado un poco ¿no?

−¡Qué no! Yo no supe nada de lo que hizo mi padre con respecto al dinero, Matt.

−Si eso fuera cierto, al menos me hubieras buscado −lo mira con resentimiento.

−Te busqué Matt, te busqué hasta por debajo de las piedras, no hallé ni una minúscula pista de ti.

−¿Quieres que me crea eso?

−Pues tú decidirás qué creerte, nadie te hará creer el que yo te fui a buscar un día varios orfanatos de la ciudad, para ese entonces yo tenía casi los 16 años, pero me miraba un poco mayor, nadie te hará creer que ese día vi a dos gemelos pelirrojos jugando "landa" o "las traes" que por cierto se veían mayores que yo, pero andaban jugando con unos niños, no me creas que la mujer rubia que sustituyó a Agustina Becker cuando murió, me dijo que ya habías sido adoptado, e incluso me enseñó unos papeles para corroborar los hechos; los devolví a la mujer en cuanto vi las dos firmas de los padres adoptivos que supuestamente te llevaron a Pensilvania con ellos −Darien parece estar cansado de que Matt no le tome en serio su honestidad, en una de esas bufa y frota sus manos contra el rostro.

−Está diciendo la verdad y lo sabes Matt −le digo tomando su otra mano, tuve que moverme un poco para alcanzarla.

Matt suspira −. Ah, bien, bien, perdón por esto, ahora veo que no eres como mi tío, ya no quiere sentir rencor inútil contra ti, Dar.

Hasta apodos se habían puesto.

Darien se endereza y se sitúa en medio de los dos muebles −¿Todo bien Matti? −le extiende su mano en señal de paz−, todo bien Dar −Matt le responde con un abrazo, uno de esos que necesitas con urgencia.

Darien le devuelve el abrazo, cada uno entierra su cabeza en el hombro de otro, empiezan a llorar y a decirse cosas que para mí llegan a ser inaudibles por sus bocas bloqueadas con el contacto del otro. Lloran sin parar, en una de esas hasta logro escuchar "no sabes cuanto deseaba que llegara este día, pero a medida pasaba el tiempo, mayores fueron mis desiluciones" de parte de Darien

Les doy tiempo para que se consuelen, es la mejor manera de sanar la herida, suturándola desde el núcleo.

Tomo asiento en el mueble de dos partes, miro hacia cualquier lado menos a donde ellos para que al menos algún ruido torpe ocasionado por mi torpeza les arruine el momento de épica reconciliación. Al rato dejan de abrazarse y cada uno limpia sus lágrimas con la manga de su camisa.

−Si gustan pueden quedarse a charlar, comemos algo, jugamos algún videojuego, lo que sea −Darien se pone a disposición de recuperar el tiempo perdido con Matt.

−No, con gusto puedo venir otro día, es que sucede que tenemos asuntos importantes que resolver con Beth y unos amigos, entonces cuando pueda volveremos.

−Bien, comprendo, vuelvan pronto, Matti y... −me mira y me señala con la mano.

−Beth −digo.

−Y Beth, son bienvenidos a esta casa.

−¿Te acuerdas de aquella broma que nos hacíamos cuando el uno entraba al cuarto del otro? Nos decíamos "bienvenido al Himalaya" como les dijo el Yeti a Mike y a Sullyvan.

−¡Cómo olvidar eso! Nuestra tía se reía a morir.

−Sí, que en paz descanse ella −dice Darien tratando se reprimen una sonrisa que solo muestra tristeza disfrazada.

−Oh... No puede ser, ni siquiera tenía idea de eso Darien, en serio lo siento.

−No te preocupes, pasó hace tres años, ya poco a poco lo voy superando.

La tía Susan de la que me había hablado Matt falleció hace tres años, Matt la consideraba como su madre.

−Bueno, cualquier cosa aquí estaré, te voy a marcar para que guardes mi número −. Darien realiza lo dicho.

Ambos primos se despiden con un cálido y reconfortante apapacho. Yo paso de paso, solamente le digo adiós, ya saben, sin pasar ultra percibida, pero una mano en el hombro me detiene, por inercia mera me volteo y le sonrío con esa sonrisa extendida satírica que los niños hacen cuando los pillan en medio de alguna travesura.

−¿Y tú a donde vas? No te puedes ir de aquí sin que te de la bienvenida a la familia Frolov −me abraza, con cariño original.

−Jeje, gracias, te aprecio igual.

−Juuumm picarones... ¡Cómo andas Matt! ¿Quién lo diría? El callado Matti con novia y toda la cosa, ¡bien león!

−Ya vas Dar −Matt deja salir una carcajada que deseo poner de tono de llamada, es épica.

−Ser payaso es mi pasión −nos hace una reverencia.

−Bueno Dar, no te quitamos más tiempo, cualquier otro rato te llamo, no se te olvide llamarme para guardar tu número −ambos se señalan de manera chistosa como si fuera una broma muy propia de ambos.

−Hasta luego tortolitos −alza las cejas dos veces, nos hace reir.

Darien nos lleva a la puerta, al abrirla salimos y sin más entramos a la camioneta de Dax.

−Por cierto Matt ¿qué era lo que me ibas a decir? Dijiste que te acordaste de algo que viste... Ah, lo de los recuerdos de R7.

I N E L U D I B L E  [Shadows #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora