Epígrafe.

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Una tarde de hace ya varios años, las campanas de la catedral Santa María en Portland Oregón, sonaban a no poder más al acabarse la ceremonia que uniría la vida del mejor arquitecto del país, Einar (mi padre) y la diseñadora de interiores más prometedora de Oregón, Runa (mi madre).

Mi madre se miraba fabulosa en ese vestido blanco corte A con perlas y cristales en el pecho. Mi padre parecía todo un príncipe con su traje azul petróleo, con la camisa blanca y la corbata negra. Se miraban felices; llevaban 2 años de relación, mi madre tenía 3 meses se embarazo, (del cual surgió su servidora) y estaban felices de iniciar una nueva vida.

La cámara mostraba lo hermoso que había sido todo, los invitados entre los que destacaba el gobernador de la ciudad y otros arquitectos famosos. El evento fue al aire libre, colgaban linternas y el verano en todo su esplendor le daba un toque de cuentos de Hadas. Las damas iban vestidas de colores pastel.

Durante un largo rato adelante el minuto hasta llegar al vals y posteriormente terminé con la película, al final se podían apreciar los rostros enamorados de mis padres a la vez que se abrazaban. Se veían tan felices.

La siguiente grabación no se hizo de esperar. Dando un pequeño salto en el tiempo.

-¡Te voy a a alcanzar- Gritaba mi hermana menor; Anna, mientras corría detrás de mí en la arena de Cannon Beach, yo llevaba en mano un canasto enorme lleno de caracolas de todos los colores, ella llevaba un bañador verde mientras yo uno azul. Nuestra madre Runa, llevaba un traje de baño de dos piezas color coral y sandalias blancas.

Papá llevaba la cámara entre sus manos y nos estaba grabando. Tendríamos alrededor de 3 y 2 años en ese momento.

-No si yo soy más rápida.- Me metí en el nivel del oleaje bajo y mi hermana paro de seguirme.

-¡Mamá! ¡No es justo!- Anna temía que el agua se la llevará pero yo no, yo siempre había amado el mar.

Mamá entro al agua y me atrapó, ambas salimos del agua justo a tiempo para que papá nos diera alcance. Había sido un verano durante el cumpleaños de Anna, era su primera vez en la playa y la estaba pasando genial o al menos eso recuerdo. 

Ese vídeo también llegó a su fin cuando papá nos envolvió en un abrazo y nos capturo una selfie donde él también salía.

Sonreí al ver el increíble parecido que yo tenía con mamá y Anna con papá.

El cabello rubio rojizo, los ojos azul-verdoso, las pecas y el color de piel. Yo en cambio, me parecía más a mamá bueno... Más o menos.

Había nacido con una condición llamada albinismo, normalmente afecta a todo el cuerpo pero tuve suerte de que solo la piel y el cabello se vieron afectados notoriamente, de hecho mis ojos azules son particularmente más claros que el del resto.

Pero en lo demás si me parecía a mi madre, la forma del rostro, la nariz, los ojos, éramos la misma cara solo con cabellos distintos.

-Elizabeth es la hora de comer y te quedarás sin comida si no bajas, ya conoces Lady Marie.- Mi amiga Mulán aparece en la entrada de nuestro dormitorio en el internado. Es una chica alta, pelinegra, de origen Chino y que en mi opinión es muy linda.

-No tardo solo...- Mi amiga se lanza a mi lado en la cama y me arrebata de las manos la vieja cámara. -¡Oye!-

-¿Que es esto?-

-Una cámara ¿No que China es un país tan desarrollado?- Mi asiática amiga rueda los ojos ante mi comentario.

-Si, se que es. Mi pregunta es ¿De dónde la sacaste?-

Eviternos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora