Mi padre se casó con una mujer a la que apenas conocí; ella tenía un hijo, un hijo del que me enamoré, un hijo al que mi padre amaba como si hubiese sido suyo, su hijo que una vez fue mis alas y quién luego me las cortó. Que ilusa fue aquella niña...
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8 años en el pasado.
Los Ángeles California.
(Tal vez este fue el punto donde toda mi vida se vino al carajo.)
Para el cumpleaños numero 11 de Tadashi, la familia Arendelle Hamada había organizado una serie de actividades bastante interesantes semanas antes, su cumpleaños a celebrarse el 29 de mayo era toda una ocasión.
Einar quería darle una o tal vez dos noticias a los niños ese día, de hecho quería dárselas a todo el mundo. Regina quien estaba ansiosa por el anuncio de su hermano se había ofrecido a organizar toda una fiesta para el pelinegro, mientras que el quería una cena o una salida tranquila en familia, Regina Arendelle quería que su sobrino recordara ese día para siempre.
Los Arendelle rentaron un hotel cinco estrellas en Los Ángeles, en Manhattan Beach una playa de la ciudad. Su propósito era que amigos y socios de la familia pasaran ahí una semana antes del cumpleaños del chico; obviamente Ronin, Tara y sus hijos fueron los primeros en arribar al lugar, Kai y Gerda obviamente invitados se habían negado a ir no tanto por decisión propia, sino por una amenaza clara de Regina que quería que solo gente de alcurnia fuera a la fiesta de su sobrino favorito.
Los amigos de Tadashi, Fred; Wasabi, Flynn y Aladdín fueron invitados también, el pelinegro estaba tan feliz de pasar su cumpleaños con sus amigos y hermanastra hasta que su madre le dijo que Honey había confirmado su asistencia, había hecho todo lo posible por alejarse de Honey en los últimos meses pero nada le funcionaba principalmente porque la rubia se estaba ganando a su madre sin mucho esfuerzo.
Por el lado de Elsa, sus amigas, Moana, Mérida y Rapunzel también estaban invitadas. Tadashi también se quería morir cuando se entero que Erick también había sido invitado y el chico si iba a ir.
¿Era mucho pedir una fiesta a solas lejos de aquel par? Pues si, lo era.
Pero ahora no le preocupaba mucho, puesto que ni siquiera se veían mucho. Los padres de sus amigos no querían solamente pasar el día en el hotel así que se llevaban a sus hijos a recorrer la ciudad por su propia cuenta, en el caso de ellos no fue tan diferente; Einar y Maemi visitaron junto a sus hijos cada rincón de los Ángeles y mataron el tiempo comprando de todo un poco, los niños estaban tan absortos en sus pensamientos y su felicidad que no notaban a sus padres nerviosos y asustados.
Maemi y Einar tenían mas de una razón oculta en tal viaje, se mantenían pegados al teléfono y no por causas de trabajo, sino por otras que les daban ganas de morirse a los dos.
En especial a Maemi, quería que la tierra se la tragara y la escupiera en Japón donde había nacido y de donde justo en esos momentos desearía no haber salido nunca.
-¡Quiero un helado!-
-Yo también.- Los padres asintieron ante sus hijos y estos corrieron hacia el carrito de helados que estaba parado en la arena de la playa.
