𝗔𝗣𝗢𝗟𝗢𝗚𝗜𝗭𝗘 - 𝗡𝗢𝗠𝗜𝗡

t h i r t e e n

Maratón 1/3

Aquel día estaba sumamente tranquilo y sin novedades, o eso era lo que pensaba Na Yoona hasta que vio a su hijo entrar a la sala con sus pertenencias.

—¿Que haces aquí? —preguntó la mujer sorprendida. —No avisaron que vendrías.

—Si lo hice, quizás a Sunnie se le olvidó decirlo. —dijo Jaemin encogiendo sus hombros despreocupado.

El chico se lanzó al sillón principal de la sala y comenzó a juguetear con el borde de su abrigo distraído.

—¿Que sucede? ¿Está todo bien? Te ves distinto.—-dijo ella con leve preocupación en su voz. — Desanimado, sería palabra correcta.

La mujer se imaginó un millón de escenarios preocupada pensando que le había ocurrido a Jaemin. El chico no solía ir a casa en vacaciones de pascuas, por lo tanto, tenía curiosidad sobre porque había decidido a último minuto aparecer.

—¿Por qué? —preguntó Jaemin de pronto. —¿Por qué no me lo dijeron?

—¿De que hablas?

—Sabes muy bien de lo que hablo. ¿Cómo no pudieron decirme lo que hice? —había rastro de dolor y reproche en la voz de Jaemin. —Yo debí saberlo.

Yoona estaba perpleja y miraba a su hijo con sus ojos bien abiertos. Sus labios temblaban. La mujer esperaba que esa conversación nunca se llevará a cabo, esa había sido el peor momento de su hijo y no quería ni recordarlo. Ella dejó de sostener los libros que había estado arreglando en la repisa de la sala y se acercó a su hijo. Se sentó con cuidado junto a él y se quedó en silencio unos segundos antes de hablar.

—Bien, no me contestes, pero no fingas que no sabes de lo que hablo. —dijo Jaemin cruzando los brazos.

—Jaemin, no tengo idea de como te enteraste, se que te debo una explicación. —comenzó a decir la mujer. —Pero antes, quiero saber cómo lo recordaste.

Yoona miró atentamente a su hijo y ahora que estaba más cerca de él notó que la piel del chico estaba demasiado pálida, con unos pequeños círculos oscuros que adornaban la parte baja de sus ojos y sus párpados estaban ligeramente hinchados.

"Estuvo llorando y él nunca llora." Pensó preocupada Yoona.

—Creo que fue el estrés y la tensión de los últimos días, comencé a recordar cosas levemente, son recuerdos muy fugaces que van y vienen, pero casi todos eran sobre lo mismo. —comenzó a explicar Jaemin.—Hasta que los uní todo y me sentí completo, desde aquel accidente cuando caí por las escaleras siempre creí que algo no encajaba, supongo que era porque suprimí algo en mi memorias ¿no es así?

—Bueno, con respecto a eso último debo explicarte algo. —la mujer estaba nerviosa y no sabía por donde empezar. —Tú no te caíste ese día ni te golpeaste la cabeza.

Jaemin la miró sorprendido—¿De que estás hablando? —preguntó confundido.

Yoona se levantó y se acercó por la ventana, se tomó unos segundos para si misma organizar todo lo que quería decir. Quería que su hijo entendiera el trasfondo de todo.

—Cuando conocí a tu padre y me presentó su familia, yo estaba encantada con todos excepto Dongwook. —relataba Yoona.

Jaemin la interrumpió, pero su madre lo mandó a callar.

—Déjame hablar y escucha con atención. —lo regañó Yoona.—Dongwook era una persona difícil de tratar, muy soberbio y orgulloso. La única persona que lo convertía en alguien distinto era su esposa, ellos eran muy felices y lo fueron aún más cuando Yoonbin nació, todo era perfecto hasta que su esposa murió, la dulce Jiyoon ya no estaba. Ella fue atropellada por un muggle, fue un terrible accidente. Dongwook quién no tenía una buena opinión sobre los muggles comenzó a odiarlos como no tienes idea.