𝗔𝗣𝗢𝗟𝗢𝗚𝗜𝗭𝗘 - 𝗡𝗢𝗠𝗜𝗡

n i n e t e e n

Maratón 2/2

Esa mañana soleada, Jeno se había levantado temprano, así que decidió organizar su habitación. Sin embargo, se distrajo cuando encontró bajo su cama una caja repleta de cosas que había olvidado que tenia, como fotografías viejas o dibujos hechos con torpes pinceladas cuando tan solo era un niño, pero lo que llamó su atención fueron unos planos de edificios hechos hace demasiado tiempo, quizás los primero que había hecho, el papel estaba desgastado y viejo pero aun los trazos eran distinguibles.

El chico recordó que tenía un programa para diseñar planos en 2D y 3D en su computador que su padre le había instalado, muy entusiasmado se sentó frente al escritorio, sería interesante llevar sus descuidados y viejos planos en tercera dimensión.

Ignoró el desastre que dejó atrás y se concentró en la pantalla, aprovecho y puso a todo volumen The Strokes con una playlist aleatoria.

De pronto, Yeeun se apareció mágicamente en el cuarto de su hermano y soltó un chillido porque ella no contaba tropezar con el estuche de la guitarra tirada en el piso.

—¡Maldición! —se quejó la chica haciendo a un lado con lo que había tropezado.—¿Qué es todo este desorden?

No recibió respuesta porque su hermano había puesto la música a todo volumen. La chica se acercó y le dio un codazo por la nuca violentamente y él se giró sobresaltado.

—¿Acaso quieres morir? —exclamó enojado Jeno y luego le bajó volumen a la música. —¿Que haces en mi cuarto? Fuera de aquí.

La chica rodó los ojos y comenzó a recoger ropa que estaban tirada el piso, entre ellos una camisa de 1975.—No creí que aún tenías esta. —lo mostró en el aire Yeeun.

Jeno se giró de nuevo y miró feo a su hermana. —Deja eso dónde está.

Ella lo ignoró y aprovecho en revisar las cosas que su hermano había encontrado en la caja y había tirado sobre su cama.

—Sales horribles en todas estas fotos, ese es el precio de ser el adoptado de la familia. —se burló Yeeun. —Yo salgo encantadora.

—Púdrete. —gruño fastidiado Jeno y se concentró de nuevo en lo que estaba haciendo. —Todavía no me dices porque estás aquí.

—Mamá lleva rato gritándote para bajes. —dijo la chica con tomó aburrido.—Quiere saber si nos acompañaras al Callejon Diagon.

—Si, más tarde, estoy ocupado ahora mismo. —contestó el chico.

Yeeun notó que había un página del profeta sobre la mesa de noche y lo tomó curiosa por saber que hacía una página y no toda la edición completa del periódico mágico.

Se sorprendió y soltó un chillido de emoción cuando vio de que se trataba.

—¡Por Merlín! No creí esto de ti, al menos me lo hubieras dicho. —exclamó la chica indignada.

Jeno con sus ojos fijos sobre la pantalla del computador. —¿Ahora que te sucede?

—Se lo diré a mamá. —mencionó la chica.

El chico se volteó aburrido para ver de qué tanto hablaba su hermana y abrió los ojos como platos de la sorpresa cuando notó lo que tenía en la manos.

—¡Puedo explicarlo! —gritó el chico levantándose de prisa para arrebatarle la hoja de la manos a su hermana.

La chica en cuestión de segundos desapareció de la habitación justo como había llegado.

Agradecido por haber cumplido los diecisiete y haber tomado las clases de aparición meses atrás, Jeno visualizo la sala de estar de su casa y por arte de magia se materializó en la sala, tan solo unos segundos después que su hermana.