El famoso y popular Na Jaemin nunca se había interesado tanto por alguien hasta que conoció a Lee Jeno y este se rehusó a tener una cita con el Slytherin, sin embargo, solo cambiaría de opinión cuando Jaemin se disculpará con él.
Solo existía un p...
Jaemin estaba acostado en su cama como un vago perezoso, aunque no lo era del todo porque había hecho todo sus deberes. El chico estaba leyendo una de las tantas historietas que había comenzado a coleccionar.
Esta vez leía una sobre un apocalipsis zombie que Yangyang le regaló.
—Si esto sucediera en la vida real, fácilmente un bombarda máxima podría destruirlos a todos.—mencionó Jaemin divagando mientras leía.
Su madre interrumpió su habitación inesperadamente.—Cariño, mañana debes volver al colegio y nos haz hecho tu baúl todavía. —exclamó su mientras recogía las pertenencias de Jaemin que estaban regadas en el piso. —Levántate y haz algo.
Jaemin la ignoró olímpicamente.
—Supongo que no tienes ganas de ver a Jeno. —dijo la señora Na.
La historieta que Jaemin tenía en su mano pasó al olvido, el chico se sentó de un salto perplejo.
—¿De que hablas? —preguntó Jaemin nervioso. —¿Como sabes de Jeno?
Su madre soltó una sonora carcajada.
—Entonces si hay un Jeno. —dijo la madre de Jaemin con una mirada traviesa. —Nadie me lo dijo, lo descubrí yo sola porqué todas las noches cuando paso a dar un vistazo por aquí te escucho hablar dormido y siempre mencionas a un tal Jeno. ¿Me dirás quien es?
Jaemin se sonrojó.—No es nadie.
—Si no fuera nadie importante no te sonrojarías de esa forma. —exclamó su madre.
El chico miró a la mujer, él le tenía mucha confianza y pensó que debía saberlo.—Es que es un tema complicado. —comenzó a explicar.
—Te escucho. —dijo su madre sentándose en la cama del chico.
Jaemin le explicó todo desde el comienzo incluyendo el castigo por haberse peleado con Jeno en clases.
—Alguien odiando a mi dulce niño, es imposible. —exclamó sorprendida la señora Na. —Tengo que verlo para creerlo.
—Lo sé, todo los días me preguntó cómo puede odiarme.
—¿Tú no pensarás en rendirte verdad? —preguntó la mujer. —No te crié de esa forma, vas insistir hasta lo último.
Jaemin miró a su madre sorprendido, esperaba un regaño y no un consejo.
—Eres la mejor. —dijo el chico con una hermosa sonrisa. —Haré lo posible por solucionar todo.
—Ese es mi chico. —la mujer le dió un beso en la frente a su hijo y se levantó para irse. —Y haz ese baúl rápido antes que tú padre vea este desorden.
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La clase de Aritmancia había sido muy agotadora, Jaemin se sentía cansado y con mucha hambre.
—Pensé que iríamos al comedor. —cuestionó jadeante Jaemin cuando vio que su amiga lo llevaba en otra dirección.