Me muero por conocerte

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James Potter era un hombre simple, demasiado simple, cualquiera que lo conociera lo diría... pero ese «hombre simple» ocultaba que en realidad era un loco, obsesionado con cualquier cosa que se le negara. Por eso, que su afecto fuera rechazado era un desafío marcado por el destino para saber si se merecía al amor de su vida.

Toda una fichita...

El caso es que él se había enamorado de Lily, fue amor a primera vista y solo quería demostrarle que él la amaría para siempre, que él era el indicado. ¿Por qué era tan difícil?

James Potter era un inmaduro sin remedio, pero muy dentro de su ser sabía que no era la culpa de Snape el hecho de que su amada Lily lo rechazara... muy muy en el fondo en el centro. De hecho, jamás se lo diría a sus amigos, pero había hecho la paz con que él era parte de la vida de Lily, no le quedaba de otra. Siguiendo el consejo de Remus, se planteó el ir a a hablar con él, pero eso solo resultaría en otro rechazo. Lo había molestado por años y la única razón de su cambio era, básicamente porque se había resignado a su presencia.

Sin embargo, no era ciego ante lo que ocurría a su alrededor, sin importar lo que sus amigos creyeran. Si quisiera lo habría arreglado incluso si salía mal, pero una situación que tenía que ver con su amigo Canuto lo hizo dudar. En vacaciones de verano, habían salido a muchos lugares para divertirse, y en el caso de Sirius, ligar en los bares de mala muerte, hasta un pequeño incidente en el que descubrió a Sirius besándose apasionadamente con otro chico.

Había estado borracho y al otro día decía ni recordar su arrebato pasional con otro hombre, James no lo mencionó otra vez hasta que el mismo Sirius le aseguró que no había significado nada. Solo quería probar cosas nuevas. Después de eso, nada cambió, Sirius seguía siendo un Don Juan.

Pero, al volver a Hogwarts le sorprendió que tuviera un poco más de autocontrol. Hasta que el tema de Snape se hizo presente. Seguro el mismo Sirius no lo notaba, pero su actitud cambiaba completamente cuando se trataba de él, hubiera pensado que lo odiaba tanto por alguna razón que solo el conocía, pero desde hace tiempo sospechaba que tal vez había una especie de tensión entre los dos, al menos en el caso de Sirius, porque Quejicus era como una tumba.

El caso es que si bien aceptó su ayuda para alejarlo de Lily, la verdad tenía más curiosidad por saber qué pasaba entre ambos. Un experimento por así decirlo, que podría terminar en caos o en un romance tan absurdo como los dos seguro se lo merecían.

Le dejaría el trabajo a Canuto, y el probaría suerte dejando a Snape en paz, se estaba jugando el todo por el todo, pero valdría la pena o si no Remus lo pagaría por hacerlo actuar amable con otros.

—Lily, flor de mi vida. ¿Te gusta...?

—No, James. No me gustaría.

Bueno, algunas cosas tomarían tiempo. Decidió por ahora poner atención en clase, tampoco quería que le llamaran la atención. Al final, Minie les dejó un trabajo sobre los hechizos desvanecedores y la teoría detrás de sus niveles de complejidad.

Por supuesto que, él siendo el mejor alumno de esa clase, le entregaría el mejor reporte que haya leído en su vida. 

—¿Te gustaría ir a la biblioteca a hacer el trabajo? —preguntó esperanzado.

Lily volteó a verlo fijamente, sus ojos lo analizaban seriamente antes de suspirar derrotada y asentir. Debía escoger sus batallas, James le ofrecía ayuda, y la tomaría. No tenía que significar nada.

—¿Después de clases, entonces? —murmuró tratando de contener su emoción. Quizás este era el comienzo que había estado esperando.

—Hasta entonces —respondió sin más y salió del aula para su próxima clase.

Quédate esta noche (Severus x Sirius fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora