Quédate esta noche (Severus x Sirius fanfic)

Tú sí sabes quererme

La clase de Aritmancia era una de las favoritas de Barty, tanto así que esperaba pasar sus ÉXTASIS con un extraordinario, y tal vez dedicarse a eso, pues se consideraba bastante bueno para descifrar códigos, aunque por alguna razón no podía descifrar lo que pasaba en la cabeza de la persona sentada junto a él.

Peter Pettigrew.

El cual se había dedicado a ignorar su existencia desde que se sentó. Y, no es que le importara o algo, pero se le hacía raro que ya no lo mirara como siempre lo había hecho. Lo cual sólo servía para confundirlo más, pues no es como que le era indiferente, bueno en realidad ni lo sabía. O, bien este era el karma por no decidirse a tiempo y ya había perdido la oportunidad sin siquiera intentarlo.

Eso logró deprimirlo, pues no era la primera vez que arruinaba algo bueno con sus dudas y falta de valentía, y ahora le había costado el interés de un chico que le atraía.

Porque la otra opción era que él mismo iniciara conversación, y pues... no. No tenía ganas de ponerse en evidencia de esa forma, porque ¿Por qué otra razón le molestaría tanto si no fuera porque le importa?

Tendría que pensar en qué iba a hacer o si iba a hacer algo en primer lugar y, eso requería la ayuda de sus amigos, aunque ni sabía para qué, porque ninguno estaba en una relación por el momento. Además, cómo les iba a pedir ayuda para conquistar a un Gryffindor, eso sería pedir demasiado.

Definitivamente, estar enamorado era problemático, y más vale que valiera la pena, de lo contrario se confinaría a la sala común para no tener que enfrentar su triste realidad.

—Sr. Crouch, ¿lo estoy aburriendo?

Barty levantó la vista rápidamente, sorprendido, no se había dado cuenta que se había distraído de más. La profesa Vector lo miraba interrogante y el resto de la clase disimulaba risas ante su obvia incomodidad.

—No, profesora —murmuró encogiéndose en su asiento.

—Eso espero. Ahora ponga atención, ya después podrá distraerse a sus anchas.

—Sí, profesora —Barty estaba en extremo avergonzado. Nunca le habían llamado la atención y justo tenía que ser en ese preciso momento que tenía una crisis existencial.

La profesora continuó la clase y él se esforzó por poner atención, aunque no era fácil teniendo una gran distracción como lo era el león frente a él. León que se había incrustado en su corazón y que ahora lo ignoraba descaradamente.

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James Potter estaba confundido, ahora que pensaba las cosas no sabía cómo proceder. Después de todo ayudar a Snape con su crush, le daría palanca para estar con Lily, por otro lado, no sabía si era buena idea dejarlo en las garras de Sirius.

Él quería a su mejor amigo, pero también sabía que Sirius era un poco demasiado complicado. Tenía muchos problemas y requería paciencia que Snape no tenía. Es más, él temía que ambos eran una bomba de tiempo que detonaría a la menor provocación.

La provocación siendo ellos mismos, ambos no podían estar en una misma habitación sin que chispas salieran volando. Nunca había conocido a dos personas tan volátiles y difíciles en su vida. Y si Lily tenía razón, las dos personas más problemáticas parecían ser el uno para el otro.

Sólo esperaba no arrepentirse de tener algo que ver.

—Psst, Canuto. ¿Ya hablaste con Snape? —susurró por lo bajo.

—¡Claro! Como somos tan buenos amigos, que le puedo hablar cuando sea —masculló irritado.

—Pues muévete. Al menos ya intenté hablar con Regulus, es un comienzo.