Quédate esta noche (Severus x Sirius fanfic)

Él me mintió

Remus Lupin y Lucius Malfoy eran una pareja un tanto inusual. Su historia era -por decir algo- un misterio que ambos estaban felices de ignorar para disfrutar la inevitable fase de "Luna de miel". Sin embargo, no podían ignorar el elefante en la habitación por mucho tiempo, ya que de la comunicación dependen las relaciones.

En tres días, no habían tenido mucho tiempo para hablar, por lo que, Remus esperaba que ese día sí pudieran aclarar ciertos asuntos que le carcomían el alma. Desde que se confesaron sus sentimientos sólo se habían visto unas cuantas veces para besarse, pero tenía preguntas que hacerle a su novio, sobre todo con la luna llena tan cerca, que le recordaba que de alguna manera Lucius sabía sobre su condición.

Por eso, estaba en su cama, esperando a que sus amigos terminaran de alistarse para irse a desayunar al Gran comedor, mientras corrían de un lado al otro cambiándose y arreglándose el cabello -en el caso de James y Sirius- para empezar las clases del día. 

Observaba a sus amigos disimuladamente, pues si bien estaba ocupado en su noviazgo secreto, no significaba que no estaba al pendiente de ellos. De hecho, hace un par de días que había visto a Sirius raro, a veces se quedaba viendo a la nada, murmurando para sí, y en otras ocasiones se ruborizaba sin razón aparente, sólo para dar una excusa para salir a estar solo. James, por otra parte, se veía entre preocupado por Sirius y feliz por su cercanía con Lily, lo cual le decía que algo sabía del comportamiento de Sirius, pero no estaban listos para decirles.

—Lunático, ¡ya vámonos, que se hace tarde!

Remus rodó los ojos, irritado, como si él no hubiera sido el que los estaba esperando. Caminó con ellos fuera del dormitorio, donde se toparon con Lily. James hizo un pobre intento de invitarla a que los acompañara y ella aceptó gustosa, jalando consigo a Marlene.

El grupito salió de la sala común, hacia el Gran comedor, donde se sentaron a desayunar. Remus, por su parte, miraba con disimulo la mesa de las serpientes, tratando de llamar la atención de Lucius sin ser descubierto.

Una vez que la tuvo, hizo señas para que salieran a hablar, cosa que él captó y se despidió de sus amigos para salir por las puertas, Remus esperó un momento y con una excusa de haber olvidado algo salió detrás de él. Salió por las puertas mirando a todos lados y entró a un salón vacío que estaba cerca, donde Lucius lo esperaba recargado en una de las paredes, luciendo tan encantador como siempre.

—Hola —murmuró tímidamente. Todavía no se acostumbraba a tener al otro como su pareja, lo sentía como una fantasía.

Lucius sonrió encantadoramente y se acercó para tomarlo entre sus brazos.

—Hola —respondió para después depositarlo un pequeño beso en los labios.

Remus no quería que ese momento acabara, pero necesitaba respuestas ya. Así que con todo el autocontrol que tenía se soltó de sus brazos y se apartó unos pasos ante la atenta mirada de su novio.

—Lucius, creo que tenemos que hablar. He estado ignorando muchas cosas en favor de esto —señaló alrededor del salón, ya que siempre era en espacios así donde tenían sus encuentros—. Necesito respuestas, tú sabías que yo era un hombre lobo, lo dijiste en tu poesía. Quiero que me digas qué te hizo enamorarte de mí a pesar de todo, ¿Por qué ahora?

Lucius lo miró unos instantes, sorprendido, si bien sabía que su amor era un Gryffindor, el chico siempre se le había hecho bastante apacible. Aunque, tenía razón, si querían que esa relación funcionara debían hablar sobre muchos temas, entre ellos el inicio de su atracción. No sería una charla bonita, pero esperaba que no le fuera tan mal.

—Como quieras, después de clases veme en el tercer piso. Será una larga charla —anunció.

Remus asintió dudoso, y se despidió para ir con sus amigos. Lucius, se quedó un poco más tiempo en aquel salón para pensar en lo qué le diría. Sólo esperaba que las cosas no se complicaran entre ellos o peor que Remus no lo quisiera volver a ver.