Paisaje japonés

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Las lechuzas llegaban al Gran Comedor temprano por la mañana, ululando mientras repartían el correo por todas las mesas. La paz (extrañamente) reinaba en el comedor, todos hablando en voz baja y disfrutando de la mañana.

Al igual que los alumnos, los profesores hablaban tranquilamente, o se ocupaban de algunos asuntos antes de empezar las clases.

Pero... la paz nunca fue una opción...

Por lo que, de repente, un ruido seco llegó a interrumpir la calma. Desde la mesa de profesores, se escuchó un estruendo... una copa se había caído, el Profesor Slughorn tenía una mirada ida, mientras empezaba a levantarse de su asiento, intentaba hablar, pero no salía ningún sonido...

Los profesores y alumnos veían la escena sorprendidos, ninguno sin saber qué hacer exactamente, eso, hasta que la profesora McGonagall se levantó para socorrerlo.

—¿Horace...?

¡CUÁC! ¡CUÁC! ¡CUÁC!

Un graznido salió de su boca, retumbando por todo el gran comedor ante la atónita mirada de todos los presentes, excepto por cinco alumnos que presenciaban la escena extasiados porque sí había funcionado.

—¿Pero ¿qué...? ¡BEEEEE! ¡BEEEEE! —todo el gran comedor miraba horrorizado como la profesora McGonagall empezaba a balar al mismo ritmo que el profesor Slughorn.

La sorpresa dio lugar a la diversión, y en cuanto un alumno empezó a reír, todos lo hicieron, el estruendo de las risas retumbaba en las paredes, haciendo eco, mientras cada vez más profesores empezaban a emitir sonidos extraños, todos de un animal diferente.

El mismo director, quien parecía encontrar la escena divertida, trató de deshacer el encantamiento, aunque eso sólo causó que la comida de la mesa explotara en millones de serpentinas, junto con explosivos que lograron asustar más a los profesores, dando lugar a estruendosos sonidos de animales por todos lados, para después empezar a cacarear él mismo.

Mientras el caos reinaba en el Gran Comedor, cierto Slytherin miraba todo con incredibilidad, pues era obvio quienes habían hecho la broma, y por primera vez pudo «disfrutar» del espectáculo en lugar de ser parte de él, claro que nunca admitiría que le parecía «gracioso» nada que ese grupo hacía.

¡BEEEEE! ¡BEEEEE!... ¡BEE...! ¡POTTER! ¡BLACK! —el hechizo no duraba mucho, sólo lo suficiente para crear una escena divertida, y ahora que McGonagall había vuelto a la normalidad, se encaminaba colérica hacia donde los merodeadores trataban de verse lo más inocentes posibles—. ¡Detención por el resto del año!

El efecto había pasado, así como el momento de diversión, dando lugar a que el resto de los profesores estuvieran igual de indignados por lo ocurrido.

—50 puntos menos para Gryffindor, por cada uno —anunció McGonagall fríamente—. Eso los incluye a ustedes, Sr. Lupin y Sr. Pettigrew.

Todos los Gryffindor miraron mal a los merodeadores, ya que, sería imposible recuperar esos puntos, y Slytherin llevaba la delantera, por lo que, seguramente serían los ganadores de ese año.

Los perpetuadores del crimen no dijeron nada, sólo aceptaron el castigo, pues era bien merecido y había valido la pena, al menos nadie se dio cuenta que Lily también había participado o les habrían quitado más puntos.

Terminó el desayuno y todos se separaron para dirigirse a sus respectivas clases, dando la oportunidad de juntar a los aliados de las dos casas sin el conocimiento de unos cuantos.

Sirius, por su parte, se sentía animado, el volver a su época dorada de bromistas y creadores del caos, pues era una de las cosas que lo hacía sentir vivo, sobre todo, con todo el tema de Severus y sus sentimientos complicados por él.

Quédate esta noche (Severus x Sirius fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora