El amor de mi vida

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Después de la experiencia en la Sala de Menesteres, se podía decir que las cosas entre Severus y Sirius se habían calmado hasta el punto que podías llamarlos «amigos»...

o tal vez no...

O sea, no, pero sí eran algo.

Pasaban tiempo juntos y ya no existían discusiones entre los dos... bueno siempre y cuando Sirius recordara que Severus era el experto en pociones, y por lo tanto, nada pasaba si él no lo aprobaba.

Su relación era «buena», aunque nada especial, puesto que todavía no existía la confianza suficiente entre los dos. Tenían que dejar atrás años de bullying y malas decisiones para ser completamente felices.

Sin embargo, los que más sintieron el cambio fueron sus respectivos amigos, pues nadie se molestó en pensar que ahora debían llevarse bien los unos con los otros. Nadie se lo tomó bien, excepto cierto rubio y castaño, quienes podían pasar aún más tiempo juntos y ahora molestando a sus amigos con su melosidad.

Pero, a pesar de eso, Hogwarts conoció la paz por primera vez en 6 años. Pero la paz no está hecha para durar, y una lucha más grande se asomaba por entre las sombras, no sería fácil, y supondría muchos sacrificios, y todos estaban conscientes de ello.






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—¡Te dije que así no era, Black! Primero debes revolverlo antes de agregar la raíz de valeriana, debiste esperar. Las instrucciones están ahí por una razón —reprochó Severus con molestia a su compañero de pociones.

—¡No es la gran cosa! ¡La poción sigue igual! —espetó el Gryffindor molesto.

—¿¡Y cómo lo sabes?! ¡Podría haber una reacción leve, podría estar arruinada y no lo sabríamos!

Sirius hizo todo lo posible por no rodar los ojos ante la actitud de Severus, la poción estaba intacta, la valeriana ni siquiera era un ingrediente relevante más que para el sabor. No entendía la manía de Severus de enfadarse por algo insignificante, pero sabía que, si le decía eso, sólo terminaría en una discusión más acalorada.

Respiró profundo e hizo un esfuerzo sobrehumano por comprender las preocupaciones del otro: —Esta bien, Severus. Tienes razón.

Severus, por su parte, seguía molesto, aunque ahora con la cabeza más fría comprendía que quizás sí se había pasado un poco, pero es que él nunca fallaba a la hora de hacer pociones, y no quería tener ni un error en su historial perfecto. Además, tenía razón en reclamarle, pues el orden de los ingredientes siempre era importante, se tenía que ser cuidadoso en todo momento.

—Sólo déjame a mí hacerlo —respondió finalmente.

Sirius asintió y dejó que Severus se encargara de la preparación, mientras él lo observaba con detenimiento, después de todo, le gustaba verlo trabajar en su elemento, pues esa era su actividad favorita.

El resto de la clase pasó rápido, ambos no volvieron a discutir, sólo disfrutaban de la compañía del otro tanto como podían sin que les importara la presencia de los demás.

—Esta lista. Voy a embotellarla y la llevaré con Slughorn. Te veo después —murmuró Severus ligeramente.

Sirius asintió y recogió sus cosas para salir dirigirse a su otra clase, siendo seguido por sus amigos.

Quédate esta noche (Severus x Sirius fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora