Capitulo trece: fuego en los huesos

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En un triste anochecer, los hermanos se alejan por un tiempo de la posada, en la cual se refugiaran esta noche, pero la melancolía no desaparece.





Mientras caminan por las calles, iluminadas por los faroles, la tristeza y la inquietud, se apoderan de Laira.





Laira: -hermano, *se detienen*. . . fue mi culpa.-





Derius, entiende de lo que está hablando y la sujeta de los hombros.





Derius: -él te secuestro, él te amenazo y te lastimo, la culpa no es tuya, es de él.-





La angustiada Laira, desvía la mirada.





Laira: -pero yo fui la que se alejo de ti y se acerco a él, yo fui la que se distrajo. . . y por eso hiciste algo horrible y papa mintió para protegerte. . . todo por mi error.-





Derius se arrodilla y mira fijamente a los ojos de su hermana.





Derius: -tenias cinco años, no puedes culparte por eso, *baja la vista triste* tarde demasiado en notar tu ausencia, debía cuidarte y no lo hice bien. . . y presenciaste todo- *mira sus manos*.





Laira sonríe, mas aliviada por las palabras de Derius, y levanta la cabeza decaída de su hermano.





Laira: -pero al final lo hiciste, estoy a salvo gracias a ti, solo pienso en eso y no en. . . *mira hacia la puerta oeste del pueblo*. . . ¿huh? ¿Qué es lo que está pasando allá?-





Los hermanos ven, que de la otra entrada al pueblo, estaba pasando una escena trágica. Una caravana interminable de personas, estaba llegando al pueblo. La mayoría de ellos estaban heridos y cargaban niños llorando, por el haber perdido a sus padres; otros casi ni podían caminar de las heridas y caían antes de llegar.





Laira y su hermano Derius, corren a la entrada para ayudarlos y averiguar qué ha sucedido. A primera vista, las heridas de la mayoría, parecían causadas por flechas y espadas; también, en menor medida, por mordidas y arañazos.





Mientras Laira cura con su magia a los más graves, Derius ayuda a las personas a llegar al pueblo, carga a los niños a un sitio seguro, lleva agua y alimentos e ilumina los alrededores usando sus llamas.





Derius: -permítanos ayudarlos, por favor, tome *le da una cantimplora*. Llevare a los niños a un lugar seguro.-





Laira: -tranquila, pronto te sentirás mejor *le cura las heridas*-





Mujer herida: -gracias jóvenes, son muy amables.-





En una asistencia, Derius ve a un anciano en el suelo. Ya no tenía fuerzas para caminar.





Derius: -¡señor! Tranquilo, voy a ayudarlo a. . . yo. . . yo lo conozco ¡eres Kímero!-





Kímero: ¿Cómo es que *tose*. . . como me conoces? Espera. . . esa mirada *respira agitado* ¡eres el hijo del leñador!-





Derius: -es cierto señor, soy Derius. . . uno de los hijos de Trían, *mira la gravedad de las heridas de Kímero* mejor hablaremos del pasado luego, ahora voy a llevarlo para que curen sus heridas.-





El anciano Kímero acepta, Derius lo carga del brazo y lo lleva con su hermana. Laira también, reconoce a Kímero al verlo.





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