El sol empieza a bajar, la tarde acaba de comenzar... y los hermanos... pues, bueno... están cansados. Laira se despertó muy temprano después de una noche inquieta, y Derius, no durmió bien en la taberna anoche.
Laira: *bostezo* -no creo que podamos avanzar mucho hoy, creo que debemos descansar.-
Derius: -tienes razón, estamos cansados después de todo lo que paso en estos días, *mira alrededor* allá hay un lindo árbol, descansemos allí.-
Ya con pocas energías, los hermanos llegan al solitario árbol, a un lado del sendero. Derius descuelga su bolso y apoya su espalda en el tronco, dejándose caer suavemente hasta quedar sentado en el suelo, del cual, las raíces del árbol brotan.
Laira no imita a su hermano, ya que estaba sufriendo más del sueño que del cansancio. Aunque entiende a su hermano, ella sabe que no descansaran bien en ese lugar y eso (además del sueño) la irrita.
Laira: -hermano, creo que merecemos descansar en un mejor lugar que este. Tal vez pueda arreglar eso *extiende un brazo*... therbust.-
Derius se confunde al oír a su hermana, pero al ella mencionar el conjuro, él agita los brazos asustado y su expresión cambia a sorpresa, cuando el suelo debajo de él comienza a temblar y el árbol en su espalda a moverse.
La conmoción hace que Derius se aleje, lanzándose hacia adelante, para luego voltear y ver la gran creación de su hermana. Ese pequeño y solitario árbol, se había convertido en una gigantesca casa. Su tronco era eo doble de grande y tenía una abertura en la base, en donde entraban cómodamente dos camas bien mullidas, hechas con raíces entrelazadas, finas y suaves.
Derius: -¡esto es increíble! *mira a Laira*... nunca dejas de sorprenderme, te has vuelto una maga asombrosa.-
Los halagos de su hermano, hacen sonrojar a Laira. Cuando los ánimos se calman, ambos entran a descansar.
El sol continúa descendiendo, ya pronto anochecerá. Laira y Derius se preparan para cenar temprano y poder dormir bien esta noche.
Para cocinar, usando su fuego y juntando unas ramas secas de los alrededores, Derius crea una fogata afuera del gran tronco, y para dormir, Laira asegura la entrada al árbol, cubriéndola de ramas.
Ya de noche, el mundo físico empieza a desvanecerse, dándole lugar al reino de los sueños.
En el mundo onírico de Laira, ella se encuentra en una pradera; es otoño, la luz del sol resplandece en el lejano horizonte y los pastizales hacen un suave ruido al ser mecidos por el viento. A la distancia, se alcanza a ver una colina; una planta extraña crece, sobre esa irregularidad.
La niña, comienza a caminar hacia esa parte del paisaje, tan diferente al de su alrededor. A medida que se acerca, del centro de esa misteriosa planta, una figura humana empieza a distinguirse; una mujer, y por alguna razón, su rostro le resultaba peculiarmente conocido.
Cuando Laira está frente a la mujer desconocida, la joven escucha que esa mujer le habla, pero por alguna razón, no logra entender muy bien sus palabras, solo logra entender palabras sueltas.
Mujer misteriosa:
Laira: -¿qué?... Espere señora... no logro entender *escucha atentamente*... ¿está diciendo "lo siento", por qué?... ¿"camino elegido"?... no sé de que está hablando... espere ¿Cómo... me llamo "Amy"? ¡¿Cómo conoce mi segundo nombre?!-
La mujer misteriosa, agacha la cabeza y su rostro refleja la tristeza que siente en lo profundo de su ser; luego... mira a Laira a los ojos y dice una frase que Laira entiende con claridad: "tu sola puedes evitarlo, si tu...". Pero la frase de ella queda incompleta, ya que la planta en la que se encuentra, empieza a secarse y la hace desvanecerse lentamente. En un intento desesperado, ella intenta estirar su brazo para alcanzar a Laira, pero desaparece antes de lograrlo.
De pronto, el cielo se cubre de una noche profunda, los prados son cubiertos por una gran oscuridad y el viento se vuelve violento. Este entorno empieza a asustar a Laira, la cual no sabe qué hacer, siente pánico al ver a la oscuridad acercarse a ella; todo a su alrededor esta oscuro, su cuerpo no reacciona, no puede evitar la oscuridad y eso la aterra, pero cuando esta por gritar... despierta, y del sobresalto, se queda sentada en su cama hecha de raíces.
Cuando Laira mira a su alrededor, ve que aun es de noche, pero su hermano no está en su cama; es allí cuando, al mirar a la entrada del árbol, lo ve sentado a un lado de la fogata, tal parece que hace un rato la volvió a encender.
Laira se levanta de la cama y va a sentarse a un lado de Derius. Ellos pasan un tiempo en silencio, mirando las llamas moverse en la noche; en esa situación, no hacía falta hablar de nada, no necesitaban darse explicaciones entre ellos...
... no era necesario... ya que ambos...
... habían tenido una pesadilla
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almas compartidas
خيال (فانتازيا)dos hermanos, una alma destinos cruzados, lados confusos un poder de destruccion. . . o quizas. . . . . . de salvación