Capitulo veintidós (vers. 2): voluntad

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(Versión canon)

Alegrías y tristezas; dolor y alivio; calma e inquietud... el ambiente está lleno de diversas emociones que se enfrentan entre sí en la aldea de Pridan occidental. Solo basta con esperar que emociones guiaran al corazón de sus habitantes que los harán tomar decisiones que cambiaran el curso de la historia.





Pocos minutos pasan del invernal amanecer, al sur de Pridan occidental, Derius y Laira se encuentran con pensamientos divididos. Derius lucha en su interior contra la sombra que quiere poseer su mente y Laira lucha contra el dolor y el miedo de perder o matar a su único hermano.





Derius esta arrodillado con sus manos en la cabeza, sus gritos han cedido y solo se escuchan los quejidos de dolor que murmura mirando hacia el suelo. Algunas líneas negras se dibujan en su rostro. Pero sus ojos reflejan que aun esta allí, enfrentándose al fantasma de su interior.



Con lanza en mano, Laira intenta que su hermano le dé una respuesta, pero Derius al parecer, no puede escucharla.





Laira: -hermano... por favor, tienes que ser fuerte... por favor, hermano... *llora* por favor... ¡lucha contra esa cosa, no dejes que te domine! *sollozo*... por favor hermano *baja la lanza*... eres lo único que me queda.-







Al darse cuenta de la impactante realidad de lo que sus acciones causarían, Laira queda atónita y sus manos sueltan el arma que ella porta.





El sonido de la lanza al chocar contra el suelo pedregoso, hace que los ojos del desquiciado Derius miren al causante del sonido. Él ve la lanza a los pies de su hermana, alzando la mirada ve el rostro de Laira, llorando de tristeza y de impotencia al no poder hacer nada.



Al ver a los ojos a su hermana, la mirada de Derius cambia; acto seguido vuelve a ver al suelo frente a él, sus manos sueltan su cabeza y se anclan en el suelo. La voz del sombrío ser en su mente se intensifica, al igual que sus quejidos de dolor, pero eso no impide que Derius se levante y logre estar de pie.



Laira: -hermano...-





Con la mirada aun en el suelo, Derius hace que su cuerpo comience a arder en llamas.


Con la mirada aun en el suelo, Derius hace que su cuerpo comience a arder en llamas

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A medida de que las llamas crecen, parte de su fuego se torna más oscuro y una voz se distingue del mismo. Parece conversar con el obstinado mago.





Sombra: -¿quieres seguir resistiéndote? Ya deja de hacer tanto esfuerzo inútil, si no te detienes, me asegurare de que sufras hasta que tu cuerpo y mente se rindan.-





Derius: -ya no voy... a escucharte, no me importa cuánto quieras... que renuncie a mi voluntad-





Sombra: -es inútil, jamás podrás liberarte de mí, aunque dudo que quieras hacerlo, solo yo puedo darte lo que tanto has buscado.-





Laira no puede evitar intervenir al escuchar hablar a la sombra.





Laira: -hermano, no dejes que la sombra te convenza, *sollozo*... solo quiere usarte.





Sombra: -*ríe siniestramente* me agrada su cursi inocencia, pero tiene razón. Ya puedo sentir como te debilitas, no pasara mucho para que tu mente se quiebre. Cuando dejes de luchar, ella será a la primera que matare.-





Derius: -... no... yo no te dejare... nunca... yo nunca dejare de pelear contra ti...-





Sombra: -di lo que quieras, nadie puede vencernos. Vamos, ya fue suficiente conversación, es hora de que te unas a mi.-





Derius: -*gruñe de rabia* ¿No lo entiendes? *arde más intensamente* te lo diré claramente *grita* ¡Nunca voy a rendirme!-



El grito de vigor de Derius, aviva sus llamas y arden con más fulgor. Al mismo tiempo, de su cuerpo resuena un alarido, mientras un humo negro brota de las marcas que en su piel se dibujaban y se desvanece en el aire. Poco a poco, toda esa oscuridad desaparece.





Luego de que el humo deja de salir de su cuerpo, Derius se siente más aliviado, pero el esfuerzo que hizo lo deja exhausto y empieza a jadear mientras las llamas de su cuerpo se extinguen poco a poco.



Laira: -¡Derius!





Laira corre hacia su hermano al verlo tambalearse, pero él cae antes de que ella logre agarrarlo.





Derius está en el suelo, cansado y con pocas fuerzas para mantenerse consiente. Laira al llegar a su hermano, hace que se acomode boca arriba para poder atenderlo con su magia, pero no sin antes de abrazarlo felizmente.



Laira: -hermano... resiste, pronto te sentirás mejor.-



La maga intenta curar el exhausto cuerpo de su hermano, pero su magia no parece surtir efecto, ella aun siente la débil energía que el cuerpo de Derius emana.



Laira: -¿Qué está pasando? ¿Por qué no puedo hacer que recuperes tus fuerzas?-





???: -no estás curando la energía correcta-



Los sollozados ojos de Laira voltean hacia el lado de donde escucha la voz misteriosa, una voz muy familiar.













Laira: -... Arami... ¿eres tú?

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