Capitulo veintitrés: una ayuda espiritual

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Unas horas después del amanecer, en una pequeña casa de Pridan occidental, tres jóvenes magos descansan bajo el humilde techo. Laira y Arami están en el comedor, tomando una taza de té, que la dueña de casa les ofreció y conversan después de su agitado reencuentro.





Laira: -gracias por dejarnos quedar en su casa señora.-





Dueña de casa: -no seas tan formal, solo dime Melea *toma un poco de té*. No tienes por qué agradecerme, yo debería darte las gracias... no solo nos liberaste, nos devolviste nuestro hogar *mira agradecida* dejar que se quedaran es lo menos que puedo hacer.-





Laira: -agradezco su gentileza entonces, pero no se sienta en deuda, hice lo que pude para ayudar y me alegra que diera resultado... *voltea hacia Arami y sonríe* y también debo agradecerte a ti... Arami; de no ser por ti, nunca hubiera podido salvar a mi hermano...-

La joven maga, responde sonrientemente, alagada por sus palabras.



Arami: -no fue nada comparado con todo lo que tú y tu hermano hicieron, jamás creí que lograran tanto en tan poco tiempo.-





Laira, sonríe alagada por las palabras de su amiga, luego mira la taza de té pensativamente y suelta una sutil afirmación.







Laira: -así que nuestro cuerpo posee una energía vital y una espiritual...-





Arami, la escucha y toma su tiempo para responder.







Arami: -así es, una mantiene el cuerpo sano y la otra lo mantiene vivo; no es algo tan prescindible de saber para la mayoría, pero descuida, es algo que hubieras entendido en alguna ocasión.-





Laira: -por lo tanto deduzco que usamos energía vital para usar magia.-





Arami: -nosotras al menos sí, es una característica de la magia herbal; *mira hacia la habitación* otros tipos de magia como la de tu hermano, usan energía espiritual, por lo tanto su cuerpo se adapta para recuperarla más fácil... *suspira y mira a Laira* y por más que queramos, solo podíamos ayudarlo en ese proceso... no hay más que hacer, él... va a tener que descansar y recuperar sus fuerzas por su cuenta.-





Laira: -comprendo, al menos me tranquiliza el saber que estará bien.-







La charla continúa un rato, pero pronto Melea, nota que Laira no está del todo atenta y esta quedándose dormida. Ella, se acerca a la joven y le toca el hombro para llamar su atención.





Melea: -te ves muy cansada, hay otra habitación en esta casa, es la de mis hijos. *alza la vista y se dirige a ambas* Si lo desean, pueden dormir un poco, ha sido una noche agitada y estoy segura que también deben recuperar sus fuerzas.-





Laira: -no se preocupe, ya suficientes molestias le hemos causado al dejarnos usar su cama para mi hermano, no nos gustaría molestar también a sus hijos.-





Melea: -no te preocupes, mis hijos están embarcados. Ellos viajaron al oeste, hacia otro continente; zarparon en primavera, antes de todo esto y no volverán sino hasta el verano. Supongo que ahora tengo una historia para contarles cuando regresen.-







Laira: -entiendo, le agradezco su hospitalidad... *bostezo*... ahora que lo menciona, si me siento algo exhausta *se pone de pie y deja la taza*... antes de ir, voy a ver como esta Derius.-





Arami, la detiene sutilmente y cuando sus miradas se encuentran, ella le explica.





Arami: -no te preocupes, yo me encargo; descanse bien anoche, pero tú no has dormido nada; por lo que veo, debes descansar.-





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