"Al fin llegó el día" pensó Shirabu entrando a la casa feliz. Esa noche podía ver, hablar y besar a Semi quién estuvo dos meses fuera por una gira. Shirabu quería ir con el pero no podía desatender su trabajo como doctor.
Emocionado, se sentó en el sofá, también sentía nervios. Bueno, en realidad no sabía que sentía, era una mezcla de emociones.
Pasaron de las 12 pero no le importaba, pidió el día libre para estar con su pareja. Quería verle, pero sus ojos se cerraban, acabaron ganando la guerra.
La puerta se abrió, dejó el equipaje en la entrada y con cuidado se adentro, al salón. Vio un pequeño bulto en el sofá que resultó ser su pareja dormida. Enternecido lo cargo como princesa para llevarlo a la cama.
—Semi...llegaste—dijo adormilado. —¿Te desperté? —No importa...—poso su mano en la mejilla ajena y sonriendo dio un pequeño beso en los labios—okaeriSemi —Tadaima Shirabu
Tumbándolo en la cama, Shirabu no se quitó de su enganche y tiro hacia abajo al mayor para darle un mejor beso. Un beso que ambos anhelaban, un beso que mostraba todo el amor que tenían por el otro.
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