Les había costado, pero al fin estaban en la cita tan ansiada por ambos, pero no lo iban a reconocer. Al igual que Kageyama no iba a reconocer que le pidió consejo a Oikawa para saber que ponerse en la cita, o que Hinata le pidió ayuda a Yachi, si ambos reconocían aquello sentían que perdían.
Pero ahí estaban, yendo al lugar de encuentro. El más alto había llegado antes de la hora acordada, los nervios le pasaron una mala jugada. Y aunque Hinata había llegado a la hora correcta, Kgeyama se había enfadado.
-Llegas tarde enano -He llegado bien Bakayama -Como sea, ¿a dónde quieres ir? -Pensaba que lo habías pensado -¿No pensaste nada? -No... -Yo tampoco... -¿Qué hacemos entonces?
El silencio reina al pensar ideas para la cita, pero lo único que se les ocurrían eran ideas típicas, como ir al cine, pero era su única alternativa.
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Tras un corto debate, los dos al fin deciden la película y que comer de acompañamiento. durante la película, Hinata iba mirando al contrario de reojo, sabía que sentía algo por él, sino no estaría en aquella situación, pero, ¿Kageyama sentía algo por él? ¿O sólo le veía como el compañero que podía rematar sus pases? Aquello le estaba volviendo loco.
Por otra parte, Kageyama notaba como el anaranjado le miraba, cosa que le ponía nervioso, en su mente creía que este lo odiaba y que solo estaba ahí por pena, pero no podía evitar ruborizarse cada vez que Shouyo le miraba.
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Una vez la película termina, los dos salen animados, comentando sobre ella, en el fondo no querían dejar la cita ahí, así que deciden ir a una cafetería con la excusa de comentar sobre la película.
En el lugar continúan hablando sobre la película, por alguna razón se sentían más cercanos al otro, pero los pensamientos intrusivos seguían ahí.
De cualquier forma, los dos disfrutaban de la compañía contraria, tanto fue así que no se dieron cuenta de la hora, se les hacía ya tarde.
El azabache insistía en acompañar al anaranjado, y este insistía en que no era necesario, pero terminó ganando el mayor. Durante el trayecto había un silencio cómodo, lleno de miradas y sonrojos cuando estas se cruzaban, agradecían que ya fuera de noche, así el otro no veía la cara roja que tenían.
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Un rato después, llegaron a la casa del más bajo, tanto Tobio como Shouyo se maldecían a si mismos por no poder avanzar. Fue Kageyama que se armaba de valor y agarra la pequeña mano de Hinata "porque ya estaba oscuro y podía perderse", pero el de ojos café no podía quitar la vista de las manos.
A unos 5 metros ya estaba la casa de Hinata, la velocidad de los pasos se reducía en un intento de alargar el tiempo de estar juntos.
4 metros, las manos estaban entrelazadas.
3 metros, Hinata no quería quedarse atrás, él también haría su movimiento estrella.
2 metros, era el momento. El anaranjado da un paso largo quedando frente al alto, Kageyama no entendía nada. Respirando profundamente para tomar valor, Shouyo estira de la chaqueta contraria obligando a Tobio agacharse para unirse al chico en un beso.
Un beso torpe y lleno de nervios, aquel beso era el primero de los dos, peor lo disfrutaban de alguna forma. Cuando se separan, pueden ver las mejillas de color carmesí que el contrario tenía, pero cuando Hinata se dio cuenta de lo que había hecho, todo su rostro se pone rojo.
-Hi-Hinata, ¿estás bien? -Y-yo -¿Tú? -L-lo siento
Dicho eso, el bajo sale corriendo en dirección a su casa dejando a un Kageyama Tobio confundido, pero feliz.
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