ᵗʰᵉ ᵍᵒˡᵈᵉⁿ ᶜᵃᵍᵉ

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Dedicada a mi querida Cony, por siempre escucharme cuando le hablo sobre una historia nueva.

—Cuando conocí a Lalisa Manoban pensé que solo había hecho una amiga más.

Esa fue la frase con la que Chaeyoung iniciaba su testimonio. Tenía a tres policías frente a ella, una condenada lámpara apuntándole el cansado rostro. Sabía que detrás del vidrio polarizado se encontrarían tres detectives más. Estaba siendo vigilada, observada y analizada desde todos los ángulos posibles. En su interior, maldecía a Lisa con todo su corazón, pero, en el fondo...

—Nunca pensé que ella estaría en el bajo mundo y cometería las atrocidades que me comentan.

—¿Cuántas veces la ayudaste a esconder cadáveres?

—Nunca —se defendió de inmediato—. Yo no tenía conocimiento de esos homicidios.

—Pero sabías que lo hacía —dijo la mujer de traje que estaba cruzada de brazos tras de ella—, ¿o me equivoco?

—Claro que lo sabía —se mofó—. Manoban, no, Matsumura, pertenecía a la mafia. Solo un idiota pensaría que en ese mundo todo es como en los libros de adultos o los de inmadurez adolescente.

—¿Podrías repetir cuándo fue la última vez que la viste?

—Hace ocho meses. No hemos tenido ningún tipo de contacto además de la llamada por la cual ustedes me contactaron.

—Asesinó a diecisiete personas la semana pasada —dijo el detective, cuya placa de identificación se leía "Choi"—. Y entre esas personas, se encontraban tres antiguos compañeros de escuela. ¿Coincidencia?

—No, sé que ella no se llevaba bien con nuestros ex compañeros.

"Yo tampoco me llevo bien con ellos", pensó.

—¿No tienes nada más qué decir?

—Ya lo he dicho todo. Me han tenido aquí por dieciséis horas. ¿Cómo logro convencerlos de que Lalisa Manoban y yo no tenemos nada que ver?

El pesado ambiente solo fue creciendo, pero luego de un par de horas, Park Chaeyoung salió de ese horrible lugar y se dirigió a su casa. Tenía hambre, ganas de ducharse...

...y ganas de romper en un angustioso e inconsolable llanto.

Lalisa Manoban había arruinado su vida de tantas maneras, y lo peor es que Chaeyoung no quería que desapareciera de su vida. Un círculo vicioso, sí. Una dependencia emocional, claro que sí. Admitirlo era el primer paso, le decían, ahora bien, ¿cómo soltaba? ¿Cómo podría soltar a aquella mujer que se había instalado en su corazón como el amor de su vida?

the golden cage 『❀』chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora