the golden cage 『❀』chaelisa

O5: 𝒞𝑜𝓃𝒻𝓊𝓃𝒹𝑒𝓈 𝓂𝒾 𝒸𝑜𝓇𝒶𝓏ó𝓃

"Confundes mi corazón"

O5

"I've got a hundred million reasons to walk away"

Lady Gaga

C h a e y o u n g

La llamada de Jennie hizo que me separara abruptamente de Lalisa. Mi celular sonó por unos segundos mientras ella y yo respirábamos algo agitadas; bueno, está bien, solo yo estaba respirando así, pero Lalisa sí se había asustado con la llamada.

—Jennie —dije, y Lalisa no respondió—. ¿Sí?

—¡Chae! ¿Dónde estás? —me preguntó.

—Uhm, en el bar...

—Baño —me susurró Lalisa.

—¿Aquí dentro? No te veo —dijo Jennie y miré de inmediato a Lalisa.

—Estoy en el baño —respondí tartamudeando un poco—. ¿Tienen mesa?

—Sí, te estamos esperando.

—Voy de inmediato.

No le di la oportunidad de responderme porque le corté justo después de terminar de hablar. Lalisa pasó por mi lado y abrió la puerta.

—¡Seung-ssi! —llamó y se alejó de la puerta dejándola abierta.

Seung-ssi, la mujer que me recibió al principio, apareció en dos segundos frente a la puerta. Lalisa había vuelto a mi lado, me tomó por la espalda y me hizo caminar junto a ella hacia Seung-ssi.

—Llévala afuera, pero sostenla, como si hubiera estado vomitando —ordenó Lalisa antes de mirarme—. Vas a decirle a tus acompañantes que te mareaste y vomitaste —miró a Seung-ssi—. Cualquier cosa, tú la encontraste y la trajiste a los baños del personal para darle atención médica. Luego, le llevas una taza de té.

—De acuerdo —dijo Seung-ssi y me tomó por el brazo—, discúlpeme.

—Cuando la dejes con sus conocidos, ven de inmediato a mi oficina, por favor —ordenó Lalisa antes de volver a tomar asiento en su escritorio—. No hemos terminado.

—Sí, señora Matsumura.

Con "Seung-ssi" a mi lado, salí de la oficina. Quise voltearme para ver, por última vez, a Lalisa, pero la puerta se cerró antes. El tacto de la mujer era firme, pero nada brusco.

—Por favor, recuerde mantener la versión que planeó la señora —dijo Seung-ssi.

—Sí —dije con un hilo de voz mientras bajábamos las escaleras.

Cuando salimos al bar, la música fuerte nos ambientó y me recordó dónde estábamos. Apreté mis labios y miré a mi alrededor, buscando a mis amigas. Jennie e Jisoo estaban en las mesas de la segunda planta, pude distinguir la blusa amarilla de Jisoo, esa con tirantes que solía ser su favorita. Ella me vio y me saludó con la mano, gesto que le correspondí.

—Evítese problemas, señorita Park —dijo Seung-ssi antes de soltarme—. Lo digo por su bien.

—¿Eh?

Pero Seung-ssi se había alejado de mí y se fue, nuevamente, hacia el pasillo por donde habíamos salido. Algo confundida, caminé lejos de ahí para ir hasta la escalera y llegar hasta la mesa donde estaban mis amigas.

—¿Los baños están en esa dirección? —preguntó Jisoo—. ¿Y quién era esa mujer?

—Oh, no, nadie, una de las encargadas del local —respondí.