the golden cage 『❀』chaelisa

14: 𝒬𝓊𝒾𝑒𝓇𝑜 𝑒𝓈𝓉𝒶𝓇 𝓅𝒶𝓇𝒶 𝓉𝒾

"Quiero estar para ti"

14

"Is there someone to give it all?"

Monsta X

C h a e y o u n g

Domingo por la mañana, me preparé un té y me senté a ver la televisión. La programación implicaba política, lo cual, personalmente, me interesaba, sobre todo considerando la profesión que practico todos los días, en especial al estar hablando de una reforma de ley en contra del crimen organizado.

Es curioso, desde que Ali volvió a aparecer en mi vida, siento que el universo se esfuerza en recordarme constantemente que ella es una criminal y que yo no tengo que estar a merced de como ella perciba el mundo, ni siquiera unirme en su juego de revivir el pasado. Mas la terquedad se apoderaba de mí, junto con mi ansia de revivir el único momento de mi vida en el que sentí un amor sincero.

Pero, ¿qué tiene de sincera una persona que camina por una vereda en donde lo ilegal es su forma de afrontar las pruebas de esta vida? ¿Qué tiene que ver la sinceridad a la hora de enfrentar las dificultades de alguien que solamente comete errores por tener miedo? No es sinceridad, no es el concepto correcto.

No estoy afrontando las cosas como debiese hacerlo, y, de hecho, me desconozco. Me quedé mirando la televisión con Hank a mi lado, pero la sensación de inconformidad me comenzó a irritar. Yo, Dios... ¡Chaeyoung! ¿Cómo puedes ser tan tonta? ¿Cómo es que eres tan fácil de manejar y engañar?

Lisa... No, Lalisa, es una persona non grata. Los momentos que estamos compartiendo son un simple engaño. Si ella y yo no tenemos una conversación al respecto, es mejor que dejemos de vernos.

Dios...

Mi celular comenzó a vibrar y el tono de llamada asustó un poco a Hank. Una pequeña parte de mi aguardaba que fuese Lisa, así, aprovechando que estoy de mal humor, podría exigirle una conversación.

Para su buena suerte, y para la mala mía, no era ella, sino que mi mamá.

Lalisa no se comunicó conmigo en todo el fin de semana.

🌥 🌥 🌥

L a l i s a

Kazuma y yo estábamos disfrutando de un tranquilo almuerzo. Él había cocinado para mí, y la verdad es que no iba a detenerlo. Si algo valoraba de mi matrimonio era el hecho de que mi esposo, siempre que estábamos juntos, se encargaba de consentirme, con pequeños detalles, pero lo hacía.

Esto no es algo que yo pueda comentar con las demás personas, por simples y concretas razones: primero, mi esposo forma parte de la yakuza; segundo, solo puedo hablar con las esposas de los otros miembros, pero la mayoría me evita por ciertas razones; tercero, no tengo amigos, incluso si los tuviera, no sé si les comentaría esto. No es grato recordar por qué Kazuma hace las cosas que hace.

—¿Te comieron la lengua los ratones?

—Perdón —le respondí mientras él reía—, ¿me dijiste algo?

—Que si irás al bar.

—Sí, sí. Le di a Seungyoung unos días libres, así que yo me haré cargo del bar —revolví un poco mi plato para tomar un bocado de camarón—. ¿Y tú? ¿Irás conmigo o me esperarás aquí?

—Ni lo uno, ni lo otro —suspiró—. Alguien tiene que ir a darle una visita a los vagabundos de La Florida. ¿No te parece ridículo su nombre?