13: ℰ𝓈𝓉𝒶𝓂𝑜𝓈 𝑒𝓃 𝓅𝓇𝑜𝒷𝓁𝑒𝓂𝒶𝓈

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"Estamos en problemas"

13

"Go on and light a cigarette, set a fire in my head"

Halsey


L a l i s a

Chaeyoung se había ido a eso de la una de la madrugada, eso me decepcionó un poco porque pensé que podríamos pasar, al fin, la noche juntas, pero eso no estaba en sus planes. Me dijo que tenía que ir a visitar a su familia, yo no le podía reprochar nada, así que solo le pedí un taxi, no quería arriesgarla mandando a Takumi, en la noche, muchos peligros asechaban a aquellos que pertenecían a nuestro clan. De igual manera, envié a uno de mis guardaespaldas para que se asegurara de que Chaeyoung llegase sana y salva a su hogar.

Pues ya, era sábado, y quise tomar una relajante ducha matutina. Este fin de semana no tenía ninguna otra preocupación que no fuese el bar, así que hasta, por lo menos, las cinco de la tarde podría disfrutar de la soledad de mi departamento.

Al menos, eso fue lo que creí. La sorpresa que me estaba esperando afuera de mi habitación fue la que me provocó que me regocijara de completa alegría.

De pie mirando por el ventanal, estaba un hombre, el único que podía entrar cuando quisiese a este departamento. Alto, esbelto y con el cabello oscuro que le llegaba casi a la altura de los hombros, sin perder, por supuesto, la elegancia que tanto lo caracterizaba. Vestía un pantalón negro, y una camisa blanca que no ocultaba para nada esa cintura que tanto lo diferenciaba de los otros que conozco.

—Kazuma-san —dije en tono de pregunta.

Él se giró. Esos inconfundibles ojos oscuros con aquellos peculiares lunares debajo de cada uno me encontraron y sonrieron tanto como sus labios. Corrí hasta él para abrazarlo, él me tomó en sus brazos y pareció como si hubiésemos dado muchas vueltas.

—Te extrañé tanto —le dije una vez volví a sentirme con los pies en la tierra.

—Y yo más —dijo él—. No hallaba la hora de terminar con todas las reuniones que tuve que hacer en el territorio de la costa para poder venir a verte y estar aquí contigo.

—Perdón por dejarte solo...

—No importa.

Me abrazó con fuerza, yo intenté corresponderle con la misma intensidad, pero parecía que, en esta ocasión, estaba perdiendo la disputa.

—¿Ya desayunaste? —me preguntó.

Kazuma-san se tomó la molestia de prepararme un auténtico desayuno japonés, como el que solíamos tomar una vez él me acogió. Miso, pescado, arroz, guarniciones y una taza de té verde.

Itadakimasu —dijimos al unísono.

La comida fue bastante agradable, conversamos como lo haría cualquier matrimonio, él me contaba lo difícil y agotador que estaba el trabajo mientras que yo escuchaba atentamente. Pero luego me tocó hablar a mí.

—¿Cómo estuvo el velorio?

La pregunta de Kazuma iba dirigida a lo ocurrido con Kunpimook. Dejé mi té de lado, desvié mi mirada hacia mi plato casi vacío y suspiré pesadamente. Kazuma no hacía nada más que esperar por mi respuesta, yo sabía que no diría nada a menos que yo lo hiciera.

—Bien —dije—, ya sabes, llantos, gente que en mi vida había visto...

—No me refería a eso —me interrumpió—. ¿Cómo estuvo el recibimiento por parte de tus conocidos? ¿Viste a tus padres?

the golden cage 『❀』chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora