15: 𝒞𝑜𝓃𝓉𝒾𝑔𝑜 𝑒𝓈 𝑒𝓁 𝓅𝒶𝓇𝒶𝒾𝓈𝑜

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"Contigo es el paraíso"

15

"I can keep a secret, can you?"

Demi Lovato

C h a e y o u n g

Me desperté temprano, muy temprano, a eso de las siete de la mañana, algo que no me gustaba hacer los días sábados. Estaba en otra cama, en otra habitación, en otra ciudad, eso podría explicar por qué no pude seguir durmiendo; era una sensación que no me dejaba tranquila.

Anoche, cuando llegamos al hotel, Lalisa tuvo que excusarse, me dijo que tendría que hacerse cargo de algo, que escogiera cualquier habitación de la suite y que descansara.

"—Cualquier cosa que quieras hablar, tendrá que esperar hasta mañana. No te preocupes por nada, nadie, además de mí, puede entrar a esta habitación."

Eso me había dicho, y yo decidí creerle. Estaba lo suficientemente cansada como para preocuparme, así que tomé una habitación, cerré la puerta y me dispuse a dormir.

Como ya sabía que no podría seguir durmiendo, me puse de pie y tomé una ducha en el baño de la habitación. Si Lalisa seguía dormida, no la iba a despertar, es más, me pondría a leer en la terraza, el estar lejos de mi hogar también me separaban de ciertas responsabilidades, por supuesto, estoy hablando de la limpieza, no del cuidado de mi Hank.

Pero al salir de la habitación, pensando en que, quizás, podría hacerme una taza de té, me di cuenta de que Lalisa ya estaba en la terraza, apoyada en el balcón, admirando el movimiento del mar y sintiendo la brisa jugar con su pelo. Cualquiera que la viera quedaría asombrado con tanta belleza que aquel cuadro emanaba, y yo no era la excepción. Lalisa se veía triste, pero completamente hermosa.

Ella se dio cuenta de que la estaba mirando, su semblante triste cambió a uno optimista y me sonrió; no pude evitar recordarla cuando tenía su cabello de rubio, en esos años de colegio. La nostalgia me invadía y hacía que mis sentimientos se confundieran.

Caminó hacia mí, y cuando cruzó el ventanal, me saludó.

—Buenos días, ¿quieres una taza de té?

Asentí con la cabeza, ella no esperó otra respuesta y se acercó a la cocina.

—Puedes esperarme en la terraza, te llevaré el desayuno en seguida —añadió.

—¿No necesitas ayuda?

—No —respondió ella desde la cocina de la suite—, ya tengo todo preparado.

Había algo que quería preguntar, pero no sabía cómo hacerlo. Pensaba, ella estuvo en la terraza, como si nada, ¿no sería peligroso para mí ser expuesta de esa manera? ¿Qué pasa...?

—La terraza es un lugar seguro —dijo como si nada—. No te preocupes, nadie va a poder vernos, mucho menos reconocernos desde ahí.

Ante tal seguridad, accedí y salí a la terraza. Quedé asombrada con lo grande que era, luego pensé que no podía ser de otra manera, es decir, hablamos de la terraza de una suite. Me sorprendía que, realmente, tuviera una.

La mesa de roble estaba cubierta por un mantel delicado de una tela que no conocía. No pasaron ni diez minutos cuando Lalisa apreció en la terraza, cargando una bandeja con las tazas de té, unas tostadas y fruta picada.

—No es mucho, pero no te preocupes, ya nos pedí el desayuno, aunque llegará en media hora más.

—Esto es más que suficiente —respondí—, lo digo en serio.

the golden cage 『❀』chaelisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora