the golden cage 『❀』chaelisa

O6: ℋ𝒶𝓈 𝒸𝒶𝓂𝒷𝒾𝒶𝒹𝑜

"Has cambiado"

O6

"One shot, let me burn it all with fire"

I.M

C h a e y o u n g

Chaeyoung – 09:43am

"Hola, ¿cómo estás? Te escribo solamente para informarte algo"

"El viernes irán a verte Hyejoo, Eunha y Minsoo a tu bar en Recoleta"

"Supongo que sabrás el motivo de su visita. Cumplo con informarte porque, simplemente, no me agradan demasiado, y sé que a ti tampoco"

Lalisa – 09:44am

"Buenos días"

"Gracias por informarme, pero eso ya lo sabía"

"¿Tú no vendrás? El trato fue ese, que vinieran contigo"

Chaeyoung – 09:44am

"¿A qué te refieres con el trato?"

Lalisa – 09:45am

"Eunha se comunicó conmigo. Le dije que no tendría problema en recibirles"

"Siempre y cuando tú vinieras también"

"Eres abogada"

Admito que ese último mensaje me decepcionó un poco. No obstante, tenía sentido que me quisiese ver como un respaldo legal. Posiblemente solo quiera lavar su imagen, y qué mejor que haciéndolo ante los ojos de la ley.

Incluso si demoré en contestar, le envié un simple "iré" y coloqué mi móvil boca abajo, a un lado de mi laptop. Esta pequeña y espontánea conversación con Lalisa me estaba distrayendo de lo verdaderamente importante: revisar los posgrados a los que deseo postular.

Últimamente, mi ambición más grande era dar el siguiente paso en mi trayectoria académica y hacer un posgrado fuera del país. Ya contaba con un diplomado, pero no era suficiente. Necesitaba llegar al título de "doctora", y para ello debía, en primer lugar, sacar la maestría. El problema era que no sabía, con seguridad, en qué país me convenía más. Corea no, pensaba que en Europa tendría más oportunidades, y la verdad, estaba entre Inglaterra, España o Alemania.

Suspiré pesadamente y miré mi celular. Lo tomé y revisé las notificaciones. Nada. Chasqueé la lengua y lo dejé de nuevo donde estaba. Cerré mi laptop, debido a que había perdido todo tipo de motivación para seguir buscando y me detuve a observar mi alrededor. Mi departamento estaba algo... sucio. Nunca me consideré una persona despreocupada, pero suele suceder que, cuando me obsesiono con un caso, me despreocupo de mi hogar. No de Hank, jamás dejo de darle su comida, pero sí de mi entorno.

Ropa en el sofá, tazas acumulándose en el lavaplatos, toallas en las sillas del comedor y los visillos ligeramente ennegrecidos por la suciedad. Para qué mencionar el piso; está demasiado opaco. Inmediatamente me puse de pie y fui hasta mi ventanal para despejarlo y dejar que la luz del día entrase por completo.

Hoy haría algo por mí, tal y como me sugirió mi terapeuta, y limpiaré mi casa. Manteniendo mi entorno ordenado y limpio, tal vez, podría influir positivamente en mi estado mental.

Barrer, sacudir muebles, limpiar el piso con el aromatizante correspondiente, las ventanas, mi habitación; luego de ello, cuando me encontraba ordenando mi pequeña biblioteca, tomé un libro de haikús y lo quedé viendo por mucho rato. Era un recopilatorio que me había regalado Kunpimook para cuando cumplí veinte años.