Capítulo IV

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Cuando llegamos a un cierto pueblo, las mujeres de allí amablemente nos ofrecieron ropa porque bueno estábamos en pijamas, salimos con unos vestidos negros aunque creo que no era necesario el velo negro pero no me pude quejar porque fueron muy bondadosas con nosotras.
Los chicos aparecieron con el nuevo transporte, eran camellos, al vernos O'Connell se quedó mirándonos, mi hermana se burló y se fue con Jonathan en cambio yo no sabia donde mirar me había puesto un tanto nerviosa.

Y así comenzamos la travesía de nuestro camino, cada uno iba en su respectivo camello.
-Nada como los camellos tienen pulgas, apestan, escupen y muerden- se quejaba Jonathan- repugnante.
-Yo creo que son adorables- dijo Evie acariciando al camello.
-Además, son un gran medio de transporte en el desierto- hablé.
Continuamos en el inmenso calor hasta el anochecer, mis hermanos se habían quedado dormidos, Evie se balanceaba de un lado a otro así que me coloqué a su lado y se recostó en mi hombro, O'Connell me observó y me regaló una sonrisa que no pude evitar regresar.

-Buen día, amigo mío-dijo el tal Beni.
-¿Qué demonios hacemos?- dijo uno de los americanos.
-Paciencia, mi buen amigo- le dijo Beni
-Recuerdas nuestra apuesta O'Connell, el primero que llegue a la ciudad gana 500 en efectivo-
-Hay 100 para ti si nos ayuda a ganar la apuesta- le dijeron los americanos a Beni.
-Ah, será un placer- respondió- oye O'Connell, lindo camello-
-Prepárense- habló el Sr. O'Connell.
-¿Para qué?- preguntamos nosotras
-Van a mostrarnos el camino- vimos como aparecía toda la ciudad frente a nuestros ojos- ahí vamos- y comenzó la carrera, Beni y O'Connell peleaban en el transcurso.
-iEso te ganaste!- dijo Evie al ver caer a Beni.
-Deprisa muchachos tenemos 500 dólares que ganar- mi hermana comenzó hacer un ruido raro y el camello salió rápidamente.
-Evie- grité y la seguí.
-Evie y Nath, adelante - dijo nuestro hermano.

Cuando llegamos al lugar comenzamos a investigar en una estatua muy conocida.
-Evie mira - le dije limpiando el artefacto.
-Oh... un espejo antiguo- me ayudó a terminar de limpiarlo y se lo di- esta es la estatua de Anubis, sus piernas están bajo la superficie-
-De acuerdo a la escuela de Cambridge aquí es donde encontraremos un compartimiento secreto que contiene el libro dorado de Amón Ra- hablé.
-Ha, Jonathan. Se supone que debes reflejar el sol- reclamó Evie.
-¿Y para qué son esos viejos espejos?-pregunto el Sr. O'Connell
-Espejos antiguos, es un viejo truco egipcio ya verás- le respondí.
-Ha, esto es para ti... o para tu hermana - se puso nervioso -Es algo que tome prestado del equipaje de los norteamericanos creí que te gustaría...digo les gustaría y que lo necesitarías...bueno ya sabes- y me entregó como un estuche- ¿Qué estas mirando?- le preguntó al ver que lo observaban y saltó al hueco que hicieron para entrar.
-¿Qué te dió?- dijo curiosa mi hermana.
-Herramientas para la excavación- respondí con una sonrisa.
-Uy que romántico- empezó Evie- tú le gustas, Nath- dijo emocionada.
-No empieces- y bajé por la cuerda seguida de ella .
-Saben que estamos en un recinto en donde nadie había entrado en más de 3,000 mil años- dije mirando a mi alrededor.
-Uh, ¿Qué es ese maldito hedor?- dijo Jonathan al bajar, Evie se fue donde un espejo antiguo y lo acomodó.
-y entonces se hizo la luz- les dije al alumbrarse el lugar.
-Ahh, ese es un buen truco- nos felicito O'Connell.
-Dios mío, es un Sah-netjer -dije sorprendida.
-Un salón de preparación- explicó Evie. 
-¿Para qué?- pregunto el Sr. O'Connell.
-Para pasar a la otra vida- continúo Evie.
-Momia, mi querido hijo, aquí es donde hacían las momias- le explicó-¿Qué fue eso?- dijo asustado Jonathan.
-Creo que son... bichos- hablo el Sr. O'Connell.
-¿Dijo bichos?- preguntó Evie.
-¿Cómo que bichos?, ¿Qué bichos?- dijo el dueño de la cárcel.

Llegamos al pasadizo encontrándonos con las piernas de Anubis.
-El compartimiento secreto debe estar escondido en algún lugar de aquí- les informé y escuchamos unos ruidos. Saqué un arma del bolsillo de O'Connell y apuntamos hacia esa dirección encontrándonos con los norteamericanos.
-Verdaderamente nos asustarte O'Connell-
-Oye, esa es mi herramienta-me dijo uno de lentes.
-Cuidado-
-Tranquilo , tal vez estoy equivocado- se rectracto al ver como lo apuntaban.
-Bien, feliz día caballeros, tenemos mucho trabajo por delante...-intentó calmar las aguas Evie como siempre.
-Fuera, este es nuestro sitio- dijo el señor de gorrita
-Nosotros llegamos primero- y se apuntaron con las armas de nuevo.
-Esta es nuestra estatua amigo-
-No veo tu nombre escrito ahí, amigo- respondió O'Connell.
-Bueno, ustedes solo son cinco y nosotros 15-
-No tienes oportunidad, O'Connell-
-Las he tenido peores-
-Si, igual yo- dijo jonathan. Evie me jaló mostrándome lo que encontró y asentí.
-Escuchen, por todos los cielos, seamos buenos niños...si todos vamos a jugar juntos hay que aprender a compartir, podemos excavar en otros lugares- le dije a O'Connell bajando su brazo me miró directamente y guardó su arma, agarre su mano mientras seguía a Evie un poco más abajo de la estatua.
-Según los jeroglíficos estamos bajo la estatua y podremos subir bajo sus piernas- dijo alegre.
-Y esos malditos yanquis se quedaran dormidos, no te ofendas- dijo Jonathan
-Claro que no-
-Y llegaremos para tomar el libro y nos iremos de aquí- dije.
-Segura que encontraremos el compartimento secreto-
-Si, si esos norteamericanos no fueran tan estorbosos, sin ofender- dijo Evie y me reí.
-¿Dónde se fue nuestro oloroso amigo- preguntó Jonathan.
-Ni idea- le dije mientras que explicábamos algunas cosas a los chicos Evie empezó a contar el procedimiento de la momificación.
-Déjeme entenderlo, les sacaban las entrañas y los ponían todo en unas vasijas-
-Y luego también les sacaba el corazón y sabe como le sacaban el cerebro-
-Evie, no creo que quiera saberlo- le dijimos Jonathan y yo a la vez y reímos, pero ella continuó.
-Tomaban unas tenazas al rojo vivo las metían por la nariz les daban algunas vueltas y luego sacaban todo por los orificios-
-Ah eso debió dolerles- dijo con dolor el Sr. O'Connell.
-En realidad no, ya estaban muertos por eso eran momias- dije sentándome a su lado.
-Quiero dejar claro que si no salgo de aquí no quiero que me apunten para la momificación-
-Igualmente- y se escuchó un fuerte ruido producto del golpe de mi hermano.
-Jonathan- regañé.
-Oh, por Dios. Es un sarcófago sepultado en la base de Anubis debió haber sido alguien muy importante- hablo Evie.
-O hizo algo muy malo- continúe.
-Bien, ¿Quién es?-
-Él no debe ser nombrado-
-Esta parece como una cerradura- dijo el Sr. O'Connell.
-Quién quiera que fuera, no iba a poder salir- dijo Jonathan.
-Mmm... Nos llevaría como un mes abrirla sin la llave- dijo mi hermano suspirando.
-Es cierto, si eso es. De eso era de lo que estaba hablando, el hombre del bote, él que buscaba una llave, la del garfio- dijo Evie tomando la cajita.
-Lo sabia, sabía que era una llave- me acerqué.
-Es mía- reclamó Jonathan hasta que vimos como corría el hombre robusto sosteniendo su cabeza hasta chocar en una pared y murió al instante.

La momia (primera, segunda y tercera Temporada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora