Capítulo III

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Puerto de Giza - El Cairo

-Realmente crees que se presentará- dudó mi hermana
-Si, sin duda conociendo mi suerte, puede ser un vaquero pero conozco su clase, su palabra vale- dijo Jonathan.
-Personalmente creo que es desaliñado, grosero, totalmente ignorante realmente no me simpatiza-
-A mi tampoco, es un atrevido-dije disgustada.
-¿Alguien que conozco?- volteamos y nos quedamos sorprendidas ante su cambio de aspecto.
-MMM-dijo mirándonos.
-Hola- dijo evie y yo solo atine a decirlo en tono bajo.
-Buen día para empezar una aventura, ¿Eh, O'Connell?- Le dijo mi hermano golpeando su pecho.
-Si, Si, hermoso- respondió revisando su bolsillo.
-Oh, no... no. Jamás le robaría a mi socio, Socio-
-Ah y me pregunto si no me guarda rencor por el golpe-
-Oh, no. Me pasa todo el tiempo-
-Señor O'Connell, ¿Podría mirarme a los ojos y garantizarme de que no se trata de una tomadura de pelo?, porque si es asi, le advierto...-dijo queriendo intimidar Evie.
-¿Usted me advierte?-le interrumpió él.
-Yo sé lo advierto- dije mirándolo seriamente.
-Déjeme decirle esto, mi maldita guarnición creía tanto en esto que sin tener órdenes marchó por toda Olivia y llegó a Egipto para buscar la ciudad y al llegar ahí, solo encontraron arena y mucha sangre. Denme sus valijas- Él se fue dentro del barco.
-Así, tenían razón sucio, grosero, desalineado como olvidar además de atrevido nada que nos guste de él...-
-Jonathan más vale que calles esa boquita tuya-dije agarrandolo de sus labios.
-Brillante y bella mañana- volteamos y vimos al hombre robusto.
-Oh, no. ¿Qué hace usted aquí?-se quejó Evie.
-Vine a proteger mis inversiones, muchísimas gracias- y subió al barco.
-¿Si lo amarramos o lo dejamos inconsciente?- opine.
-Tentador hermana, tentador-dijo siguiéndo la corriente Jonathan.
-Oh... suban de una vez- nos regaño Evie.

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En la noche estábamos en una mesa afuera de las habitaciones mi hermana y yo.
-Nath-
-Mmmm-
-Nath, ¿Te gusto el beso?- me preguntó dejando su libro a un lado.
-Solo fue un beso más, ni que fuera tan importante- dije sin interés.
-Apuesto que le gustas-
-Evie, que sucede en esa cabecita tuya- dije mientras tocaba su cabeza.
-Oh vamos, no vas a negar que ahora se ve mmmm... atractivo, porque no preguntarle porque te beso.
-Hermanita mejor sigue leyendo- estabamos leyendo Egipcio antiguo cuando una maleta cayó en la mesa asustándonos a ambas.
-Lo siento, no quise asustarlas- dijo él.
-Lo único que me asusta señor O'Connell son sus costumbres- dije molesta.
-¿Qué el beso no le gusto?-
- Jum, si a eso le llama usted un beso- dije obviamente ofendida- espero que el golpe también le gustara Sr. O'Connell-
-Hay...hay algo que no sepamos- interrumpió  Evie.
-Ammm, ¿lremos a la guerra?- consulté.
-Señoritas, hay algo allá, algo debajo de la arena- dijo y él se colocó a mi lado.
-Sí, espero encontrar cierto artefacto. Un libro en realidad, mi hermano cree que hay un tesoro. ¿Usted qué... qué espera encontrar?-
-Creo que el mal, los beduinos y los tahúres creen que Hamunaptra está maldita-
-Bueno, yo no creo en cuentos de hadas ni maleficios señor O'Connell pero creo que uno de los libros más famosos de la historia se encuentra ahí, el libro de Amón Ra contiene todos los secretos de los conjuros del viejo reino Egipcio- comentó alegre Evie- mire eso fue lo que me interesó de Egipto cuando era niña, es por eso que vine aquí digo ha sido una meta en nuestras vidas-
-Es más... El hecho que pueda estar hecho de oro puro no les interesa a ustedes ¿Verdad?-
-¿Usted conoce su historia?-Le pregunte.
-Y el tesoro- digo tomando un arma mire a Evie y con la mirada me dijo que le preguntará.
-Ah, por cierto, ¿Y por qué me beso?-le dije.
-Jajaja... iba a ser ahorcado, me pareció buena idea hacerlo-me dijo y me levanté de golpe seguida de mi hermana- ¿Qué?, ¿Qué dije?-
-Oh vamos, no te pongas así- me dijo ella.
-No sé ni porque me pongo así, sabes es más productivo pensar en este camello que en eso- le dije comenzando a darle mimos al camello cuando siento unas miradas volteó encontrándome con O'Connell y otro señor más. Me marché a la habitación contigua pasando por la de Evie.
-No descansarás?- Me preguntó estando ella con su pijama.
-Si, lo haré voy a cambiarme primero- le dije- George bremghich en el 1860- comenzaba a distraerme- Mm..1865 con con- suspire frustrada- el beso no fue nada del otro mundo y no es como si fuera el primer chico atractivo qué viera en mis viajes- de pronto oí un ruido, agarre mi navaja y ví entrar una silueta, lo agarre del cuello poniendo cerca la navaja.
-Un paso más y será tu último día-
-Soy yo Nathifa, soy yo - dijo el Sr. O'Connell
-¿Qué haces a...-fue interrumpida por el grito de mi hermana.
-Evelyn!- ambos fuimos allí, O'Connell entro primero y vi un hombre apuntando con una navaja antigua a mi hermana... O'Connell apuntó al que entró por la ventana mientras que yo lancé mi navaja directo a la cabeza al señor que tenía prisionera a Evie, la saqué de allí recuperando de paso mi navaja.
-Ay, el mapa, el mapa, se quedó el mapa-dijo
-Yo voy, sal de aquí- estaba regresando pero O'Connell me detuvo.
-Tranquilícese, el mapa soy yo, todo está aquí- señaló su cabeza.
-Vaya que gran consuelo - dije irónicamente- Cargue esto- me dijo dándome la maleta donde tenía las armas.
-¿Qué me cree?- dije dándole la maleta y él me la regresa- quédate a mi lado Evie- observé como las balas se acercaban hacia él.
-¡O'Connell!- lo jale viéndolo un poco aturdido.
-¿Saben nadar bien?- preguntó.
-Claro que sabemos nadar cuando la situación lo requiere- le dijo molesta Evie.
-Bueno, créame ahora se requiere- le dijo y la tira al agua.
-¿Cómo se atreve a aventar así a mi hermana?- en eso aparece uno de los sujetos vestidos de negro, este atacó a O'Connell, como vi que lo estaba arrinconando le di un puñetazo y él lo votó hacia un cuarto que termino incendiandose.
-Buen golpe- él agarro su bolso de armas y me tomo de la mano.
-O'Connell, ¿Qué vamos a hacer?-Vino el dueño de la cárcel.
-Espera aquí, iremos por ayuda-
-Bien- dijo el otro hombre.

Me hizo subir a la baranda y saltamos al agua antes que el fuego consumiera el barco, luego vimos que saltó el dueño de la cárcel.
Cuando salimos del agua Evie se quejaba de la pérdida de nuestras cosas.
-iO'Connell!, iO'Connell! - llamaba un hombre del otro lado- iA mí me parece que yo tengo todos los caballos!-
-Beni, ¡A mí me parece que ustedes están del lado equivocado del río!- el hombre llamado Beni estaba molesto pateando el agua causando una gran carcajada de mi parte.

La momia (primera, segunda y tercera Temporada )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora