Prefacio

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*¿Soy la única que cuando entró a Wattpad para actualizar, hace mil quinientas cosas antes hacerlo? XD

Es sorpréndete con cual habilidad se viste, trata de aparentar calma con su túnica tan descuidada y sus cabellos un poco sueltos. Se abraza a sí mismo, mientras camina a su habitación.

-¡A-Cheng! ¡Llegaste rápido! ¡Jing Ling se...! - Nie Huaisang se detiene al notar los castaños ojos de Jiang Cheng mirar al suelo - ¿A-Cheng, que te pasa?

Jiang Cheng niega, levantando la mirada. Un destello adolorido que intenta esconder.

-¿Donde está Jin Ling?

-Durmiendo en su habitación. ¿Y a ti que te pasa? - Jiang Cheng niega, ignorando al hombre del abanico.

Su amistad con Huaisang había prosperado sorprendentemente aún más, al punto que era de las pocas personas que permitía acercarse a Jin Ling. En especial porque no confiaba en nadie para cuidar de su sobrino, y Nie Huaisang odiaba las conferencias, él se quedaba a cuidar a Jin Ling mientras Jiang Cheng iba a la reunión, un ganar ganar.

-Nada, ahora vete.

-¡Cuidé a ese mocoso mientras le dabas ojitos enamoras a Lan Xichen, ¿y a si me pagas?!

-¡Tú te ofreciste! - grita de vuelta el hombre en púrpura. Nie Huaisang en cambio abre su abanico y dice:

-Buen punto.

-Ahora largo - grita, aún con sus brazos cruzados.

-Uy, creo que eso no se va a poder. Le prometí un desayuno a Jin Ling.

-¿Que haces prometiéndole cosas a mi sobrino?

-Bueno, Xiao Baoni fue muy convincente - Jiang Cheng niega con su cabeza punzante de molestia.

-¿Hablas del peluche de zorro? ¿Y qué? ¿Ahora Pequeña Hada te pide que te quedes?

-Sus aullidos fueron convincentes - habla como una sonrisa detrás de su abanico.

Jiang Cheng niega, sintiendo un escalofrío por su espalda, recordando los minutos anteriores. Todo es muy reciente para su cerebro y su...corazón.

-Bien, voy a dormir.

-¿Ni siquiera vas a discutir conmigo? - inquiere al ver a su mejor amigo caminar hasta su habitación.

¡Ni siquiera vio a Jin Ling!

Jiang Cheng en cambio, lo ignora, encaminando a su habitación lo más rápido que sus torpes pies lo permiten.

Sintiendo de alguna manera...usado.

Abrumado, esa era la palabra.

Pero después de todo no es un sentimiento nuevo, usualmente lo sentía cuando sus discípulos amigos mantenían una conversación con él solo para acercarse a su hermano.

Es una sorpresa hasta que no lo es más. Pero él en este caso se buscó su merecido. Acostarse con un hombre enamorado, posiblemente comprometido, y aprovechándose de un borracho.

¿Qué clase de líder lo hacía?

Si su madre estuviera viva, lo despreciaría, le impondría un castigo que milagrosamente estuviera vivo. Y el alcohol en sus venas no es excusa.

Es un imbécil.

Un imbécil despreciable.

Realmente creyó por un momento de falsedad en su mente, de sus sentimientos indebidos a un hombre ya tomado. Cayó en su propia trampa...

-¿Jiujiu?

La sorpresa recorre por unos instantes antes de mirar al pequeñajo sentado frente a su puerta, con apenas un bebé cachorro en sus brazos, no podía tener más allá de cuatro meses. Dormitaba en los brazos de Jin Ling sin perturbarse por el sonido.

un loto secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora