Doce

4.3K 700 172
                                    

*Advertencia: Este fic tiene unos grandes cambios a la historia original, no digo más por spoiler.

Jiang Cheng sentía que algo no estaba bien, su instinto paterno, incluso materno, picaba en su piel. Algo no estaba bien, Jingyi estaba en problemas.

Y no es el sentido que usualmente tiene que le indica que está haciendo el ridículo o alguna estupidez. Es peor...es el sentido de que esta herido.

Como ese cuando pensó que era buena idea subirse a un árbol cuando le tiene miedo a las alturas. O cuando decidió comer dulces en mal estado, o nadar luego de comer y vomitar. Aunque apenas eran punzadas al lado de su dolor en el corazón.

-Líder Jiang - Jiang Cheng mira al discípulo apenado que entra en el salón de invitados, no queriendo estorbar la reunión entre el Viejo Qiren y el Líder Jiang - perdone mi atrevimiento pero el Joven Jin acaba de salir corriendo.

Jiang Cheng no se digna a ver al Maestro Qiren a la palabra "correr" después de todo, no es un secreto para él que este sea más agraciado consigo. Y por ende con Jin Ling, ya a perdido cuenta cuantas veces a ofrecido la mano de su sobrino mayor en matrimonio.

Jiang Cheng niega con cansancio, mientras mayor sean, peores son. Desobediencia, de eso viven.

-¿Te ha dicho a dónde va? - el discípulo niega.

-Solo a salido corriendo, llevando a su animal espiritual consigo - Hada debió estar esperando afuera.

Bien, eso es raro de Jin Ling. Él no se escapa sin decir al menos a donde va, y las veces que lo ha hecho significa ir al pueblo a comparar dulces de miel.

-Disculpe mi descortesía, Maestro Qiren, pero es mi deber buscar donde se a metido ese chico - entonces se dirige al discípulo - por favor, cuide de Jingyi.

Se va muy rápido para ver la mirada de confusión en el hombre.

Lan Qiren en cambio, no pone quejas ninguna. Solo asiente.

Algo se aprieta en el corazón de Jiang Cheng, siente que tiene que correr.

Sus caminos lo llevan a un templo, reconoce que es el Templo Guanyin. Pero no entiende porque su sobrino a de entrar en ese lugar.

Tampoco porque unos discípulos de secta que no recuerda, luchan para detenerlo, lo único que sabe es que debió llevar a Jingyi consigo, o al menos a la secta Jiang, siente que lo que sea que esté por pasar es...las consecuencias van a caer en él.

No se equivoca, cuando rompe las puertas con su Zidian, y encuentra a su pequeño sobrino que tanto a estado buscando, al lado del Líder que intenta tanto evitar. Y a su vez, en otra dirección, se encuentra el hermano que debe de odiar junto...a lo que sea que sea Lan Wangji...¿su amante, su amigo, su coqueteo? No lo sabe, pero ve su insoportable amor, en el inapropiado momento, volar por todo el aire.

Así que Nie Huaisang tenía razón.

Todo este maldito tiempo siempre fue él, Meng Yao.

No fue sorpresa absoluta, cuando cayó al suelo debido a la melodía insoportable, tampoco.

Solo quería gritarle a su sobrino que se callara, que está intentando soportar el dolor, y pensar a la misma vez, pero estaba siendo insoportable. También quería decirle a Zewu-Jun que quitara su mano de su rodilla, lo está desconcentrando demasiado.

Sabe que no puede estar mucho tiempo junto al hombre, incluso en situaciones cómo estás.

Perdóname.

Lo siento.

Perdón.

La palabra y todos sus malditos derivados.

un loto secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora