Diez

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-Jiujiu - murmura Jin Ling, bajando la mirada, sintiendo el nervio de ver al gran líder Jiang, su tío, ahí parado, con Zidian chisporroteando, con el ceño fruncido pero perfectamente de pie, tranquilo pero con el flujo de irá creciendo de él. Solo necesita verlo para saberlo.

-Papá...- murmura el chico, y eso parece romper el vaso de poca paciencia del hombre.

En un abrir y cerrar de ojos, toma el brazo de Jingyi, y la oreja de Jin Ling, antes de empezar a jalarlos con fuerza, sacándolos de la posada.

-¡Jiujiu no, suéltame! - grita Jin Ling, sobre el "¡papá!" de Jingyi.

-¡Cállensen!

-¡No! - Jingyi se aleja, rompiendo la unión y separándose de su padre. Casi cayendo en el piso rocoso, fuera de la posada.

-¡Jingyi! - grita volviendo a agarrar su brazo, pero este igual lo suelta. Jin Ling toma la oportunidad para hacer lo mismo.

El enojo del líder aumenta.

-¡¿Que demonios hacen?! - Jin Ling no tiene idea, solo quería evitar que amputaran su pobre oreja.

-¡No quiero volver! - grita el chico, Jingyi. Jin Ling solo se encoge, esperando que todo esto termine pronto.

-¡Tú no decides lo que vas o no hacer! - grita de nuevo Jiang Cheng.

-¡Pero ya no quiero volver!

-¡Jingyi! ¡Que te hayas encontrado con estas personas no quiere decir que con las próximas personas que te vas a encontrar, sean así! ¡No sabes nada de afuera! ¡Volvamos a Muelle de Loto! - responde con un dedo acusador.

-¡¿Adivina de quien es la culpa de no saber nada del mundo que me rodea?!

-Ven conmigo...- susurra el líder, caminando detrás de la posada.

Bien, si Jingyi quiere discutir, lo harán, al pareces es un líder solo bueno para eso. Y Jingyi se cree lo suficientemente adulto para saberlo.

Naturalmente, tanto Jingyi como Jin Ling lo siguen. Listo para una conversación extensa.

-Jingyi, si podemos evitar estas discusión, lo haremos. Solo vamos a casa.

-¡No! ¡No quiero! ¡Gusu Lan es tan genial! - Jin Ling niega con la cabeza, es obvio que no ha visto el verdadero Gusu Lan.

-¡Sin duda no tienes idea!

-¡Papá, ¿como voy a tenerla sino me permites salir?! ¡No sabes como me he divertido estas horas, y ni siquiera era de día! ¡Por favor! - el chico junta sus manos en una súplica totalmente ignorada.

-¡Vámonos a casa!

-¡No estoy de acuerdo! - Jiang Cheng suelta una risa seca.

-¡No tienes edad para no estar de acuerdo, vamos a Muelle de Loto, ahora! - y eso es todo.

Jingyi siente una desesperación crecer en su estómago hasta su piel, su carne pica de molestia y estrés. El solo pensar en volver a casa, a lo mismo de siempre, a las mismas paredes, desesperado por algo nuevo.

-¡¿Pero por qué tengo que volver?! - grita a los cuatro vientos, enterrando sus zapatos en la tierra mientras evita ser arrastrado de nuevo por su padre - por favor, papá, no quiero.

Su cuerpo tiembla, su respiración se tasca, su corazón late tan rápido y el temor recorre sus venas.

¡No hay nada que temer pero el simple hecho de estar encerrado de nuevo lo hace querer llorar como un niño pequeño!

-¡Jiujiu basta, le estás haciendo daño! - detiene Jin Ling, viendo como su primo se arrastra lejos, teme que puede romperle la muñeca si su tío sigue arrastrándolo con tanta fuerza.

un loto secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora