Cinco

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*Las canciones que van a estar puestas aquí, la primera es la canción del personaje de Jiang Cheng, "Despedida de Odio" y una versión en español de la canción "Libéranos" de la película The Prince Of Egypt. Fue un pedido especial de la autora de la idea.

*Leyendo lo comentarios de Lago de Lotos me di cuenta de que amé hacerlos sufrir XD. Pero es un fic que yo siento que aún no es el final, aunque se tarde años en venir de nuevo (la verdad es que es mi fic favorito).

Si Zidian no siente emociones, entonces porque puede sentir mi dolor. La cuchilla de Sandu está fría pero...

No puede tapar el sol con un dedo.

En este momento, cuando las sensaciones de otoño deberían ser más fuerte...él está cargando el mundo en sus brazos.

Siempre cargó con el dolor, con los pesares y los destrozos de los demás.
Pero esta vez es su propio error...

¿Podría llamarle error? Él no lo ve así. Fue un accidente.

Oh pero qué accidente más hermoso, llorón y molesto. Tiene dos semanas y unos pulmones tan buenos que Jiang Cheng desearía gritar así de alto.

Como en este instante.

Realmente desea llorar con él. Tiene dos semanas de nacido y ya a hecho que su horario como líder de secta sea una completa locura. El sol está en su punto máximo, pero no ha dormido más de dos horas en tres días. Su amigo lo ha ayudado pero en algún momento tuvo que volver, el líder Nie se estaba poniendo insoportable cada vez más, al punto de casi agredirlo.

Todo se siente el doble de...molesto y doloroso. Todo sangra, arde y...solo desea poder quitarse partes de su cuerpo.

Dejándolo a él, un líder inestable con un bebé lloroso y un niño de seis años tan dormido que los gargoteos son casi sordos para sus oídos. Jin Ling se había negado rotundamente a abandonarlo desde que Jingyi a llegado a sus vidas, según él no es tan interesante. Pero sus ojos se llenaron de brillo en el momento que vio a su primito por primera vez.

Jiang Cheng está en pánico, pero no lo va a demostrar. En cambio, va a hacer algo que su madre hacía cada que lanzaba sus rabietas. Era sus momentos favoritos, quizás por eso tenía tantas rabietas, porque daba lo que fuera para estar en el pecho de su madre.

Claro, todo eso terminó en un punto. En este caso, cuando Wei Ying llegó a sus vidas.

Jiang Cheng se prometió, siempre ofrecer su hombro y pecho para las lágrimas de su hijo y sobrino.

No hizo mucho. Solo se despojó de sus túnicas y las cambió por una suave túnica de seda blanca, con su pecho abierto, ya que Jingyi puede ser muy comilón y es mejor estar preparado.

Toma a su pequeño bebé que se remueve en su cuna, y con toda la delicadeza que a entrenado por años, se desliza por la habitación con cuidado de no despertar a Jin Ling. En cambio, camina por el pequeño lago de lotos que él mismo a cultivado. Con los lotos más frescos y brillantes, que no interponen a su camino, solo embellecen la vista. El agua era tan limpia y clara que puede ver su reflejo perfectamente.

Al llegar al pequeño lago, quita los postizos de su cabeza, desenreda su cinta, dejando que su cabello caiga en oleadas, siendo movido por el suave aire.

Luego, con aún más cuidado, casi temeroso, quita la pequeña ropita de bebé con estampados de loto de su Jingyi, dejándolo desnudo. Recuesta su cabecita en su pecho, y con la suavidad que puede tener, posa un pie en el agua. Es tibio, no demasiado frío ni demasiado caliente. Perfecto para un recién nacido.

un loto secretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora