un loto secreto

Quince

*Primero, quiero decir que esto no es lo que tenía pensado cuando dije para hacer el epílogo. Yo empecé a escribir uno sobre ellos en el día de su boda, pero lo descarté cuando vi que ustedes realmente querían la reacción de Jingyi.

*También, es un poco corto y con gran salto a de tiempos porque honestamente, quería terminar de escribirlo para estar como una semana, tratando de convencerme para empezar otro fic :)

-Siéntate - Jingyi duda, mirando a su alrededor, buscando una salida...por si acaso - ¡siéntate mocoso!

No le da el tiempo suficiente para encontrarla, solo se sienta en el cojín frente a su padre, y no está solo su padre. Ni siquiera estaba en Yunmeng Jiang. Estaban en Gusu Lan, el verdadero.

Casi le da un paro cardiaco al ver tantas reglas, sentía que incluso respirar era prohibido.

Se arrepiente de lo dicho, Gusu Lan era horrible, de una forma bestial.

Pero necesitaba venir, su padre lo jalo por una oreja y lo montó en su espada, con todo un viaje de camino a Gusu sin decir ni una sola palabra del porque estaban allí. Jingyi no estaba feliz, a pesar de que ama salir, ahora más que nunca, siendo el centro de atención de las personas. Conocido públicamente como el hijo de Yunmeng Jiang y Gusu Lan. Hoy específicamente no quería salir. Estaba disfrutando de la visita de sus tíos ChuChu y MoMo (aunque se gane una paliza cada vez que decía esos nombres en públicos). Con muchas delicias culinarias creadas por las manos de un profesional.

Pero no, con un solo "vamos a visitar a alguien, prepárate" su padre lo empujó hasta tocar el suelo frío de Gusu Lan. Había estado en su pueblo, varias veces de hecho, pero nunca había pisado el centro del clan. En especial porque sabe que ahí vivía el ex hermano de su padre. Que no tenía nada en contra del hombre, claro está, pero aún así es receptivo.

Su padre nunca le a negado el hecho de verlo, pero Jingyi siente que en cierta parte está traicionando a su padre, a pesar de que no se queja ni refunfuña por eso, se siente...mal.

Así que siguió sus pasos, caminando con la frente en alto, antes de darse cuenta de que de hecho, venían a ver al hombre sonriente con dientes blancos. Lan Xichen.

A Jingyi le caía bien, en especial por que sabía que su padre tenía ciertos sentimientos hacia él. Pero no vió razón de verlo tan apuradamente...al menos que ya tenga nuevo papá.

Vio al hombre, totalmente diferente al gran hombre que había reconocido hace ya seis meses atrás. Era alto, pero estaba ligeramente flacucho, su piel se veía más pálida y menos brilloza, también tenía un par de ojeras horribles debajo de sus ojos, aún más que las suyas luego de jugar hasta tan tarde en la noche.

Pero Jingyi supo que lo estaba intentando, de su reclusión impuesta, lo estaba intentando fuerte. Piensa que se ve mucho mejor a cómo su padre lo describió los primeros meses que fue a visitarlo.

Pero también sentía que iba a ser regañado por algo, o que se iba a enterar de otra cosa. Sus tripas se lo dicen.

Así que ahí termina, frente a su padre, sentado al lado de un Lan Xichen sonriente y al parecer, con nuevas energías.

Eso es bueno.

-¿Que hice? - inquiere a su padre, esperando lo peor. Y ni siquiera sabe porque podrían llamarlo, no a hecho nada malo...aún, ha estado bastante tranquilo estos meses - No se de que pudieron culparme pero no fui yo, papá, te prometo que me he portado bien, solo he molestado a Jin Ling, te lo juro.

Jiang Cheng niega, al lado de un sonriente Lan Xichen, que parece bastante divertido con la situación.

-No te estoy culpando de nada, el que ríe, solo de sus maldades se acuerda. Aplícatelo, piensa en que haz hecho mal para estar tan nervioso - Jiang Cheng tiene la dicha de...respirar y buscar fuerzas - pero no estas aquí para ser regañado. Solo quería darte una noticia.