Le indico a Jared que puede dejar todas las cosas en la cocina una vez hemos cruzado los dos la puerta de la casa.
Mi acompañante en vez de seguir mis indicaciones empieza a observar todo el salón con detenimiento, parece como si nunca hubiera estado en esta casa y para nada es así él y Elián solían venir a visitar a Holland muy a menudo ya que pertenecían a la misma pandilla de amigos.
-Todo sigue igual *susurra*
-Parece que llevas tú más tiempo sin venir a esta casa que yo *digo divertida*
Jared me dedica una media sonrisa y después se apresura en llevar todo hacia la cocina, intento ayudarle pero me lo impide así que lo sigo sin rechistar igual que he hecho durante todo el camino desde la tienda.
Deja las bolsas en la encimera y la pintura en el suelo, voy a darle las gracias cuando él me interrumpe.
-Hacia muchísimo tiempo que no estaba aquí, todo parece estar igual...salvo tú. *me sonríe*
Tenía quince años cuando me marché de este pueblo es normal que haya cambiado, con la ayuda de Helen la cual me hizo un cambio de imagen deje atrás las gafas de culo de botella y las coletas bajas reemplazándolas por unas lentillas y una melena
suelta.-A pasado mucho tiempo *me obligo a decir*
-Demasiado *se ríe*
Observó más detenidamente su cara, todavía tiene las mismas expresiones de cuando era adolescente es decir todavía conversa su sonrisa juguetona, sigue teniendo el hoyuelo que se le forma en una de las mejillas cuando sonríe pero ahora todo eso lo combina con ese look que le hace parecer más adulto, más maduro.
-¿Y que fue de tu vida? *me dice Jared*
Esta conversación se está volviendo bastante intensa así que evito hacer contacto visual con mi acompañante, no abandone este pueblo en las mejores condiciones y cuando llegue al internado las primeras semanas me las pase como un alma en pena, cuando me hice más amiga de Helen todo mejoró pero no es plan de que empiece a contarle mis batatallitas de adolescente.
-Mi vida se resumía en estudiar...estudiar y por último estudiar *digo intentado sonar divertida*
-He oído por ahí que vas a ser la nueva maestra de los niños que cursan tercer año en nuestro antiguo colegio
-Pues has oído bien *me giro*
Voy hacia la nevera para sacar una jarra de limonada de fresa, Holland siempre me la preparaba porque sabía que me gustaba así que no dudaba en que habría una esperándome en la nevera, saco dos vasos del armario superior de la encimera y procedo a servirle uno a Jared y después otro para mi.
-¿Y de ti que fue? *digo apoyándome en la encimera*
Mi ex amigo de la infancia fija la mirada en su plateado reloj de muñeca para segundos después dedicarme una mueca triste.
-Emory lo siento mucho pero debo volver al taller ahora mismo para devolverle el coche a un cliente, ¿te parece si un día de estos tomamos un café y nos ponemos al día?
Asiento mientras veo cómo se bebe la limonada de un trago y desaparece como una bala a través de la puerta de la cocina, una milésima de segundo después escucho la puerta de la entrada. No me había dado ni tiempo a despedirme, quizás tenía prisa o había tocado un tema sensible al preguntarle pero todo parecía estar bien.
Bueno Jared siempre había sido un chico bastante misterioso así que no le di muchas vueltas al asunto y procedí a subir a mi habitación, antes de pintarla tendría que meter barias cosas de valor en cajas y muchas otras subirlas a la guardilla o donarlas.
Empecé por la ropa, camisetas de rock a la caja de donaciones....bueno mejor a la guardilla, tenían demasiado valor sentimental y me odiaba por sentirme así pero todavía no estaba preparada para separarme de ellas y eso que habían pasado tantos años.
Seguí por los libros metí en cajas algunos que ya me había leído para subirlos a la guardilla y otros que había utilizado en el instituto o en el internado los metí en otra para donarlos a la biblioteca, tenía ganas de visitarla de nuevo, allí había pasado la gran mayoría de tardes estudiando para optar a la beca para poder pagar mis estudios en el internado.
Peluches, cojines viejos y las mantas mulliditas fueron los siguientes en caer, los peluches estupidos con valor sentimental a una caja y los otros para donar, los cojines y las mantas irán a donaciones ya que los había tenido desde hacía tiempo y ahora con el cambio de imagen de la habitación ya no pegaban con la decoración.
Cuando ya no podía más con mi cuerpo miré por la ventana y ya estaba anocheciendo así que me tumbe en el suelo, bueno más bien me tumbe en el único espacio del suelo que quedaba libre.
-Prima ¿estás viva? *dice Holland*
Escuche que me hablaba pero como yo estaba mirando las estrellas que tenía pegadas en el techo no podía verla.
-Creo que todavía respira *dice otra voz que ya conocía*
Me incorpore un poco apoyando mis codos en el suelo de madera para poder ver a mi prima y a mi ex mejor amiga observándome con las ceja elevadas.
-¿En mi ausencia ha habido un terremoto en la casa?
Holland empezó a reírse de su propio comentario y yo no pude evitar dedicarle una media sonrisa, su risa siempre me gusto ya que no solía salir muy a menudo cuando éramos adolescentes, veo que eso a cambiado en ella, no parece querer detenerse.
-Solo es un cambio de imagen, la última vez que estuve viviendo en esta habitación todavía leía revistas de cotilleos y soñaba con casarme con el cantante pop del momento
Bueno también soñaba con casarme con otra persona.... *me dio un escalofrío*
-¿Necesitas ayuda? *habló Jane tímidamente*
Se me erizo la piel al escuchas su voz tan rota, Jane jamás había teniendo vergüenza de hablar conmigo...
Cuando era mi mejor amiga tenía una lengua muy suelta, nosotras teníamos un pacto, siempre ser sinceras la una con la otra, nos decíamos las cosas claras sin miedos, sabia que ella jamas me juzgaría si le contaba algo y ella sabía que yo tampoco lo haría. Con ella podía ser yo sin miedo al rechazo y ahora verla tan vulnerable frente a mi me parte el corazón pero no debo olvidarme de que no fui yo quien rompió el pacto de sinceridad y traicionó la confianza de la otra.
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Pasado en los corazones
RomanceEmory tenía quince años cuando abandonó su pueblo natal para trasladarse a uno de los internados más prestigiosos del país. Metió todas sus pertenencias en una pequeña maleta y enterró en los más fondo de esta su corazón roto cortesía del hermano ma...