No me doy cuenta de que estoy llorando hasta que una lágrima impacta contra la tela del sofá de cuero, antes de que otra haga el mismo recorrido Elián la atrapa con su dedo.
-Lo siento tanto florecilla.... *se le rompe la voz*
Siento demasiada vergüenza al pensar que tantas personas sabían que mi relación era una mentira y aún así me dejaron que siguiera haciendo el ridículo.
Jane...Jared ellos dos fueron testigos y jamás me dijeron nada, uno decía quererme y la otra era mi mejor amiga y aún así dejaron que me rompieran el corazón.
Pero sobre todo que Elián aceptará es lo que más me duele pero algo dentro de mi tiene una pequeña esperanza.
-¿Por que? *digo*
Elián inclina una ceja al escucharme hablar parece confundido por mi pregunta pero aún así se apresura en contestarme.
-Por que soy un egoísta *responde*
Vale, de todas las respuestas posibles está era la que menos me esperaba.
-¿Egoísta? *repito*
Debo parecer una estúpida porque veo que de los labios de Elián se escapa una media sonrisa, una muy dulce que si no estuviera en esta situación me habría encantado atrapar con mis labios.
-Me negaba a que otro chico tocara algo que me pertenecía *dice seguro*
¿Perdón? ¿Qué yo le pertenezco a quien?
Su comentario no me gusta nada, yo no era algo de su propiedad, yo era una chica libre y apasionada que por una estúpida apuesta quedo sepultada.
-Yo no soy propiedad de nadie *digo enfadada*
La sonrisa que tenia se le borra al escuchar mi tono de voz, veo cómo Elián traga con dificultad antes de responder.
-Tú no, pero tú corazón si *responde*
Es imposible estar cabreada con él cuando me dice este tipo de cosas pero aunque me esté derritiendo es hora de que hablemos claro si queremos solucionar lo nuestro, bueno ni si quiera sé si hay un "nosotros".
-Elián necesito que me digas la verdad....
-Si eso creía *ríe*
Suelta una carcajada sin gracia de esas que son ásperas y se te clavan en el fondo del pecho, veo que le cuesta responderme así que instintivamente entrelazo nuestras manos.
-Pensé...que sería mejor.....que perdieras la.... *tartamudea*
-La virginidad *le ayudo*
-Con alguien que te quisiera de verdad *termina*
Mis manos empiezan a temblar ante su confesión así que las refugio en mi regazo, intento controlar a mi corazón desbocado pero este se niega a colaborar.
No sé qué responderle, no sé si espera que me tire en sus brazos y le agradezca que apostara mi virginidad o que me marche por no perdonarle por hacerlo.
-¿Y no habría sido más fácil contarme que era una apuesta? *le digo*
Elián se ríe de nuevo y pienso que está apunto de perder la cabeza cuando me coge la cara entre sus manos para pegarla hacia la suya.
-Florecilla quiero que me creas, iba a hacerlo pero luego me dio miedo a que todo acabara....
Su cercanía me distrae y termino haciendo algo que sé que no debería hacer pero no me puedo resistir, pego mis labios con los suyos.
El beso comienza siendo torpe y lento pero poco a poco va subiendo de intensidad y yo termino sentada sobre su regazo con mis manos enredadas en su pelo.
Las manos de Elián se deslizan por mis muslos acariciándolos mandándome un millón de descargas por todo mi cuerpo, he estado en esta situación con dos chicos antes de Elián pero ninguno me hizo sentir como me estoy sintiendo ahora.
Elián se separa de mi boca para pasar a mi cuello, me da besos hasta mi clavícula, yo solo me limito a sentir porque temo que si me muevo esto desaparezca. Soñé tantas veces en cómo sería tener a Elián entre mis brazos de nuevo que temo que esto solo sea eso, otro sueño.
-Florecilla *se separa*
Sus labios rosados están hinchados a causa de los besos y su respiración es entrecortada, le miro a los ojos y lo que veo en ellos me hace que vuelva a fundirme con el.
Ya sé lo que diferencia a Elián del resto...
Siempre lo a hecho y siempre lo haré...
Siempre estaré enamorada del chulo, del capital de fútbol, del hermano mayor de mi mejor amiga....
Pero sobre todo estaré enamorada del Elián que se colaba por la ventana de mi habitación, que me regalaba libros sobre flores, que escuchaba música conmigo y que estuvo ahí cuando lo necesité.
Me aparto de él para decir una cosa que nos sorprende a ambos.
-Te perdono.... *confieso*
Elián me mira incrédulo durante unos segundos antes de apoderarse de mi boca de nuevo y está vez no hay vuelta atrás.
Elián me acuesta contra el sofá y empieza a devorarme el cuello, mi cuerpo busca su cercanía sobre todo mi zona íntima que empieza a notar que la suya está muy contenta de verme.
Veo que mientras me besa Elián busca algo en los bolsillos de sus vaqueros, maldice antes de separarse.
-Necesitamos un preservativo*dice*
Me rio al ver lo nervioso y emocionado que está por la situación o igual es porque estoy loca y he perdido la cabeza definitivamente.
-Tomo la píldora desde los dieciséis
Elián arquea una ceja y se que quiere preguntarme algo así que antes de que lo haga le respondo
-Ha habido otros.... *confieso*
No puedo evitar pasar por alto el destello de rabia en sus ojos azules pero antes de que me pare a pensar y tengamos una conversación incómoda enrollo mis piernas al rededor de la cintura de Elián.
Esa es la invitación que le faltaba después de eso Elián me besa por completo, cada rincón de mi piel antes de hundirse en mi, mi cuerpo está más que preparado para él, lleva años esperándole.
Hace años supe que mi primera vez iba a ser con él y míranos ahora después de casi ocho años teniendo otra primera vez y esperando que no sea la última.
Estuve con otros chicos en el internado pero ninguno como él, siempre lo supe y me cabreaba pensar que Elián era mi condena y que jamás me iba a enamorar de otro chico.
Estaba equivocada porque no era mi condena sólo era mi destino.
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Pasado en los corazones
RomanceEmory tenía quince años cuando abandonó su pueblo natal para trasladarse a uno de los internados más prestigiosos del país. Metió todas sus pertenencias en una pequeña maleta y enterró en los más fondo de esta su corazón roto cortesía del hermano ma...