9 años atrás (27 de diciembre)
Estoy tumbada en mi cama mientras termino un trabajo de historia que nos a mandado para vacaciones de navidad, es una faena que hasta en vacaciones nos manden tarea pero bueno cuanto antes me lo quite de encima mejor.
Escucho como golpea el aire el cristal de mi ventanal, me hundo más en la manta gruesa que tengo puesta en los hombros mientras fijo mi mirada en el buscador de mi ordenador, son más de las dos de la mañana pero quiero terminar mi parte ya, la otra mitad del trabajo le corresponde a mi mejor amiga Jane.
Escucho de nuevo un ruido en el ventanal, esperanzada miro de nuevo hacia el esperando que quizás haya ocurrido un milagro y por fin a comenzado a nevar, llevan una semana diciendo en el tiempo que va a nevar pero nada ni un misero copo.
Otro golpe pero esta vez me pilla mirando hacia el cristal y puedo ver cómo algo impacta contra el.
Nieveeee!!! Me apresuro en salir corriendo hacia ella cuando a causa de mi torpez crónica se me enredan las piernas en la manta y caigo de golpe contra el suelo de madera de mi habitación, bueno está no es mi habitación es la que tengo en casa de mis abuelos, mis padres están de viaje por negocios así que me he quedado aquí, les daba pena que pasara las navidades sola así que me mandaron aquí con la abuela y con mi prima Holland que también a decidido hacerme compañía aunque lo niegue.
Holland esta en una etapa un tanto extraña llamada tener quince años, se a teñido las puntas del pelo color azul y se a hecho varias perforaciones en la cara. A mi me gusta su look y la apoye en la última cena familiar cuando todo el mundo se le tiro encima, al ser hija única, la única persona que se asemeja más a un hermano es ella así que es como mi modelo a seguir en estos momentos después de Avril Lavigne.
Abro el ventanal para sacar una mano haber si con suerte algún copo impactases contra ella pero nada de nada.
-Florecilla *escucho en un susurro*
Ahogó un grito en mis manos para no despertarte a toda la casa, casi me da un infarto al escuchar la voz de Elián.
No me extraña que haya venido a mi ventana ya que lleva varios años haciendo desde que tengo como diez años y él tenía doce, se escapa a hurtadillas de su casa y trepa hasta la ventana de mi casa para entrar en mi habitación y escuchar música juntos.
-¿Donde estás? *digo susurrando*
Miro hacia los lados pero no consigo verlo, miro hacia abajo y tampoco, después de unos segundos veo como las hojas del árbol que hay junto a mi ventanal se mueven.
-No puede ser verdad....
Pues si lo era, Elián pega un salto desde el árbol para atravesar el ventanal tengo que apartarme rápido para no ser aplastada por su cuerpo. Elián no calcula muy bien y termina impactando sobre la mullida alfombra en vez de en la cama, causa un estruendo así que rezo a todos los dioses para que mi abuela o Holland no lo hayan odio.
-Shhhhhh *le digo haciendo el gesto con el dedo*
Elián a caído de cara al suelo así que todavía está de espaldas a mi, le doy un golpe con el pie para comprobar que está vivo, escucho su ronca risa impactar contra la madera del suelo.
-Podrías haberte hecho daño, bruto *susurro*
-Tranquila florecilla hará falta algo más para acabar con tu héroe.
Elián se levanta del suelo per todavía sigue dándome la espalda, se recoloca la ropa que consiste en unos vaqueros negros apuesto mi paga de la semana en que están rotos por algún lado, también lleva una sudadera también apuesto a que será de un grupo de rock y obviamente lleva encima su amada chupa de cuero.
-¿Se puede saber que haces aquí Elián?
Recojo la manta con la que los dos hemos tropezado y la doblo para colocarla a los pies de la cama, mi acompañante sigue mirando a un punto fijo de mi pared así que comienzo a irritarme un poco.
-¿Estás sordo? Elián *digo tocándole el hombro*
Por fin después de hacerse el interesante se da la vuelta, instintivamente busco su mirada azul como desde tantos años hago, no sé qué tienen sus ojos pero sin adictivos. Ahogo un grito cuando veo la marca morada que se está formando en uno de ellos y siguiendo el recorrido de sus ojos hacia el resto de su cara puedo ver algunos cortes que acompañan a ese moraton.
-¿Enserio Elián? Otra vez *me doy la vuelta*
Odio que Elián se meta en peleas, desde que comenzó en instituto es el pan de cada día que el se presente en su casa lleno de golpes, él dice que los otros siempre acaban peor que él pero es no me tranquiliza. es horrible ver a una persona que te importa cubierto de sangre y de heridas.
-Por favor....he venido aquí porque sabía que tú no me echarías la bronca *dice con la voz rota*
Respiro varias veces para calmar mi enfado, no es momento para tener esta conversación si intento sermonearlo se cerrará en banda, lo conozco demasiado bien y se lo orgulloso que puede llegar a ser.
-Siéntate *digo cabreada*
Le señalo mi cama mientras voy a por el botiquín a mi baño, puedo verlo medio sonreír cuando paso por su lado.
Dios Emory de verdad....no puedes ser tan débil cuando estás junto a él.
Elián es mi puto punto débil, todos tenemos uno y el mío es un chico chulo y prepotente de metro ochenta y quince años, sus ojos azules me derriten por no hablar también de su cuerpo atlético marcado con varios tatuajes que le hacen parecer aún más malo y eso lo convierte en más sexy si se pude claro.
Cuando llego a la cama después de haber cogido el botiquín lo veo sentado como si fuera un niño bueno, suelto una carcajada y él me dedica un levantamiento de ceja.
-Ya sabes que esto te lo has buscado tú solito
-Alguien tenía que defender tu honor pequeña florecilla *dice orgulloso*
Perfecto encima todo esto es por mi culpa, le he dicho mil veces a Elián que no se pelee con los capullos por mi, él sigue empeñado en hacerlo cada vez que alguien se mete conmigo por llevar gafas o por adorar a las flores.
-Deja de hacerte el héroe Elián
Agarro un algodón ya impregnado en alcohol y lo paso por la herida que tiene en la ceja izquierda, mi acompañante hace una mueca de dolor pero pronto se recupera, claro nadie puede saber que el gran Elián el rey de la luz (es el significado de su nombre) sufre igual que cualquier mortal.
-Yo no soy un héroe florecilla, solo soy tu héroe *me da un golpe con el dedo en la punta de la nariz*
-Como sigas peleándote así en algún momento dejarás de serlo. *digo sonriendo*
Actualidad
Pequeña Emory que razón tenías y no lo sabías...
Elián paso de ser mi héroe, mi rincón seguro a ser el causante de uno de los dolores que más he sentido en mi corta vida.
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Pasado en los corazones
RomanceEmory tenía quince años cuando abandonó su pueblo natal para trasladarse a uno de los internados más prestigiosos del país. Metió todas sus pertenencias en una pequeña maleta y enterró en los más fondo de esta su corazón roto cortesía del hermano ma...