Mi Todo (Femir)

Capítulo 14

Prohibida la copia total, parcial o adaptacion de esta historia. Seamos respetuosas con el trabajo ajeno.

🌼MI TODO🌼

Autora: Daiana Mibrani

Los tacones de Ece resonaron por los pasillos de la empresa Sancaktar. La mujer caminaba cómo si fuera la dueña del lugar con aires de grandeza y sin mirar a su alrededor.

De pronto, llegó a su objetivo: la oficina principal.

Sin pensarlo giró la perilla y entró. Sonrió de lado, la escena no le sorprendía, papeles en el suelo, una botella de whisky rota y la expresión asesina del autor que la miraba como si de una fiera se tratara.

—Así que no fue un buen día, ¿verdad?

—Será mejor que cierres la boca —advirtió tomando del último vaso que quedaba en pie.

La chica se encogió de hombros.

—Te lo advertí, fuiste un idiota y ahora tendrás que pagar las consecuencias.

—¡Que cierres la boca! —gritó poniéndose de pie de manera brusca.

Yavuz caminó hacia Ece y ella lo miró de manera desafiante. No le importaba si la golpeaba, aquello era algo cotidiano en su enfermiza relación.

—¿Sabes qué? ¡Me alegro! Te lo mereces, irás a la cárcel y Emir te hará pagar.

El hombre la miró con los ojos en llamas, pero aun así logró controlarse. Si quería salir airoso de la situación, tenía que tener la cabeza fría.

—Si piensas que algo así le puede pasar a Yavuz Sancaktar, estás muy equivocada. —Tenía las influencias suficientes para callar a toda la policía. Sin importar que Ünal Sarrafoğlu estuviera metido de por medio, y que minutos atrás, hubiera estado en esa misma oficina amenazándolo con unas supuestas pruebas que él sabía que no existían.

—¿Sí?, no me digas —Ece se burló—, ¿y el hombre que te delató? ¿Y Feriha? ¿Qué harás con ellos?

Yavuz maldijo entre dientes, de nada le había servido encargarse de las cámaras del edificio y asegurarse de tener una coartada perfecta. Jamás imaginó que su cómplice, ese inútil, lo traicionaría. Y teniendo en cuenta que ahora tenía un muerto debajo de la cama, la situación se le complicaba.

¡Maldición! El testimonio de la esposa de Sarrafoğlu no era un problema, de hecho nunca lo había sido, sería su palabra contra la de Yavuz Sancaktar, pero ahora existían otras pruebas. ¿Qué se supone que iba a hacer?

—Solo dime una cosa, Yavuz. —Al ver que su amante estaba en silencio maquinando mil ideas, Ece no pudo evitar preguntarse aquello que tanto le había estado rondando por la cabeza— ¿Se puede saber qué pretendías hacer? ¿Qué demonios fue toda esa estupidez?

Ella sabía que él quería fastidiar a Emir, pero el plan de llevarse a Feriha había sido absolutamente ridículo.

El hombre suspiró fastidiado, caminó hacia su escritorio y volvió a sentarse. Cogió el vaso y le dio un largo trago a su whisky.

Se tranquilizó.

—Solo era un juego —admitió—. No pensaba hacerle nada a esa niña, solo un par de golpes y algunas fotografías que arruinarian la noche de Sarrafoğlu.

Ece frunció el ceño. Definitivamente Yavuz era un idiota.

—Pues felicidades, por tu gran inteligencia ahora pasaras unos años en la cárcel.

—Veremos —sonrió de lado.

La mujer inclinó la cabeza con una expresión desinteresada.

—No me quedaré para verlo, este juego ya me aburrió. Vine a despedirme y a desearte buena suerte.