Juego de... ¿Gemelos? (NaruSasu)

Parte 6

Boruto siguió en lo suyo, colocando sus recortes por algunos minutos hasta casi terminar... así hubiera sido pero una fuerte ventisca empezó a volar toda la decoración del rubio dejándolas por el suelo.

Inmediatamente se acercó a la ventana con intención de cerrarla, con la mala suerte que estaba sumamente atorada. Lo intentó con todas sus fuerzas, quería por lo menos la mitad, aunque fuera un poco para evitar que tanto aire entrara, más nada pudo conseguir. Estaba apunto de rendirse cuando unas manos extra se acercaron a ayudarlo.

—Está atascada. —Murmuró Menma mientras empujaba.

Ambos colocaron ambas manos y de poco a poco la ventana comenzaba a ceder hasta quedar completamente cerrada.

Boruto miró con asombro al contrario.

—Gra... gracias-dattebasa. —Agradeció sin pensarlo.

—No fue molestia... —Correspondió nervioso.

—Oh no... —Murmuró el rubio al ver todos sus recortes tirados por el piso. Menma observó igual y sintió un poco de pena, si esas hubieran sido sus fotos estaría muy triste. El oji-azul bajó de la cama para comenzar a reunirlos, sin contar con que aquel azabache haría lo mismo. Ambos tomaron asiento en el suelo y los juntaron.

El Uchiha recogió todo lo que veía hasta que se topo con aquel sapo de felpa. Lo tomó y extendió al rubio.

—Uhm... aquí está tú... —Pensó en decir sapo feo pero se contuvo.

—Gamakichi. —Completó el rubio mientras sonreía— Me lo dio mi viejo. —Comentó.

Menma también sonrió.

—Creo que se arruinaron tus... ¿Fotografías? —Siguió el Uchiha.

—Sólo el rapero más raro de todos los tiempos, Killer Bee. —Comentó en broma.

—El... ¿Qué?... —Susurró contrariado.

—¿Jamás has escuchado hablar de Killer bee? —Preguntó asombrado—¿Londres está en otro planeta? —Siguió.

—Mmmm... no otro planeta pero si otro continente, muy lejos de aquí. —Respondió— ¿Tú que tan lejos vives? —Ahora preguntó él con suma curiosidad.

—En California, está hasta el otro lado, en la costa oeste creo, dattebasa. —Dijo mientras buscaba entre todos los recortes— Mira, tengo una foto de mi casa. —Extendió una fotografía.

—Está enorme y es muy genial. —Alagó mientras se acercaba al rubio -quien hacía exactamente lo mismo-.

—¡Sí! La construyeron cuando yo era un bebé. ¡Hay un porche increíble donde se ve todo el viñedo! ¡Y además...

—Oye... ¿Quién es él? —Interrumpió

Boruto regresó su atención a la fotografía.

—Ah, es mi viejo, mi padre*, no se dio cuenta que la estaba tomando o si no se habría volteado y hubiera echó ese gesto que siempre hace con la mano extendida. —Explicaba mientras acomodaba su peluche— A veces es medio torpe y me hace enojar pero realmente es como mi mejor amigo- ttebasa.

El azabache regresó la foto y se levantó con un gesto de disgusto.

—¿Qué te pasa? —Cuestionó Boruto al verlo caminar tan desanimado.

—Nada es que... hace frío aquí... es todo. —Decía al momento de acomodarse en su cama.

En un pestañear, el rubio tuvo una idea, se acercó a su baúl y comenzó a buscar algo. Pocos segundos después sacó un enorme paquete de galletas.