Parte 4

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Menma comenzó a repartir las cartas, sin despegar por momento la mirada del rubio. Algo tenía esa cabeza hueca que le hacía enojar hasta por como respiraba.

Por su parte, Boruto esperaba apaciblemente a que el paliducho terminara de repartir.

Cuando dio por concluida la repartición, el rubio tomó sus cartas con cuidado para posteriormente revisarlas, no pudo evitar una enorme sonrisa, giró su vista a la derecha donde estaba uno de sus compañeros y este le devolvió el gesto.

—No entiendo. ¿Qué significan? —Preguntó pues no tenía ni idea del póquer.

Boruto rodó los ojos, regresó su mirada a Menma quien, apenas observó su mano cambio drásticamente su semblante. Al parecer la diosa de la fortuna le mostraba buena cara.

El Uchiha dejó de lado las cartas, tomó un billete de cinco euros y lo depositó en el centro. Había tomado el más brillante y nuevo que tenía, solamente para restregárselo al rubio.

El otro no se quedó atrás, dólar tras dólar se iba desapareciendo el dinero que su padre le había dado para el campamento.

El juego progresaba, las cartas salían y regresaban, Boruto aumentaba cada vez más sin importarle nada, sin embargo, Menma no desistía tan fácil y entro al juego del dólar, apostó también algunos juegos, muñecos, collares mientras que Boruto arrojaba monedas por puños hasta que ambos quedaron sin nada.

—¿Sabes en qué pienso-ttebasa? —Comenzó el rubio.

—¿Apoco piensas? —Preguntó divertido, ocasionando las risas de varios.

El Uzumaki lo dejó pasar, necesitaba estar calmado esta vez.

—Te propongo un trato. —Siguió— Él que llegue a perder, saltará al lago. —Proclamó.

—Excelente. —Aceptó sin dudar.

—PERO... —Interrumpió— Desnudo.

Los murmullos y risillas no se hicieron esperar.

—Eso será más humillante que lo de ayer. Qué ridículo de has de ver, Uzumaki. —Miró unos segundos sus cartas y las dejó sobre la mesa— Flor corrida de diamantes. —Anunció con superioridad.

—Vaya, si que eres bueno-dattebasa. —Halagó a la vez que ponía su expresión de pena, haciendo que el contrario alzara la barbilla con orgullo— Pero... —Suspiró y su semblante cambió— No ganas con eso. —El pecho inflado de Menma y su sonrisa ladina se desaparecieron por completo— En tú honor, una flor imperial. *

◇◆◇

Las estrellas y la luna estaban en su esplendor aquella fría noche en el campamento Wolden. Los campistas tomaban sus linternas y mantas para salir a la orilla del lago y poder presenciar el espectáculo que se avecinaba.

Menma Uchiha nunca en sus casi doce años de vida se había sentido tan humillado como aquel día, pero jamás lo admitiría. Caminando desnudo por el pequeño muelle, miró con la frente en alto a los espectadores -Entre ellos el rubio- y se despidió con su dignidad intacta, aceptando su derrota y haciendo un saludo militar.

Boruto regresó el saludo por mera formalidad, aguantándose las ganas de mofarse con toda su gloria.

El azabache tomó un largo suspiro, miró el agua y saltó.

La cabaña Rasengan empezó su cometido al ver desaparecer al Uchiha.

—Tomen toda su ropa. —Murmuró el rubio para tomar una parte de ella y salir corriendo.

Al momento que Menma salió del agua, observó el tronco donde había dejado su vestimenta, totalmente vació, revisó por todos lados, encontrando con que todos corrían despavoridos en diferentes direcciones.

Juego de... ¿Gemelos? (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora