Parte 5

744 101 7
                                    

Boruto corrió lo más rápido que pudo, -mientras sus compañeros  escapaban a su cabaña para esconderse de lo que avecinaba- logrando justo a interponerse entre el director y la puerta de aquel "campo minado".

—No señor Director, no entre ahí por favor. —Pidió con ojos de cachorro— Creo que uno de los chicos se enfermó anoche y es un desastre, ttebasa. —El corazón le latía tan rápido que pensaba que se le saldría.

A la vez que el rubio trataba pobremente de crear excusas validas para evitar que ingresaran, Menma desde el interior escuchaba todo la palabrería de su casi némesis, aguantándose las ganas de burlarse en su cara por tanta bobería que decía. Aquel espectáculo no podía perdérselo, corrió la persiana para ver mejor el panorama. 

—Qué patético, dobe. —Pensaba mientras rodaba los ojos.

—De verdad, que es asqueroso. —Terminaba su discurso Boruto casi sin aliento.

—Pues si alguien está enfermo, con mayor razón debo entrar. —Entregó el megáfono a su ayudante, ya que, la situación ameritaba su presencia. 

Apartó un poco al rubio quien a su vez miraba con horror el techo, donde se ubicaba la primera parte de la broma máxima: Una cubeta llena de algún liquido viscoso de la cocina.

 Uzumaki permaneció firme en su lugar.

—Vamos muchacho, apártate. —Pidió e intentó abrir de nuevo la puerta.

Sin embargo, Boruto no planeaba ceder.

—No en serio, insisto. No quiero que entre, eso se contagia con el aire. De verdad. 

Varios intentos fallidos por parte del adulto hartaron al azabache, el cual decidió tomar cartas en el asunto.

—En realidad, todos estamos perfectamente aquí. —Miró inocentemente al director— A menos que Boruto Uzumaki sepa algo que nosotros no... —Antes de continuar, Menma notó el leve movimiento de cabeza del otro, miraba hacia arriba. Ni lento ni perezoso localizó la cubeta que originalmente estaba planeada para el primer incauto que saliera despavorido por las bromas anteriores— Yo insisto en que pase. Habrá la puerta y compruébelo usted mismo.

—Bueno ya está. Hazte a un lado Boruto. —Con más fuerza ejercida, el director logró alejar al rubio y abrir la dichosa puerta.

En menos de un segundo, el chico se retiró pues ya sabía lo que se avecinaba.

Como había sido planeado, la cubeta comenzó a verter todo el contenido encima del Director Orochimaru, el cual, sorprendido por lo que pasaba no atinaba a hacer algún movimiento más que soltar expresiones de incredulidad. No obstante, Kabuto no se quedó de brazos cruzados, rápidamente empujo a su superior lejos de la sustancia, no contando con que el también resbalaría dentro de eso.

Gracias al impulso de su subordinado, Orochimaru comenzó su camino, resbalando hasta dentro de la cabaña, topando justo con el librero que se encontraba al final del pequeño pasillo. Kabuto en cambio, no podía ver nada, sus lentes estaban todos cubiertos por aquello tan viscoso, trató de dar varios pasos los cuales para su desgracia lo hicieron resbalar para conducirlo en un lindo paseo hasta topar con el director, cayendo casi de frente.

Varios campistas cubrieron sus ojos por la sorpresa, algunos más taparon su boca y otros cuantos soltaron improperios por tal espectáculo.

En menos de lo que duraba un segundo, Boruto ya se encontraba en la entrada viendo todo el desastre.

Ambos adultos trataron de estabilizarse, el peli-gris aun con sus lentes sin visión comenzó a dar manotazos en el aire para tomar algo del cual aferrarse y no volver a caer, encontrándolo casi al segundo y tirando de el.

Juego de... ¿Gemelos? (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora