Parte 9

735 92 4
                                    

Boruto había recibido muchos abrazos en su vida, abrazos de cumpleaños, de despedidas, amistosos, de complicidad, en fin, tantos que no podía contarlos con los dedos de sus manos y pies juntos, sin embargo, aquel abrazo en particular, el primer abrazo -del que podía ser consciente- que su papá le dio tras once años y medio de separación, logró hacerle derramar lágrimas de felicidad en menos de lo que hubiese llegado a imaginar. 

—No puedo creer que seas tú. —Murmuró con la voz quebrada.

—Y yo no puedo creer que seas tú. —Le regresaron el comentario— Tu cabello... te lo cortaste, ¿Quién te lo dejó así? —Preguntó curioso el azabache mayor.

—Un niño del campamento, ¿No te gusta-ttebasa? —Por un segundo, el Uzumaki sudo en frío.

—Claro, te ves muy bien hijo,  de verdad. ¿Y eso? ¿Ttebasa? ¿Una muletilla? —Cuestionó divertido— ¿Alguna otra sorpresa? ¿Algún tatuaje? ¿Piercing? 

—No yo... —Las lágrimas amenazaban con volver a salir.

—Oh Menma, ¿Qué sucede? —Acarició las mejillas del chico.

—Lo lamento... es que... te eché mucho de menos. —Confesó mientras sus ojos se llenaron de lágrimas una vez más.

Usualmente Sasuke Uchiha no era una persona que mostrara mucho su sentir, de hecho, era especialista en mostrar una cara de piedra ante casi cualquier situación en la que se encontrase, pero... siempre existen debilidades y una de ellas estaba justo enfrente de él. No pudo evitar que su corazón se estrujara al ver la carita triste de su retoño acercándolo de nuevo para darle un abrazo y tratar de reconfortarlo. 

—Lo sé, también me pareció una eternidad. —Murmuró al sentir como el pecho contrario se calmaba.

—No tienes idea-dattebasa*. —Boruto afianzó el agarré. 

Esas palabras tan simples del Uzumaki escondían un gran significado, no obstante, pasaron  desapercibidas para su papá, quien se concentraba en seguir consolándole.

◇◆◇

El pasar de las horas en aquella enorme casa eran tan rápidas, cuando pudo prestar real atención a su entorno, el sol casi estaba a la mitad de su recorrido, por lo cual la comida y un buen té no se hicieron esperar. Ambos compartían un ameno almuerzo mientras charlaban de trivialidades en la habitación de su papá: 

—Bueno, cuéntamelo todo. ¿Hiciste nuevos amigos? ¿Te divertiste mucho? —Empezó Sasuke al momento que tomaba su taza de té humeante. No obstante, antes de que Boruto pudiera contestar, el sonido de la puerta siendo abierta llamó la atención de los Uchiha— Ah Kakashi... —Mencionó al verlo entrar.

—Encontré un curioso infiltrado en tus maletas. —Dijo a la vez que alzaba un sapo anaranjado de una de sus patas. 

—Oh por dios, Gamakichi. —Mumuró sorprendido al ver su peluche, según recordaba se lo había entregado a Menma justo antes de cambiar de maleta, ¿O no fue así?

—¿Gamakichi? —Sasuke dejó de lado su taza para prestar atención.

—Eh ah sí, le pertenece a mi amigo del que te estaba contando precisamente- datteb... —Se detuvo antes de completar su muletilla. Antes se le había escapado pero, ya debía controlarla por su bien— No me imagino cómo pudo llegar hasta mis cosas. —Comentó "sorprendido" tratando de imitar el acento de su hermano. 

—Ya que no es nuestro "Gamakichi", podríamos deshace... 

—¡NO! —Gritó interrumpiendo aquella terrible oración y asustando a los presentes— Quiero decir... no. Debo enviárselo a mi amigo, a él enserio le encanta esta cosa; realmente le encanta. Estoy seguro que a dormido con el toda su vida y digamos que no podría estar en un país extraño sin su muñeco; no, no, yo cuidaré de él. Eso es todo Kakashi, gracias. —Boruto le dio la espalda al mayordomo dispuesto a regresar a su asiento cuando el teléfono sonó, lo cual desvió la atención de los adultos.

Juego de... ¿Gemelos? (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora