Parte 11

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Desde que subió la pequeña cortina y observó el cielo en aquel avión, Menma supo que en definitiva no habían aterrizado en Londres. El cielo estaba sumamente despejado y claro, a diferencia de su país que por lo general tenía grandes nubes grisáceas amenazando con tormentas o chubascos a cada rato. 

Cuando dio sus primeros pasos en tierra, los nervios comenzaron a carcomerlo por dentro.  Uno de los encargados del aeropuerto le entregó su maleta amarilla, agradeció cortésmente; siguió avanzando hasta que sus ojos se toparon con cierto individuo alto, rubio y de ojos azules que le sonreía de oreja a oreja entre todo el bullicio de personas que se encontraban esperando a sus familiares o seres queridos.

—¡Hola Boruto! —Aquel hombre le miraba emocionado— ¡Bienvenido a casa-dattebayo! —Completó el saludo aguardando que el chico se acercara. 

El llamado lo tomó por sorpresa, pero reaccionó inmediatamente para su encuentro, el azabache corrió junto a sus maletas hacia el hombre en cuestión de micro-segundos.

 —¿Tengo algo en la cara? —Preguntó curioso el mayor, mientras el contrario no podía dejar de verle asombrado sin siquiera pronunciar palabra alguna—Acércate y abrázame pequeñajo. —Indicó mientras extendía sus brazos. 

—Eres tú... —Murmuró casi sin aliento— ¡Al fin! —Gritó sumamente conmovido al momento que se arrojaba a los brazos que tanto anhelaba...

Los de su padre.

El rubio se sorprendió en sobremanera, su hijo usualmente no era así de saltar a su brazos como un niño pequeño, sin embargo, no iba a quejarse en absoluto, quizá el tiempo lejos de él lo haya hecho reflexionar sobre su relación y ahora Boruto tenía otra manera de pensar. Como le alegraba haberlo mandado a aquel campamento que encontró por casualidad en el periódico. 

Tras un par de vueltas, Naruto bajó a su hijo quien no cabía en su emoción. 

—Espero que hayas descansado mucho en el campamento, te extrañé mucho- ttebayo. —Decía sinceramente al momento que le acariciaba la cabeza— ¿Qué te pasó Boruto? ¿Y ese cabello tan alocado? —Recogió la maleta del suelo— También te notó distinto como... mmm —Adoptó una posé pensativa— ¿Estás más alto? 

Una pequeña sonrisa ladina se mostró en el rostro del chico que negaba al mismo tiempo.

Ambos comenzaron a avanzar hacia la salida del aeropuerto, esquivando de cuando en cuando a las personas que seguían esperando.

—¿Y cómo estás padre? ¿Cómo están Iruka y los demás? —Preguntó el niño con sumo interés sin aún poder despegar la mirada de su progenitor. 

—Bien, todos están muy bien y se mueren por verte-ttebayo. —Le miró sonriendo— Casi ocho semanas son como el siglo. Han pasado muchas cosas. —Relató.

—A mí también me han pasado cosas. Me siento como si fuera un... hombre nuevo. —Se aventuró a decirle.

—¿Qué pasa? ¿Me corté al afeitarme? —Cuestionó divertido puesto que, Boruto no le despegaba la mirada de encima. Quizá realmente traía algo en la cara como pensó al principio. Empezó a palpar su rostro en busca de algo.

—No... es sólo que...  bueno al verte por primera vez... bueno padre... tú sabes... luego de tanto tiempo. —Soltó un largo suspiro— Hasta yo siento que estás más alto. 

Una mueca acompañado de una risa hizo que el Uzumaki amenizara al nervioso Menma.

—Andando, hijo, la casa nos espera. —Dijo adivinando que aquella charla fue un gran paso para su hijo en esa nueva etapa.

Juego de... ¿Gemelos? (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora