Parte 7

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El día pasó sumamente rápido, entre anécdotas y risas la noche se hizo presente en un parpadeo. Sin duda, la situación que vivieron ambos chicos significó un gran cambio en todo lo que conocían, empezando por lo que se encontraba en su pared... aquella fotografía -antiguamente rota- de sus padres colgada en la cabecera, además, de que los antes enemigos jurados decidieron juntar sus camas para poder dormir uno a lado del otro, como lo que eran: Hermanos.

—Y Menma... ¿Cómo es papá? —Preguntó Boruto mirando al techo.

—Él diseña vestido y trajes de novios. —Mencionó el azabache quien también mantenía su mirada hacia arriba.

—¿En serio? —Volvió a cuestionar más curioso.

—La verdad es que ya se está haciendo de su fama. Una princesa de Grecia compró uno de sus vestidos. 

El rubio no había podido suprimir una expresión de asombro total. Miró de soslayo a su hermano quien ahora le miraba a él. En pocos segundos imitó la acción. Ahora ambos se observaban directamente.

—¿Sabes qué es curioso? —Menma se acomodó— Ninguno de nuestros padres volvió a casarse. —Comentó— ¿Tu padre ha estado alguna vez a punto de casarse? 

—Jamás. Mi viejo siempre dice que siempre seremos sólo nosotros dos contra el mundo. —Dijo orgulloso.

—Sí... papá tampoco ha tenido nada serio. 

Después de la pequeña platica, ambos regresaron a su posición inicial, mirando el techo sin ningún pensamiento en especifico... O eso, hasta que los ojos azules de Boruto brillaron de emoción. Se levantó como resorte, tomando asiento mientras aguantaba las ganas de gritar.

—¡Tengo una brillante y estupenda idea-ttebasa! —Anunció— En serio, soy un verdadero genio. —Menma rodó un poco los ojos por el autonombramiento de su hermano— Tú quieres conocer al viejo y yo quiero conocer a mi papá. ¿Cierto? 

—Cierto.

—Entonces... lo que he pensado es... ¡Pero no vayas a desmayarte! —Menma negó con la cabeza— Debemos cambiar de lugar. —La idea hizo que el azabache abriera la boca... el rubio si que estaba loco— Cuando el campamento termine, volveré a Londres siendo tú y tú volverás a California con mi padre y... 

—¡Pero Boruto...! —Quiso diferir inmediatamente.

—Menma, sé que podemos cambiarnos, somos gemelos o algo así- dattebasa.

—¿Estás escuchando lo que dices, dobe? ¡Nosotros somos completamente diferentes, de los pies a la cabeza!

—¿Y? ¿Cuál es el problema? Yo te voy a enseñar a ser como yo y tú a mi como tú. ¡Mira!  Hasta ya te tengo imitado —Boruto despeino más su cabello y frunció el ceño— Si quieres saber la verdadera diferencia entre tú y yo, es que yo tengo clase y tú no. —Una risa de Menma hizo que el rubio estuviera por cantar victoria, sin embargo, se daba cuenta que no estaba del todo convencido su hermano, así que uso el arma secreta— Por favor Menma, quiero ver a mi papá-dattebasa. —Junto ambas manos y de inmediato hizo tremendos ojos de cachorrito abandonado.

—La realidad es... hermano... que si cambiamos algún día tendrán que devolvernos... 

—Y cuando lo hagan... —Siguió Uzumaki— Tendrán que verse... frente a frente.

—Después de todos estos años... —Susurró.

La sonrisa de ambos fue suficiente para pactar el trato y volver a acostarse.

—Gracias... —Acomodó su cobija—Te dije que era brillante.

—Aunque pienso que una llamada bastaría... —Empezó a pensar en todo lo negativo que aquel plan podría ocasionar— O quizá...

Juego de... ¿Gemelos? (NaruSasu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora