-Empezar-

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 —¿Volvemos a empezar?

Las pupilas de Soul se agrandaron, horrorizadas.

Su cuerpo entero quedó paralizado, sin poder remediarlo.

Miraba sin ver a algún punto de uno de los muebles más altos de la cocina.

¿Volver a empezar, qué? La pregunta repentina de Maka había sonado distante, casi insultante. ¿Quería dejarlo con él, con todo lo que había hecho por ella? ¿El tiempo que llevaban juntos? ¡Espera! ¿Pero desde cuándo coño se consideraba lo suyo una relación tan cercana? O mejor dicho, ¿de ése tipo? ¿Por qué pensaba en eso ahora mientras sus manos sudaban y la respiración le fallaba?

—¿Soul?

Maka asomó la cabeza sobre su hombro derecho para mirarlo, preocupada.

—Estás pálido —observó.

La tenía cerca. Tanto, que veía el brillo en sus ojos esmeraldas. Y le encantaba.

¿Cómo es que a ella, de repente, ya no?

—Es que...

Maka esbozó una sonrisa, sin darle oportunidad de explicarse, señalando justo bajo el mentón de Soul, al desastre que reinaba en la encimera, llena de restos de harina.

—Me refería a la siguiente tanda de galletas —dijo, cogiendo una de las siniestradas de la bandeja que acababan de sacar del horno, totalmente quemadas. La admiró con asco—. Deberíamos volver a empezar, dando otro toque a la receta, quizás ¿no te parece?

Soul se atrevió entonces a mirarla de soslayo, y se le escapó un suspiro de alivio.

—Ah, sí. Claro. Como quieras.

Maka frunció el ceño. Se puso de puntillas para golpear a Soul de pronto en la coronilla con el puño cerrado, añadiendo:

—¡Por supuesto! ¡A saber en qué tonterías estabas pensando!

Soul no respondió. Sonrió, viéndola coger el grueso libro de recetas de la estantería.

—¡Y esta vez nada de improvisar con Internet! ¡Seguiremos las páginas al pie de la letra! ¿Entendido?

Tras tirar la hornada achicharrada a la basura, Soul se colocó a la vera de Maka para limpiar la bandeja.

—Sólo si llevan chocolate.

Maka le devolvió una pícara sonrisa, junto a una mirada furtiva.

Mucho chocolate —enfatizó.

Jamás se cansaría de aquella complicidad, por muchos golpes que hubiera de por medio.

Soul le tendió el batidor de varillas y preguntó, sin miedo alguno:

—¿Volvemos a empezar?

§

Notas de la autora:

¡Hola! Otra semana más; otra dosis SoMa para vosotros, mis fieles y pacientes lectores ^^ Siento de corazón que, de nuevo, tenga que ser así de cortita, y fuera del "reto de los lectores", pero he vuelto a encontrarme regular de salud, aparte de bastante ocupada con asuntos personales, así que pido comprensión para que pueda seguir trabajando en el que me toca que, espero tener para la semana próxima ya que va por la mitad, aproximadamente. 

Un millón de gracias por todas vuestras estrellitas y comentarios. Me animan a continuar, siempre. No lo dudéis. Y más cuando estoy de bajón o falta de musa. 

Matta ne!~

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