—¿Qué?
—¡Pues eso! ¿A que no has podido conformarte con sólo un poco?
Maka se tensó de pronto. Acababa de salir del aseo de las chicas y quedó totalmente estática ante la puerta mientras ésta se cerraba a su espalda muy despacio, entretanto escuchaba las voces de Soul y Blackstar cada vez más nítidas desde el fondo del pasillo, bordeando la esquina.
La risotada de Soul le puso la piel de gallina.
—Qué va. Estuve toda la noche. Joder, y mira que intenté resistirme. Tú tienes la culpa.
—¡Eh! ¡Como si no lo hubieses disfrutado, hermano! ¿No irías demasiado rápido, no? Porque conociéndote...
—¿Rápido? Depende, ¿en qué sentido? Ya sabes que cuando se trata de eso soy imparable.
Maka palideció.
El cuerpo entero le temblaba de arriba abajo, pero ella no podía moverse del sitio. Su mente era una papilla en esos momentos. ¿De verdad era cierto lo que estaba oyendo? ¿Soul insinuaba en su conversación con Blackstar que había pasado la noche con una chica y que habían...?
Sacudió la cabeza para alejar el pensamiento lo máximo posible, justo cuando Soul y Blackstar rieron a coro, muchísimo más cerca.
—Por cierto, ¿tienes algo que hacer esta tarde?
—A no ser que Maka me obligue a dejar el apartamento como una patena, no creo.
—Menudo calzonazos...
—¡Calla y entra de una jodida vez, anda!
La puerta contigua, la del aseo de chicos, dio un fuerte portazo, y Maka intuyó que ambos habían entrado por ella. Entonces el mundo se le vino encima.
Y realmente nunca reparó en eso.
O sí.
Sí lo había hecho. Miles de veces. Pero se engañaba a sí misma adrede por no herirse más de la cuenta.
Como en ése preciso instante.
¡Menuda esperanza imbécil!
De nuevo, escuchó el crujir de la puerta al abrirse y se sobresaltó, dejando escapar una exhalación. Se tapó la boca con las manos, aterrorizada. Seguro que lo habían oído, así que sin pensarlo en demasía, asomó la cabeza por la esquina para comprobarlo y su mirada esmeralda se cruzó directamente con la rubí de Soul, que se encontraba justo en la puerta del aseo de al lado, a medio salir aún. Maka se sonrojó tanto que creyó que iba a explotar se calor.
Y sin embargo, no se sintió triste del todo por lo que Soul había hecho, sino furiosa de pronto. Enfadada porque no había sido sincero con ella, después de todos esos años, dándole a entender algo que no era. Furiosa porque seguía siendo una estúpida por sentir algo tan profundo por su compañero como para afectarle de esa manera tan ridícula.
Por acto reflejo, lo miró con odio mientras apretaba los puños con unas ganas de atizarle el mayor Maka-Chop de su existencia, a lo que él reaccionó arqueando una ceja, extrañado. Luego, sopesó que no merecía la pena perder más el tiempo, dio media vuelta y echó a correr por el pasillo hasta que salió de Shibusen con la rabia contenida. Atravesó el centro de Death City sin rumbo fijo hasta que entró en Deathbucks Coffee con ojos llorosos dando tal empujón a la puerta que la campanilla casi sale despedida de su sitio.
Al acomodarse en su lugar habitual en una de las mesas del fondo junto a un ventanal, mientras recuperaba un poco la compostura y se volvía a enfurruñar, la camarera vaciló antes de acercarse a tomar nota y cuando se decidió, Maka le hizo un gesto rápido con la mano para que la dejarse en paz durante un rato. La chica no insistió, pudiendo disfrutar de un agradable silencio durante unos minutos, en los que sólo escuchó un ritmo atmosférico de tazas que tintineaban al chocar entre sí, el vapor de la cafetera, el murmullo de los escasos clientes que había en la sala, y el hilo musical chill out; todo bien mezclado.
A lo mejor debía replantearse su vida.
A lo mejor debía dejar de soñar despierta.
A lo mejor debía buscar otro compañero...
se le hizo un nudo en el estómago.
Pero antes incluso de que pudiera sentir la náusea subir a través del gaznate, cuando creyó que era el final de absolutamente todo, apareció él para invitarle a un café.
Maka observó la taza humeante que había colocado frente a ella sobre la mesa, y luego alzó la mirada hasta encontrar la de Soul, que le sonreía de medio lado.
No esperó que dijese nada: se sentó mientras sorbía de la taza que ya tenía en su sitio, idéntica a la de ella.
—Hablábamos del chocolate —espetó de pronto.
Maka parpadeó, confusa.
—¿Qué?
Soul suspiró de forma cansada. Después, extrajo una chocolatina del bolsillo interior de su chaqueta de cuero negro para ponerla sobre la mesa. Le dio un leve empujón hacia la taza de Maka.
—Blackstar me trajo como unas veinte ayer de no sé qué tienda nueva, y me dijo que no me las zampara todas de golpe porque son caras, pero joder, están de vicio —explicó—. Ya me conoces. Sobre todo cuando es...
—...chocolate —concluyó Maka, abochornada, tocando absorta la chocolatina.
—¿En serio no las has visto? Estaban en la cocina. Bueno, al menos un rato, porque...
Hubo un silencio breve, en el que Soul volvió a soltar otro suspiro, acompañado de un gruñido, y para terminar, un golpecito suave en la frente de Maka que la obligó a mirarle.
—¡Eh! ¿A qué ha venido eso?
—¿Por qué siempre malinterpretas lo que digo?
—¿Y tú por qué nunca te has atrevido a pedírmelo? —contraatacó Maka, frotándose todavía la frente.
—Tsk. Porque creí que pasabas de mí.
—No es verdad...
El balbuceo de Maka fue tan imperceptible que Soul apenas lo escuchó. Sin embargo, la siguiente pregunta llegó como caída del cielo.
—¿Quieres que lo haga?
—¿Eh?
El sonrojo brutal regresó a las mejillas de Maka. Casi le hizo volcar la taza de café, de la que trataba de volver a sorber. Soul rio.
—De verdad, una de las alumnas más listas de la escuela durante años y que te ocurran este tipo de cosas. Parece increíble. Serás tonta.
Esta vez, Maka propinó una buena patada a su compañero bajo la mesa, y éste lanzó un quejido al aire.
—Te lo mereces.
—De acuerdo, pero ¿qué me dices?
¿Si quería empezar a salir con Soul Eater? ¡Por supuesto que sí! ¡Sí, sí, y mil veces sí!
Maka intentó mantener la compostura externa, pese a la euforia que sentía, bebió un buen sorbo de café, al que Soul le había viciado de una maldita forma hacía ya unos años, y le sonrió.
—Que te daré una oportunidad, sólo si me invitas a éste café —propuso, señalando la taza con solemnidad.
Soul esbozó su típica sonrisa afilada, acercándose a Maka hasta llegar a la altura de su rostro, entonces susurró:
—Ya lo pagué en la barra antes de traerlo.
***
Notas de la autora:
¡Hola! Prometí volver lo más pronto posible, y aquí he intentado estar. Espero que estéis satisfechos con el grado de espera ^^ también con el Oneshot. No me gusta repetirme, lo demás os lo sabéis de sobra. Ja, ja, ja. Aún así: mil gracias por seguir ahí; por leerme.
Estoy pendiente a todos vuestras estrellitas y comentarios. Bienvenidos sean.
Matta ne!~
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SoMa Love Moments
Fanfiction[Recopilación de Oneshots SoMa, únicamente de género romántico.] * Los personajes de Soul Eater son propiedad del gran Atsushi Ōkubo. * Las historias que forman "SoMa Love Moments" me pertenecen. * Siempre por y para fans. Sin ánimo de lucro. * El F...