Xie Lian se acababa de despertar e iba abriendo los ojos poco a poco. Todavía medio dormido, se dio cuenta de que había pasado toda la noche encima de Hua Cheng, abrazándolo como si fuera su almohada. Abrió mucho los ojos al verlo despierto mirándole fijamente con una sonrisa en la cara. Xie Lian, en vez de apartarse, decidió continuar en esa postura, pero ahora escondiendo su cara en el pecho del menor para ocultar su vergüenza.
—Geeeege...— Cuándo le llamó animado, este solo negó con la cabeza, haciéndole cosquillas con la nariz. Al ver cómo reía, comenzó a hacerle cosquillas sin parar. Las carcajadas de Hua Cheng iban a acabar llegando al reino mortal. Cuando ya no podía más, habló. —¡Gege para!— Decía con lágrimas en los ojos y dolor en el estómago de tanto reír. Al ver que no se pensaba detener, le sujetó de los brazos y se dieron la vuelta, acabando el fantasma encima del dios.
—Oh no.— Dijo viendo como había cambiado la situación.
Ahora era Hua Cheng el que hacía que Xie Lian riera sin parar. —¿"Oh no" es lo primero que me dices por la mañana?— Decía sin detenerse con las cosquillas.
Hua Cheng no paró hasta después de un buen rato, y ahí fue cuando Xie Lian por fin pudo respirar para hablar. —Buenos días San Lang.— Le dijo antes de darle un pequeño pico todavía riendo.
—Buenos días Gege.— Repentinamente se dejó caer con cuidado encima del mayor, achuchándole.
—San Lang, tienes mucha energía por las mañanas.— Decía a la vez que le dedicaba una sonrisa.
—Gege, fuiste tú quien empezó.— Sus rostros estaban muy cerca. Juntaron sus frentes mientras se miraban a los ojos. Ambos pensaron que se podrían quedar así eternamente. Después de un rato, se separaron y se sentaron en el filo de la cama. —Gege, ¿estás mejor? ¿Te duele algo?—
Xie Lian se quedó pensando unos segundos con una mano en su barbilla. —Umm... bueno, me duele el cuerpo un poco.—
Hua Cheng frunció el ceño. —Si Gege dice que le duele un poco, probablemente sea un dolor casi insoportable.—
Xie Lian colocó sus manos sobre los hombros de Hua Cheng y le acercó un poco. —San Lang, estoy bien.—
—No, siempre dices que estás bien incluso si no lo estás, así que hoy también te toca ser mimado.— Xie Lian suspiró rendido y le dio otro beso.
Cuando se levantaron, Xie Lian se dio cuenta que hacía varios días que no se bañaba, e incluso llevaba la misma ropa que el día del banquete. Por si fuera poco, esa ropa estaba manchada de sangre y sudada de cuando estaba en el sueño y no se encontraba bien. No pudo evitar preocuparse de si olería mal, y peor aún, de si Hua Cheng lo habría notado. —Eh... esto... San Lang, creo que me bañaré antes de desayunar.—
—Está bien, iré a preparar el agua.— Dijo sonriendo.
—¿Eh? ¿Eso también?— El menor asintió contento. —De verdad puedo hacerlo yo solo. Mira, incluso puedo hablar normalmente.— Ciertamente ya no tosía ni tenía que detenerse a mitad de las frases, pero su tono seguía siendo bajo y su voz un poco débil.
—No voy a dejar que Gege haga ningún esfuerzo. Además, también tengo que bañarme.— En realidad, Xie Lian estaba agradecido y le gustaba que Hua Cheng fuera tan atento, pero se sentía un poco mal por dejar que se lo hicieran todo. A este paso, sentía que acabaría siendo inútil a base de tantos mimos.
Después de coger ropa de cambio y una toalla, se dirigió al baño. Este era, obviamente, gigante y lujoso, al igual que el resto de la casa. Ahí estaba el fantasma, que acababa de preparar el agua. De repente vio que el menor no vestía su túnica, y lo único que llevaba puesto eran los pantalones interiores de esta. Xie Lian estaba seguro de que si en ese momento hubiera estado bebiendo algo, lo habría escupido. Obviamente no era la primera vez que le veía así, pero esta vez la vista era realmente impresionante. Se encontraba sentado en el borde de la bañera, que desprendía un agradable olor a flores, y sus abdominales estaban ligeramente más marcados y brillantes de lo habitual debido al vapor de la sala, que humedecía todo su cuerpo.
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La Maldición del Oficial del Cielo「𝓣𝓲𝓪𝓷 𝓖𝓾𝓪𝓷 𝓒𝓲 𝓕𝓾」 ✨H⃟U⃟A⃟L⃟I⃟A⃟N⃟✨
FanficYa ha pasado un tiempo desde que el caos llegó a los tres reinos. El reino celestial ha sido recientemente reconstruido, mientras que la calma y el orden ha llegado por fin al reino mortal y fantasma. Hua Cheng y Xie Lian continúan con su vida en pa...