En un instante, las cadenas de Hua Cheng habían quedado hechas pedazos. No le hizo falta ni un segundo para estar a unos centímetros de ella y hundir su puño en su rostro.
—¡San Lang!— Gritó Xie Lian preocupado por lo que acababa de hacer.
Hei Xue salió disparada unos metros hacia atrás, aunque muchos menos de los esperados. Por desgracia, debido a que no se había pasado por completo el efecto del paralizador, el golpe no resultó demasiado efectivo, no obstante, Hei Xue quedó estupefacta viendo como Hua Cheng había conseguido liberarse.
Le llevó poco tiempo reaccionar, ya que en seguida contraatacó con una rápida patada. El de rojo consiguió esquivarlo por poco mientras se tambaleaba de un lado a otro, a la misma vez que retrocedía y se colocaba bien su cinturón.
—¿¡Cómo puede ser!? ¡Es imposible! ¡No deberías ser capaz de moverte!— Hei Xue fue ignorada.
—Mierda.— Pensó. —Mi visión está cada vez más borrosa.— Colocó una mano sobre su ojo un segundo, hasta que, de inmediato, miró a QingXi con sorpresa. Acababa de despertar.
Xie Lian llevaba un rato forcejeando para poder liberarse también, apurado al ver como Hua Cheng estaba en desventaja, y en este momento incluso más, ya que, ahora que había despertado, QingXi podría ser atacado.
Después de varios intentos más, utilizando toda la fuerza que le era posible, consiguió romper los grilletes justo a tiempo, sujetando la muñeca de la fantasma para detener el puñal que acababa de alzar contra Hua Cheng.
Ambos retrocedieron con un salto en cuanto la mano de Xie Lian soltó a la de Hei Xue. De inmediato, Hua Cheng se quitó su túnica exterior para ponerla sobre Xie Lian, aunque para este último, como fuera vestido ahora era lo de menos. —¡San Lang!— Exclamó. Iba a continuar hablando, pero si mantenerse de pie y pelear ya suponía un esfuerzo abrumador, el hablar no lo facilitaba.
Xie Lian analizó la situación mientras observaba con rapidez a cada persona de la sala. Por un lado, estaban ellos dos contra Hei Xue. Sería complicado determinar quién tenía la ventaja, ya que aunque ella fuera solo una, la pareja estaba en muy malas condiciones debido a la droga que tomaron. Por otro lado, a Xie Lian le preocupaba QingXi. El pequeño estaba en el suelo, contemplando con miedo todo lo que sucedía, y además, cerca de él se encontraba su tío, quien pese a no haber hecho ningún movimiento hasta ahora, parecía haberse interesado de repente en actuar.
Hei Xue se abalanzó rabiosamente hacia ambos, pero sin dejar de utilizar movimientos muy bien controlados y ágiles. A penas conseguían esquivar todos sus ataques, por lo que no encontraban el momento para contraatacar. Nuevamente, la fantasma estaba a punto de impactar un golpe, esta vez contra el dios, pero, de manera súbita algo se lo impidió.
—¡A-Xi!— Exclamó Xie Lian. El pequeño se había enganchado con fuerza a Hei Xue, dificultando su movilidad. Aún usando todas sus fuerzas, no tardó en salir volando cuando ella lo pateó.
—¡Tú! ¡Inútil! ¿¡Te divierte quedarte mirando!? ¡Como mínimo, se capaz de ocuparte de un crío!— El hombre chasqueó la lengua y se dirigió hacia QingXi con pereza.
—Maldito niño, ¿no sabes estarte quieto y dejar de joder? Chs, tus padres deberían agradecerme el haberlos matado, les libré de tener que aguantar a una molestia como tú.— QingXi se quedó atónito. No podía moverse más allá de los temblores que tenía, ya fueran debidos al golpe o a lo que acababa de escuchar, posiblemente ambas cosas. El hombre se acercó hasta cogerle del cuello y levantarle, pero QingXi a penas reaccionó más allá de intentar respirar. —¿¡Por qué no lloras!? ¿¡Por qué no gritas!? ¿¡Eres si quiera humano!?— Dijo con ira. Iba a dejarlo caer, pero antes de eso, Xie Lian ya estaba sujetando a QingXi en sus brazos a la vez que golpeaba al hombre tan fuerte que lo estrelló contra la pared.
ESTÁS LEYENDO
La Maldición del Oficial del Cielo「𝓣𝓲𝓪𝓷 𝓖𝓾𝓪𝓷 𝓒𝓲 𝓕𝓾」 ✨H⃟U⃟A⃟L⃟I⃟A⃟N⃟✨
FanficYa ha pasado un tiempo desde que el caos llegó a los tres reinos. El reino celestial ha sido recientemente reconstruido, mientras que la calma y el orden ha llegado por fin al reino mortal y fantasma. Hua Cheng y Xie Lian continúan con su vida en pa...